Guardiola se reinventa para hacer al City rey de Inglaterra... ¿y de Europa?

Pep Guardiola ha conquistado la Premier, la mejor liga del mundo a día de hoy sin discusión, con un juego que ha convencido hasta a sus detractores. El City 2020-21 es un equipo que tiene mucho de los equipos de autor que entrena Pep. Un equipo que juega con 9 falso, porque tanto Sterling como Fodden son más merodeadores que delanteros de referencia. Más segundas puntas o acompañantes que finalizadores de área.

Y este éxito es fruto de otra vuelta de tuerca del técnico de Santpedor, que decidió cambiar el registro ofensivo del Manchester City con la llegada del otoño. Abrió el ataque con la movilidad de Sterling y Fodden cayendo a los espacios, exigió a los extremos como Ferrán entrar más en diagonal y pidió a mediocampistas como De Bruyne y, sobre todo, Gundogan, que se asomasen más al área para acabar las jugadas.

Guardiola, el Steve Jobs de los banquillos, como le calificó Jorge Valdano, perdió para esta tempora a David Silva, un alfil, y decidió suplirlo convirtiendo a Gundogan en una torre. Estadísticamente el alemán ha transformado sus habituales asistencias en goles propios, anotando ¡16 tantos esta temporada!. Un número extraordinario para un centrocampista de su naturaleza, hasta el punto de ser el máximo goleador del City en Liga con 12 goles. La metamorfosis de Gundogan es una de las claves del éxito de Guardiola, que no deja de crear en la pizarra.

Otra es la llegada de Ruben Dias, el Van Dijk del City. El hombre que ha permitido al entrenador cuadrar el círculo con su velocidad, anticipación y magnífica lectura defensiva del juego. Dias ha mejorado a todos los que le rodean: Stones, Laporte, Cancelo, Zinchenko... El joven central de Amadora debutó en octubre y desde entonces se ha convertido en insustituible en la zaga sky blue. Es el factor corrector de un equipo que ha sumado a su habitual juego asociativo, derivado del fútbol de posesión, un vértigo digno del mejor bielsismo al afilar los carriles con futbolistas diagonales como Fodden, Sterling, Ferrán, y llegadores como De Bruyne y el reciclado Gundogan.

Algo ha cambiado en el obsesivo Guardiola. Algo pasó en aquel viaje a Abu Dhabi para encontrarse con Khaldoon Al Mubarak, dueño del Manchester City, que hizo a Pep ver las cosas de otra forma. Solo así se explica que renovase por dos temporadas saltándose su rutina de extensión anual de contrato. Quizás sea estabilidad la que le ha permitido relajarse y tener más claridad para proponer el exuberante fútbol del City. Quizás sea la presencia de Lillo, a quien escucha con admiración. Quizás sea que está disfrutando de la madurez de jugadores como De Bruyne, Gundogan o Sterling, al tiempo que sigue modelando a jóvenes como Ferrán, Fodden o Dias.

Pep ya ha celebrado dos títulos, la Premier y la Copa de la Liga. Pero ahora se enfrenta a su mayor desafío: domesticar a la manada de Lobos del Chelsea y someter en el tablero a Tuchel. Se han enfrentado en siete ocasiones, con cuatro triunfos de Guardiola, un empate y dos victorias para el alemán. Pero casualmente han sido las dos últimas y, también casualmente, las dos en las que Tuchel dirigía al Chelsea. Así que el reto es mayúsculo para un Pep que quiere coronar su obra en el City ganando la Champions en Estambul al Chelsea de Tuchel, al que aún no ha sido capaz de ganar.