La rocambolesca historia de la pareja que logró el oro en patinaje artístico para Alemania

En los Juegos Olímpicos hemos visto en muchas ocasiones a deportistas representado a países que no son sus naciones de origen. Bien por la competencia que hay en su tierra en determinadas disciplinas o por otras razones, muchos son los atletas que terminan representando a un país que les acoge de una u otra manera. En España hemos tenido varios casos, laureados además, con los que el sentimiento patrio se ha extendido más alla de nuestras fronteras, hasta acoger como nuestros a los deportistas que nos representan en las competiciones internacionales.

Algo similar les ha sucedido a la patinadora de origen ucraniano, Aljona Savchenko y a su compañero de origen francés, Bruno Massot. Esta pareja logró la medalla de oro en la modalidad de patinaje artístico por parejas. Es la novena presea dorada que consigue el país germano en estos Juegos de PyeongChang 2018. Sin embargo, ninguno de los dos se ha criado en Alemania.

El caso de Aljona es algo menos llamativo que el de su compañero Bruno. Comenzó a patinar a los 3 años en los lagos congelados cercanos a Kiev, su ciudad natal y fue a los cinco años cuando entró en una escuela de patinaje. En cuanto a Bruno, empezó su relación con el patinaje con siete años y fue su primer entrenador el que le animó a seguir entrenando tras comprobar el potencial que tenía.

Aljona vive en Alemania desde 2003 y se nacionalizó en 2006, pudiendo representar a este país en numerosas competiciones. La situación de Bruno, en cambio, fue bastante más compleja. Cuando la ucraniana se fijó en el patinador francés, le propuso representar juntos a Francia, pero la federación alemana se opuso, consciente del potencial de la pareja. Fue Bruno el que tuvo que marcharse a vivir a Alemania para poder entrenar con su pareja y el que tuvo que nacionalizarse alemán para poder representar a este país. Una nacionalidad que se consumó en noviembre de 2017, apenas dos meses antes del comienzo de los Juego Olímpicos de PyeongChang.

Bruno Massot declaró a ´Le Monde´, tras ganar el oro para Alemania que "Cada deportista lo dirá: uno no compite por el país. Antes que nada, se compite por uno mismo, y luego por el país”.