Trofeo Gamper: Inicio y reinicio de Leo Messi como referente del Barça

Jorge Messi no envió ningún burofax el 25 de agosto de 2005 pidiendo que dejaran salir a su hijo para pudiera crecer como futbolista. Su padre y representante dejó claro en Radio Belgrano que había pedido al club que le facilitaran una cesión, ya que le habían llegado numerosas ofertas de equipos españoles para hacerle su primer hueco entre la élite. Hace quince años la directiva también se opuso a su salida, pese que el joven Leo aún no tenía ficha profesional del primer equipo ni la nacionalidad española que ya se estaba tramitando para que no ocupara una plaza de extracomunitario.

Todas esas plazas estaban asignadas y además tenía una dura competencia en el ataque de un equipo liderado por Ronaldinho, Eto’o, Giuly y Henrik Larsson. En palabras de su padre Jorge, “a Leo le iría muy bien una salida a préstamo porque en el Barça está rodeado de tantos monstruos que no le dejarán sitio”.

La negativa del entonces presidente Joan Laporta y su dirección deportiva se tornó aún más firme tras esa noche mágica del Gamper, cuando Leo Messi salió de titular ante un Camp Nou entregado a un equipo ilusionante que acababa de ganar LaLiga y que era el candidato más sólido a ganar la Champions League. Esas dosis de magia e ilusión las ponía el mejor Ronaldinho y aunque el público culé ya sabía perfectamente quién era aquel adolescente argentino que lucía el dorsal 30, no esperaban ver una exhibición así.

Leo Messi comenzó en banda izquierda pero fue ocupando todas las posiciones del ataque por orden de Frank Rijkaard. Desde los dos costados o por el centro ese chico empezó a comerse el mundo de verdad por primera vez, pese a que fuera un partido amistoso de un torneo de verano. Cada regate o cambio de ritmo de esa pulga argentina provocaba el delirio del Camp Nou.

La imagen de esa exhibición fue cuando Messi regateó en repetidas ocasiones a una roca defensiva que le doblaba en tamaño como Patrick Vieira. La frase la dejó Fabio Capello, quien con polo y chándal arqueaba las cejas tras sus gafas de pasta en cada acción de aquel pequeño portento:

En definitiva, ni le hizo falta salir cedido ni en estas líneas es menester recordar todos sus números, títulos y Balones de Oro que ha ido coleccionando en estos últimos 15 años a partir de aquel Gamper 2005.

El escenario y el contexto que se encontrará un ya veterano y cansado Messi este sábado a las 19:00 horas será una completa desolación en comparación con aquella “noche maravillosa” que el mismo Rijkaard definió. Si aquel partido fue el principio de todo, este Gamper puede y debe marcar otro inicio, el de la ilusión que él y el Barça tanto necesitan ahora.