Una fiesta para seguir creciendo: el imparable ritmo del fútbol femenino español

No tiene techo el fútbol femenino. No es una exageración, es la realidad que se palpa tras ver como un estadio donde habitualmente juega el Atlético de Madrid, ha sido llenado por otro Atlético de Madrid, el de ellas, el femenino. En el mejor duelo posible con el liderato de la Liga Iberdrola en juego, las rojiblancas, junto al Barcelona, han logrado el récord mundial de asistencia a un partido de fútbol femenino de clubes con 60739 espectadores (la marca anterior era del duelo Monterrey-Tigres de liga mexicana, 51.211 espectadores en 2018).

Es el último ejemplo, pero no el único, pues en los últimos años el fútbol femenino español se ha acostumbrado a llenar estadios en los que habitualmente juegan equipos masculinos y parece que no tiene intención de parar. En 2003 el Athletic Club rompió la primera barrera con un récord que ha durado muchos años en España. 36.000 personas acudieron a un encuentro de Liga ante el Hispalis donde las locales conquistaron el título.

Las leonas han ido tirando muros y congregando a más y más espectadores. Más cerca queda otra de las cifras que entran en el Top 10 de asistencia al fútbol femenino en España. En 2013, subcampeonas, se jugaron la liga en casa contra el Barça ante 26.000 seguidores. Su propio récord, y el de Europa (siempre hablando de clubes), lo rompieron el pasado enero, cuando 48.121 espectadores acudieron al Athletic-Atlético de Copa de la Reina.

Si bien el Athletic ha sido pionero, el resto de clubes no se ha quedado atrás y especialmente en los últimos años han abierto sus puertas estadios como el Ciutat de València, Mestalla, Anoeta o el Vicente Calderón, con gran éxito.

El Atlético es uno de los que mejor ha seguido la estela vizcaína y en el Metropolitano ya congregó a 22.000 personas para el derbi ante el Madrid CFF la pasada campaña. Antes de medirse al Barcelona, una de las jóvenes estrellas del Atlético, Laia Aleixandri, valoraba para Eurosport el lleno que se esperaba: “Tenemos presente que la afición del Atleti se ha volcado al máximo con nosotras, con este equipo que está haciendo las cosas bien y alcanzando sus objetivos. La verdad que no nos lo esperábamos tan a lo grande, pero es una gran ilusión”.

Una de sus rivales, la culé Mariona Caldentey, aseguraba a Eurosport que es una gran oportunidad para el fútbol femenino: “Es un escenario inmejorable, un escaparate que hay que aprovechar. El año pasado este movimiento ya se comenzó a ver en algunos campos. Es bueno para que esto pueda ser real en el futuro y no algo momentáneo. Que toda la movilización de gente y medios de comunicación no se quede solo en estos partidos”.

En lo que no coincidían es en las expectativas de futuro, mientras que Alexandrei veía claro seguir jugando en los estadios: “Creo que en el futuro jugar en estadios en lugar de en ciudades deportivas pasará a ser algo habitual”. Caldentey no tiene tan seguro que esa sea su realidad: “Estamos creciendo, que nos den la oportunidad de jugar en estos estadios es bonito pero también tenemos que aceptar que no es nuestra realidad”.

Mirando más de cerca, aunque las grandes cifras son muy esperanzadoras, no se puede ocultar que aún queda mucho camino por delante para que esos guarismos sean comunes, ya que que pocos clubes pueden igualarlos en el día a día. Lo analiza Lalu R. Albarrán, directora de Futfem.com, una página web especializada en fútbol femenino: “Las cifras son simbólicas y de momento alejadas de la media real, pero sirven para ir enganchando a pequeños círculos que se deben ir consolidando en temporadas venideras. Con que la línea de tendencia sea positiva es suficiente y tengo claro que lo es. Los repuntes llenando estadios son importantes para que la línea de tendencia sea positiva. Si de 50.000 captas 10, ya sumas. La media de asistencia a los estadios no supera en muchos casos los 1.000, pero ir sumando a poquitos hará que esos 1.000 crezcan. Hay que crecer sin volverse locos”.

Que Atlético, Barça, Valencia, Athletic, Levante, etc. atraigan a tanta afición tiene su lógica, pero para que el resto de clubes, especialmente los que no tienen equipo masculino, crezcan tanto, hay mayor dificultad, según Albarrán: “Es complicado. Estos clubes vienen con masa social hecha, sólo hay que adaptar la masa social de un lado a otro. Los clubes sin filial masculino tienen que hacer otro tipo de trabajo porque la masa social no la tienen creada. Tienen que realizar más trabajo de captación en barrio, escuela, cartelería... a la antigua usanza. Los clubes con filiales masculinos con usar las redes sociales de los chicos ya tienen tirón”.

Albarrán es optimista de forma moderada y sabe que el camino actual es el correcto, así explica el crecimiento de los últimos años: “Fundamental la entrada de capital económico desde hace tres temporadas, principalmente gracias a Iberdrola que ha puesto nombre a la competición, de ahí en adelante la entrada de LaLiga que ha dado directrices claras a los clubes de cómo venderlo como producto serio y sobre todo, la suma de los dos anteriores ha provocado la entrada de la televisión. Se ven pequeñas pinceladas que están provocando que los aficionados lo vean como algo profesional, como un valor para consumo de ocio. Hay producto, hay ideas y una dinámica creciente de aceptación de la mujer en el deporte, aunque queda mucho, estamos en el camino”.

La tendencia no es única de España y los números animan a pensar en positivo. Pese a estar muy lejos de todo lo que mueven en general los clubes masculinos, el fútbol femenino va despertando y entrando en la sociedad. La selecciones nacionales son el mejor ejemplo. Llevan años contando con apoyos masivos en Eurocopas, Mundiales o Juegos Olímpicos.

En definitiva, como bien apunta Lalu R. Albarrán, lo normal no es encontrar llenos como el del Metropolitano ni cifras de asistencia tan apabullantes a pesar de los buenos datos puntuales que van marcando la tendencia positiva. Habrá que ver si el recién iniciado conflicto entre clubes y Real Federación Española de Fútbol no frena el crecimiento. El fútbol femenino es el primero que tiene claro que su camino tiene que estar marcado por el día a día, partido a partido, copiando esa filosofía cholista del trabajo constante, para seguir soñando con alcanzar algún día al menos la relevancia social del fútbol masculino.