El momento de hacer balance

El pasado domingo por la tarde, Boyd Exell se colgaba el oro tras la disputa del triatlón de enganche, poniendo punto y final a la octava edición de los Juegos Ecuestres Mundiales. En total han sido doce jornadas de competición y, a pesar de que en los últimos días no haya habido contratiempos, jamás podremos olvidar lo ocurrido a durante los primeros días. A la cancelación de la carrera de raid tras un caos organizativo descomunal durante la primera etapa (en la que recordemos, se dieron varias salidas y un importante grupo de jinetes se equivocó de recorrido), la siguió la anulación de la Libre de doma por “problemas logísticos”.

No han sido pocas las voces discordantes con la organización. El pasado sábado por la noche, Éric Lamaze publicó un mensaje a través de las redes sociales en el que decía lo siguiente: “Tryon es mi séptimo Campeonato del Mundo y, en mi opinión, es el peor jamás organizado. Escuchamos historias antes de llegar y sabíamos que las instalaciones no estarían listas, pero nadie esperaba aparecer y encontrar un lugar sucio e inacabado que se parecía más a una zona en construcción que a un espacio deportivo. Fue vergonzoso […] es inaceptable”.Otros incluso van más lejos, como es el caso de Sönke Lauterbach, secretario general del la Federación Ecuestre Alemana quien, hace una semana llegó a poner en entredicho la continuidad de los Juegos Ecuestres Mundiales. “La FEI discutirá los resultados de su investigación con el organizador y, por supuesto, en noviembre, en la Asamblea General, se hablará de todos estos asuntos. Yo creo que todo esto no va solo sobre el futuro del raid. No quiero decir “que se disuelvan los Juegos Ecuestres Mundiales”, pero tenemos que ver si los JEM se volverán a celebrar”, decía el alemán.

Sea como sea, lo que es seguro es que estos JEM marcarán un antes y un después en la competición. Ha llegado el momento de que las mayores instancias de los deportes ecuestres hagan balance de lo ocurrido. Esta situación no se puede repetir.