Masters de Augusta 2023 | Jon Rahm se convierte en el cuarto español en conseguir la Chaqueta Verde

Diez años después de colgar los palos todavía sueño todas las semanas que vuelvo a jugar y aún en un sueño, sigo fallando los 'putts' de un metro y medio que no se deben fallar. Después veo jugar a Jon Rahm y comprendo que hay gente que nace siendo una elegida, personas con un talento distinto al resto y que tienen casi la misión obligatoria de hacernos disfrutar al resto e incluso sintiéndonos partícipes en cierta medida de sus éxitos.

Ganadores hay muchos, pero atletas que trasciendan más allá de su propio deporte no hay tantos y el de Barrika es uno de ellos. De nuevo Jon Rahm va a ser el culpable de que este lunes los españoles se tomen una taza más de café, tengan ganas de posponer la alarma un par de veces o de que alguno 'misteriosamente' decida teletrabajar. Ya lo hizo en el US Open y ahora lo ha vuelto a hacer en el torneo más prestigioso del mundo del golf.

Teniendo en cuenta de que empezó el torneo con un 'doble bogey' y lo ha terminado sacando una diferencia de cuatro golpes al Koepka y Mickelson, parece que este chico se crece ante las adversidades. Por el camino Jon no ha tenido ni un día tranquilo, entre el viento, la lluvia y el tener que acostarse con la vuelta incompleta no ha sido precisamente un camino de rosas, pero así los triunfos saben mejor.

De una manera muy acertada Javier Ares, gran comentarista de Eurosport, ha apodado a Mathieu Van der Poel como la 'bruta bestia' y podría ser perfectamente un apelativo para referirse al campeón español. Rahm mantuvo a todos a raya y en cuanto sus rivales bajaron un poco la guardia aprovechó para ser un martillo pilón con un objetivo claro y terminar luciéndose con golpes extraordinarios y arriesgados aún cuando la razón pedía ser conservador. Jon está condenado a hacer historia en el mundo del golf y a sus 28 años tiene ganado un respeto que otros grandes tardaron años en conseguir.

Hay que reconocer que la Chaqueta Verde no le sienta nada mal, al igual que tampoco le sentaba mal a Severiano Ballesteros, que al igual que Fernando Martín o Manolo Santana, labraron el camino que hoy muchos pisan. Con Chema Olazábal y Sergio García ya son cuatro los españoles que se han ganado el derecho a tener una taquilla con su nombre en los vestuarios del Augusta National, un privilegio que hay que ganarse con mucho sudor.

Y recuerden, mañana, si alguien os pilla bostezando de sueño échenle la culpa a Jon Rahm.