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Sin rastro de la amenaza de elecciones en Can Barça para verano

PorEFE

Publicado 26/03/2020 a las 12:58 GMT+1

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Fuente de la imagen: EFE

Barcelona, 26 mar (EFE).- Si alguna vez Josep Maria Bartomeu llegó a temer por su sillón en el FC Barcelona, esta amenaza se ha esfumado completamente cuando está a punto de acabar marzo, porque con la crisis mundial por la pandemia, el foco mediático se lo ha llevado todo por delante: el sobresalto, las agitaciones y las amenazas.
No hace muchas semanas, Bartomeu se encontraba entre la espada y la pared: algunos vicepresidentes de mucho peso (Jordi Cardoner y Emili Rousaud) aunaron fuerzas para hacer ver al presidente que era conveniente que se echase a un lado y adelantase elecciones.
Fue después de descubrirse que el club había contratado a una empresa para generar tráfico en las redes sociales en positivo hacia la directiva, y a la vez, negativo contra jugadores, exjugadores y personajes del barcelonismo.
Bartomeu lo encaró como una pequeña tormenta en un vaso de agua, hasta que el primer fin de semana que fue al Camp Nou se encontró con el socio y seguidor agitado, silbándole y solicitándole la dimisión.
No sólo fue en un partido (Eibar), hubo otro episodio (Real Sociedad) y el asunto amenazaba con enquistarse en el templo de los culés hasta que su presidente tirase la toalla.
Cosas del destino, la crisis mundial engulló este incipiente repunte de unas elecciones anticipadas. Este episodio de pandemia ha acabado jugando a favor de Bartomeu, pero el hecho colateral es de una gran gravedad enorme, porque se ha parado la competición. Y, con este parón, se han esfumado los movimientos en la sombra de los aspirantes a la presidencia.
Otro aspecto colateral es que la pandemia se presenta como un episodio que podría atizar al Barça con una crisis cuyas consecuencias nadie se atreve a evaluar, ni en lo deportivo, en lo económico ni en lo social.
Ahora, en Can Barça, nadie está para elecciones, y menos la oposición, que ve con preocupación la situación por la que le tocará atravesar al club, ya que para mitigar las enormes pérdidas económicas que se le echan encima ha visto cómo la actual junta ha acabado llamado a la puerta de los jugadores profesionales para que contemplen reducirse la ficha, sin que haya habido una respuesta masiva de aceptación.
A Bartomeu hace semanas que le dejaron de interesar las elecciones, tanto por la amenaza de que el socio anónimo le pudiese empujar fuera del Camp Nou, especialmente porque le queda un año más de mandato (hasta el 30 de junio del 2021), como por que se lo estuviesen pidiendo dentro y fuera oráculos del barcelonismo, como el exdirectivo Evarist Murtra (con Josep Lluís Núñez y Joan Laporta), quien en una entrevista a Sport hace unas semanas sentenció: "Lo mejor es adelantar las elecciones".
Hace unas semanas, el FC Barcelona estaba abocado a vivir un momento angustioso, aunque ante lo que está sucediendo con el coronavirus, lo ocurrido hace un mes parece ahora un juego de niños.
Entonces Radio Barcelona había desvelado que el Barça había contratado a la empresa I3 Ventures, para promover una imagen positiva de las acciones de la junta, pero el coste (un millón de euros, abonados en facturas que no pasaban los 200.000 euros) también contemplaba azotar a jugadores, exjugadores y personas del entorno azulgrana.
Los actores acusados (club y empresa informática) lo negaron, y de la negación se pasó a dar unas explicaciones que no fueron muy convincentes, y que acabaron con un sector de la junta muy molesto por la contratación de esta empresa, que llevó al presidente a reunirse con los capitanes del primer equipo y a convocar una junta directiva de urgencia.
De aquella reunión no salió bien parado Bartomeu, y una nueva quedó postergada ante dos partidos que podrían jugar a su favor, si acaban bien; el clásico en Madrid y la vuelta de la Champions en el Camp Nou contra el Nápoles.
El segundo de ellos, ni llegó a jugarse, por estar suspendido en las primeras acciones para frenar la pandemia del coronavirus, con lo que la presión que recaía sobre Bartomeu se dispersó y el presidente pudo atender otros asuntos más relevantes de su gestión.
Incluso la auditoría urgente que se solicitó para conocer todas las facturas que el club había pagado a proveedores por menos de 200.000 euros -cantidad que evita que no tuviesen que someterse a control de la comisión delegada-, ahora parece menos apremiante que hace unas semanas.
Ante este panorama, en el club barcelonista no queda ni rastro de un posible adelanto de elecciones, y más cuando los aspirantes han dado un par de pasos hacia atrás para no quedar retratados ante el mal momento por el que debe transitar en estos momentos el FC Barcelona.
Antes de que quedase desmontando el tinglado de un posible adelanto de elecciones, el panorama ya empezaba a verse claro en cuanto a aspirantes, ya que ante la imposibilidad de que Josep Maria Bartomeu se pueda presentar a la reelección (los estatutos limitan a dos mandatos), la junta prevé aunar fuerzas en torno a un directivo para dar continuismo, como es el vicepresidente Emili Rousaud, un miembro de la junta que es un completo desconocido para la masa azulgrana.
El socio Víctor Font parece el mejor posicionado fuera del club. Después de haber hecho una salida en falso hace cinco años, en las pasadas elecciones cuando se retiró cuando era precandidato y aún no se había iniciado la recogida de firmas. En estos últimos años, su imagen ha crecido dadas las apariciones que ha tenido en los medios, incluso convirtiéndose en una voz disidente frente a la gestión de Bartomeu.
Otro aspirante, aunque aún no confirmado oficialmente, es Joan Laporta, expresidente del Barça desde el 2003 al 2010. Después de su fallida campaña en el 2015, en la que fue barrido por Bartomeu, esta vez Laporta aparece en el horizonte como una de las piezas que más puede influir en que otros aspirante opten o no a salir. De hecho, la fuerza de Laporta aún es notable, por lo que si finalmente se presenta, algunos aspirantes podrían no dar el paso.
Al margen de estos tres, aparecen otros tres nombres que circulan en el barcelonismo con menos opciones, como son Agustí Benedito y Toni Freixa, que ya participaron en las elecciones del 2015, y Jordi Roche, expresidente de la Federación Catalana de Fútbol y también del Girona FC.
Las aspiraciones de todos ellos, alentadas en un hipotético adelanto electoral para este verano, deberán reposar hasta la primavera del 2021, cuando se conocerá ya el calendario electoral para suceder a Josep Maria Bartomeu.
Àlex Santos.
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