La polémica: Los rojiblancos protestaron la roja directa a Griezmann; a Ibrahimovic no le expulsaron por lo mismo

Daniel Siebert enfureció al Metropolitano a los pocos minutos de comenzar la segunda parte del Atlético-Liverpool. En una acción en apariencia inofensiva en la que Antoine Griezmann elevó demasiado la bota, el francés terminó impactando contra la cabeza de Firmino. Todos en el estadio rojiblanco esperaban una amarilla por la peligrosidad de la acción, pero el árbitro alemán sorprendió sacando la tarjeta roja directa ante la incredulidad de Griezmann, Diego Simeone y todos los jugadores del Atlético.

Más allá de lo aparatoso de la acción y del hecho de que Roberto Firmino necesitara una breve asistencia médica, las protestas empezaron a sucederse ante Siebert. Todos los jugadores del Atlético reclamaban sólo la amonestación para Griezmann, que no daba crédito ante la posibilidad de que un partido en el que estaba siendo el héroe al haber marcado su sexto doblete en Champions con la camiseta rojiblanca terminara de esta forma tan abrupta. Según el reglamento, "'Con uso de fuerza excesiva' es la acción en la que el jugador se excede en la fuerza y la impetuosidad empleada o pone en peligro la integridad física del adversario, por lo que deberá ser expulsado". Éste fue el motivo por el que Griezmann fue enviado a vestuarios antes de tiempo.

En otra acción que puede indignar al aficionado rojiblanco y que pone de manifiesto que se aplica un diferente criterio arbitral, Zlatan Ibrahimovic no fue explsado por el colegiado Felix Brych durante el Oporto-Milan por una acción casi igual. En el minuto 87 de este partido el delantero sueco también levantó su pierna en un balón dividido y su bota impactó en el rostro de Mbemba. Sólo vio la tarjeta amarilla.

Un choque de Hermoso con Salah dentro del área en un balón que ambos tenían perdido acabó en penalti decretado por Siebert, que no dudó. Tampoco lo hizo el egipcio, que no perdonó con un chut fuerte y raso a la derecha de Oblak. El castigo fue muy protestado por los rojiblancos. El empujón es evidente, pero es el árbitro quien mide la intensidad y decide conceder la pena máxima.

Jota tropezó sobre Giménez en el área inglesa y el colegiado señaló el punto de castigo, pero esta vez el juez alemán acudió a verlo al videoarbitraje y rectificó su decisión. El jugador red derriba al atlético, pero el ábitro interpretó que era fortuito y quizás sin la misma intensidad que la jugada anterior.

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