El 'Esto es durísimo' de Jorge Lera: Nuestro combate del siglo

Por primera vez, un peleador que representa a España va a disputar el título más importante en las MMA, el campeonato de la UFC, el cinturón que te consagra como el mejor peleador del mundo. No deberíamos perder la perspectiva de que lo que estamos viviendo es histórico, uno de esos pocos combates que, dentro de muchos años, recordaremos dónde lo vimos, con quién estuvimos despiertos esa madrugada y cuantas tazas de café tuvimos que consumir para mantenernos en vilo. Es que es el primero. Estoy convencido de que juntos viviremos todavía muchas más noches históricas, porque el ascenso de las MMA en España es imparable. Pero solo una, esta, será la primera. Y a estas alturas no creo que sea necesario recordar que, para todo en esta vida, la primera vez es única e irrepetible.

Ha habido antes importantes hitos, protagonizados por legendarios pioneros, sin los que seguramente hoy no estaríamos aquí: desde las peripecias en el 94 del precursor y gran olvidado Alberto Cerro León, a las actuaciones de los ya mucho más populares Enrique Marín “Wasabi” o Abner Lloveras; de las emociones generadas por el canario Juan Espino, con su carrera finalmente malograda por la lesiones, a las actuaciones de los actuales Joel Álvarez y Dani Bárez, que seguro que también nos van a seguir emocionando y protagonizarán otras noches inolvidables. Si esta semana va a ser histórica, es en gran parte por el trabajo y sacrificio de todos ellos. Y si Ilia se hace con el cinturón, una parte de éxito será de todos los que han contribuido a que las MMA en España hayan crecido tan vertiginosamente. También a los que trabajan de forma más anónima en los gimnasios o en promociones nacionales, sin los que sería imposible crear la base de una pirámide que cada vez se va haciendo mayor. Por todo esto, este sábado todos somos Illia y su triunfo será el de todos.

Pero hay algo que hace de este combate un acontecimiento todavía muchísimo más especial. El combate de Ilia Topuria contra Alexander Volkanovski es de los que transciende el propio ámbito de los deportes de contacto. Es uno de esos acontecimientos que a todo el mundo le genera curiosidad y que todos quieren ver. Incluso muchos que no han visto nunca un combate antes, que no son seguidores habituales de deportes de contacto o que ni siquiera tienen aún muy clara la diferencia entre UFC y MMA. Lo quiere ver todo el mundo. Y eso sí que es gracias única y exclusivamente al carisma, el magnetismo y la personalidad de Ilia. Campeones puede haber muchos, pero ídolos del pueblo, no tantos. Y personajes que trascienden su propio deporte se cuentan con los dedos de la mano.

En España, en boxeo, por poner un ejemplo equiparable, hemos vivido en las últimas décadas muchas gestas protagonizadas por grandísimos campeones, como Javi Castillejo, Kiko Martínez o Gabriel Campillo. Pero a pesar de sus incuestionables méritos y su gran heroicidad, y pese a contar con todo el apoyo, el cariño y la admiración de la familia pugilística, que siguió con emoción sus carreras, no terminaron de traspasar esa barrera. Posiblemente, porque eran otros tiempos, muy injustos y casi sin apoyos. Muchos de sus grandes logros quedaron para la numerosa afición del boxeo, pero sin salir de ahí. Por desgracia, estamos en un país en el que al gran Javier Castillejo mucha gente le conoce más por su participación en el reality show “Supervivientes” que por sus grandes hazañas, que le colocan como el boxeador más laureado de nuestra historia. Creo que con Ilia es distinto. Su irrupción en grandes medios generalistas le ha convertido en un ídolo del deporte español conocido por todos. Toda España está pendiente de lo que ocurra este sábado. Lo percibes cuando la gente no deja de preguntarte dónde, cómo y a qué hora. Pero, ojo, que enfrente tenemos a un gran campeón, a un experimentado guerrero, a uno de los mejores de la historia libra por libra, a un maestro que sabe competir como nadie. La magnitud del reto hace todavía más apasionante la aventura.

Eran otros tiempos y tenían personalidades muy distintas, pero creo que el grado de interés popular generado por el campeonato de este sábado no lo percibíamos desde el mundial que disputó Poli Díaz ante Pernell Whitaker en 1991. Y ha llovido desde entonces. Este sábado, todos juntos con Ilia Topuria, estaremos viviendo historia. Y permitidme que termine con un consejo de viejo amigo: no perdáis la oportunidad de poder decir algún día a vuestros hijos, o incluso a vuestros nietos, “yo lo vi en directo”. Como el gol de Iniesta.