Primeira Liga 2019/20: La importancia del fútbol portugués

A ningún aficionado español se le escapa la importancia que tiene el fútbol portugués. Antes incluso de que Luís Figo, Rui Costa y compañía levantaran el título de campeones del mundo Sub-20 en 1991, en nuestro país ya acaparaba titulares Paulo Futre con la camiseta del Atlético, adonde llegó después de levantar la Copa de Europa de 1987 con el Oporto de Rabah Madjer. Más atrás aún en el tiempo, el Benfica de los sesenta de la Pantera Eusébio da Silva y el elegante Mário Coluna tampoco necesita excesiva presentación; sus dos Copas de Europa y el relato de la maldición de Béla Guttmann hablan por sí mismos.

El fútbol luso va bien servido de historia, pero también de presente. La nómina de jugadores que han reforzado a los equipos españoles durante los últimos 20 años es vastísima, con sus héroes y sus villanos. De los recordados Abel Xavier, Pauleta o Cristiano Ronaldo a los discutidos Secretário, Dani o Vítor Baia, la historia reciente de LaLiga tiene su propio capítulo escrito portugués. Trincão firmará su siguiente página cuando aterrice este verano en el Barcelona, destino en el que para los portugueses no suele haber medias tintas: puerta grande o enfermería.

La Primeira Liga siempre ha peleado por encontrar su lugar en el corazón del fútbol europeo. Respetada en Europa con la presencia permanente de su trío de potencias (Oporto, Benfica y Sporting), siempre tuvo ese dilema de ser demasiado pequeña para entrar en el grupo de las cinco grandes ligas y demasiado grande para formar parte del vagón secundario junto a Rusia, Turquía o Países Bajos. Con la dimisión de la Ligue 1 francesa hasta la temporada que viene para disgusto del presidente del Lyon, Portugal tiene ahora la ocasión para dejar por unas semanas ese debate y ocupar por derecho propio un lugar en la mesa de las potencias.

La reanudación de la liga portuguesa llega con una dosis extra de emoción para capturar tanto al aficionado experto como al que se asoma por primera vez al fútbol de los vecinos. El Benfica se las prometía muy felices de la mano de Bruno Lage, que parecía capaz de ser un digno sucesor de Jorge Jesús, el último gran entrenador de los encarnados, pero ha entrado en barrena en las últimas jornadas. El Oporto de Sérgio Conceição nunca necesitó que le ofrecieran dos veces un regalo y ya ha vuelto a encaramarse a lo alto de la tabla para protagonizar un esprint final que jugará con la resistencia cardiaca de .

Un escalón por detrás, Braga y Sporting no quieren perder comba para asegurarse su presencia en Europa la temporada que viene, pero por detrás llegan con el descaro de quien no tiene nada que perder el Famalicao (recién ascendido) y el Rio Ave. La batalla en este último mes de fútbol exprés sin tregua va a ser épica de norte a sur del país.

Si por algo destaca la Primeira Liga es por su capacidad de adaptación al cambio, un auténtico camaleón futbolístico. Se lesionó la rodilla el español Grimaldo y su eterna oposición al puesto de lateral zurdo de La Roja tendrá que esperar, y además el mejor centrocampista de la liga, Bruno Fernandes, hizo las maletas en invierno para cambiar el verdiblanco del Sporting por el rojo diabólico del Manchester United, pero siempre quedan reservas de talento. Las carreras por la banda de Jesús Corona en Oporto, la irrupción de Carlos Vinícius en el Benfica o la precisión quirúrgica ante el gol de Paulinho en el Braga son motivos suficientes para engancharse al fútbol luso.