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Blog Olímpico: La montaña que se esquía hacia arriba

José Manuel H. Tallada

Actualizado 08/01/2018 a las 19:53 GMT+1

El Tour de Esquí viene a ser a la Copa del mundo de esquí de fondo lo que el Cuatro Trampolines es a la Copa del Mundo de saltos. Su principal atractivo es la ascensión (que no descenso) a una pista de esquí: el Cermis.

Dario Cologna Tour de Ski

Fuente de la imagen: Getty Images

Este domingo concluyó una nueva edición del Tour de Esquí, uno de los momentos más destacados de la temporada de esquí de fondo. Al igual que ocurre con el Cuatro Trampolines de saltos, se trata de una prestigiosa competición que está integrada dentro de la Copa del Mundo. La componen siete pruebas (este año seis por la cancelación de Oberstdorf) con diferentes distancias y formatos (libre o clásico). Su gran particularidad está en su asombroso final: la ascensión al Alpe Cermis.
Cuando uno piensa en esquí, irremediablemente le viene a la cabeza la estampa de un deportista descendiendo una montaña con sus tablas. Los esquiadores de fondo, que suelen moverse en plano sorteando mayor o menor inclinación, ponen patas arriba esa idílica imagen una vez al año. Lo hacen en la localidad italiana de Val di Fiemme, sede en tres ocasiones de los mundiales de la especialidad.
Desde la creación del Tour de Esquí hace una década, la última etapa se disputa en estilo libre (con paso patinador), con formato persecución (el orden de salida lo determina la clasificación general) y sobre 9 kilómetros de recorrido (idénticos para hombres y mujeres). La primera parte del trazado que arranca desde el Lago di Tesero es algo menos abrupta, y sirve a los participantes para concienciarse de lo que les espera. En el último kilómetro tendrán que subir literalmente una montaña.
El Alpe Cermis no es una pista especialmente llamativa para la práctica del esquí alpino, pero para el esquí de fondo, y en sentido contrario, adquiere tintes épicos. Los esquiadores deberán subir 495 metros, con desniveles que alcanzan el 28 % (el mítico Angliru tiene un desnivel máximo del 23%) y con una diferencia de altitud de 425 metros. La dureza de la ascensión es brutal. Para lograrlo, los esquiadores se adentran en un interminable zig-zag que lleva su resistencia al límite.
Tour de Ski Cermis
En esta edición, muchas grandes figuras se han borrado en Cermis. La proximidad de los Juegos Olímpicos de PyeongChang ha provocado que muchos hayan preferido dosificarse… y en esta prueba no caben las dosificaciones. El suizo Dario Cologna hizo historia logrando su cuarto título, igualando la marca de la polaca Justina Kowalczyk, auténtico mito de la prueba. En la competición femenina la noruega Heidi Weng revalidó su corona en la que es, sin duda, una de las citas más bonitas del calendario en el deporte blanco.
José Manuel H. Tallada
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