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Sporting-Atlético, el post del postpartido: Bienvenido, Kevin
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Publicado 18/02/2017 a las 14:58 GMT+1
Fue un partido de cronómetro en mano el de El Molinón (1-4). Por los doce segundos del 0-1, por el gol anulado y la roja perdonada en el minuto 76 y por los tantos del 1-2 y el 1-3 también enmarcados entre 60 segundos, del 80 al 81.
Kevin Gameiro.
Fuente de la imagen: AFP
Fue un partido de cronómetro en mano el de El Molinón (1-4). Por los doce segundos del 0-1, por el gol anulado y la roja perdonada en el minuto 76 y por los tantos del 1-2 y el 1-3 también enmarcados entre 60 segundos, del 80 al 81, y por los menos de cinco minutos que invirtió Kevin Gameiro en su ‘hat-trick’ final.
Aun con la goleada final, no enamoró el Atlético. Es complicado, además, vestido de Borussia Dortmund, AEK de Atenas, AIK Solna o Aris Salónica, asuntos estos no tan menores del fútbol moderno con su habitual querencia a desligar. Pero en lo futbolístico, que es lo que más cuenta al fin y al cabo, lo yermo caracterizó mucho tiempo al actual Atleti de Simeone. Si bien suele enchufarse como un amplificador de rocanrol en las grandes citas del calendario, contra rivales más comunes el apagón suele ser lo habitual. Y le duró demasiado en Gijón.
Con un primer tiempo sin personalidad, demasiado a merced de un Sporting vestido de combativo y que no se adelantó porque Traoré y su físico son de otro deporte, el Atlético mostró poco, con la excusa recurrente de que le viene un Bayer Leverkusen para medir el pase a cuartos en la Champions League. Pero hasta con un ojo en otro lado al subcampeón de Europa se le debe exigir más.
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Fuente de la imagen: EFE
Doce segundos y un poquitín de nada le bastaron al Atlético para construir su primer gol. Casi lo estropea Griezmann con su fuera de juego, pero Carrasco concluyó lo que Cuéllar no supo parar. Parecía el típico golito-de-Nolito definitivo, pero no tardó mucho más en responder el Sporting para confirmar que el partido, de repente, pasaba de la intrascendencia a lo caótico.
Con Saúl y Gameiro, Simeone tiró de lo esperado, no tanto ya con el nada previsible de Thomas por Carrasco. Pero quería el argentino la pelota como botín más inmediato y así construir una superioridad final para ganar. Lo consiguió el maestro. Otra vez. Estuvo cerca de empatar antes en el gol de Griezmann (ese fuera de juego milimétrico a los 76 minutos) y debería haber ayudado que el Sporting se quedara con diez por falta evidente de Amorebieta a Gameiro. González González se hizo el sueco pese a los apellidos bien paisanos.
Pero ante la adversidad arbitral (esquilmados en un minuto dramático) apareció la calidad y la contundencia tan añorada. En el 1-2 con un pase galáctico de Griezmann a Gameiro y en los otros dos goles del francés menos rumboso, el exsevillista, para firmar su primer éxito real como jugador del Atlético. Que a Gameiro le necesita el Atleti como agua de mayo suena a Champions, a grandeza. A que hay tiempo todavía. Bienvenido, Kevin.
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