Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo
Opinion
Rugby

Blog De la Calle: 42 fases, 42 metros

Fermín de la Calle

Actualizado 04/02/2018 a las 23:24 GMT+1

Todos hablan del drop de Sexton, pocos de la majestuosa exhibición previa de sus compañeros. Percutir, limpiar, estabilizar, reciclar, cargar... 42 fases. RUGBY

Sexton, Rugby

Fuente de la imagen: Eurosport

Medio mundo incluyó en sus portadas del sábado el drop desde 42 metros con el que Jonathan Sexton dio la victoria en París a Irlanda ante Francia en el descuento. Pero detrás de la esplendorosa ejecución del apertura de Leinster hay una descomunal exhibición física, un ejercicio coral de fe, solidaridad y toneladas de trabajo de sus compañeros. 42 fases para 42 metros de drop.
Nada de lo que ocurrió fue fruto de la improvisación. Todo empezó cinco minutos y cuatro segundos antes. Cuando el apertura francés Anthony Belleau falló un golpe de castigo que habría colocado a Francia 16-12 en el marcador, Sexton recogió la deficiente patada y emprendió la carrera hacia su 22. Tocaba a Irlanda salir de la cueva y el apertura apostó por hacerlo con una patada dividida que permitiese a sus delanteros pelear la posesión. Advirtió un punto débil a la espalda de Vahaamahina, en el pasillo de cinco metros, defendido por el ala Teddy Thomas. ¿Por qué ahí? Porque colocando la patada en ese pasillo le permitía neutralizar la presencia del poderoso segunda línea francés, obligando a implicarse al ala, poco amigo de jugarse el físico ante las percusiones rivales. Eso le daba un margen de maniobra.
Sexton patea dando algo de altura a la patada para darle tiempo a llegar a Henderson, quien se lanza sobre la pelota, ante un Thomas que hace el molde en el aire. Henderson cae al suelo y Cronin se ocupa de limpiar el ruck, sacando a Vahaamahina, quien cae sobre su compañero Gourdon, que desafortunadamente queda lesionado. Dejando a la delantera irlandesa en superioridad durante unos valiosos segundos. Comienza así, rondando la línea de 40 metros propia, el encadenamiento de fases de los irish.
La segunda fase la protagoniza Peter O’Mahony percutiendo cerca con la ayuda de Denton, quien limpia el ruck. La tercera es más larga, ya que Sexton trabaja con dos dummies antes de habilitar a Aki, a quien Gabrillagues aprieta. Pero Rob Kearney le sella abajo. La cuarta le toca a Cronin, la quinta al propio Sexton... Irlanda, no obstante, no lograr pisar terreno francés hasta que llega la fase 20, que además coincide con el momento en que el cronómetro supera los 80 minutos. Sin embargo, los irlandeses trabajan con orden y paciencia, ajenos a las urgencias del reloj y el marcador.
Cuando un compañero carga con la pelota contra la defensa, el apoyo ofensivo es decisivo para hacer buena la iniciativa del portador y para mantener la posesión, ya que al caer el placador debe presentar la pelota en el suelo para que siga viva. Está prohibido ir solo a la guerra. Irlanda cargaba ordenadamente, pese a que algunos de sus delanteros, gigantes entre 110 y 120 kilos, llevaban 80 minutos trabajaban a destajo en un partido de enorme exigencia física. Cuando el oxígeno no te llega a la cabeza, fruto del cansacio, uno suele tomar malas decisiones y en la mayoría de las ocasiones la precipitación gobiernas tus decisiones.
Los irlandeses seguían empujando la línea de ventaja pulgada a pulgada, sin perder el orden y acudiendo a cada ruck con tres hombres al menos (portador-limpiador y estabilizador). Superada la línea media y el minuto 80, Irlanda encadenaba 20 fases bajo la dirección de Murray, que movía como un acordeón a sus compañeros. A veces percutiendo cerca, para aprovechar el último oxígeno que queda en los pulmones de los delanteros que resisten cerca de los agrupamientos, a veces alejando el ataque a la línea de ventaja para evitar que Francia reciclase jugadores con los que disputar rucks cerca del anterior punto de encuentro.
Después de varias fases sin ganar metros por el eje debido a la aglomeración de delanteros franceses, Earls hizo señales a Sexton para que probase su kicking game. En la fase 23, fundamental por el riesgo que conllevó y los metros que terminaron ganando, el de Leinster probó una patada cruzada desde su línea de 40 que Earls pescó en el aire ante el ala rival y tras caer lanzó dos contrapiés que les permitieron meterse en la línea de 40 francesa. Irlanda había ganado veinte metros, el reloj marcaba el minuto 80 y 25 segundos y ya encadenaban 24 fases.
La siguiente carga, como era lógico, se produjo ya por el eje, a 40 metros de distancia de palos. Irlanda buscaba el golpe, pero Francia defendía disciplinadamente, aunque sin lograr recuperar la posesión. En la fase 25, mientras Murray enlaza pick and go tras pick and go de su delantera, el medio melé y el banquillo observaron con preocupación como uno metros más atrás Sexton, tumbado en el suelo, estiraba para librarse de los calambres que sufría. Las cámaras de la BBC eran testigos de ello. Se sucedían las cargas mientras Sexton estiraba: Aki, Denton, O'Mahony... En una de esas fases el francés Priso cae del lado irlandés del ruck y Murray trata de ganar el golpe, pero Nigel Owens le ordena que juegue.
Cuando Irlanda enlaza su fase número 32 Sexton ya está integrado en la dinámica del equipo. Murray trabaja con unidades de tres delanteros sobre el eje, una vez a la derecha y otra a la izquierda, para ir ganando metros y centrando la posición de juego. Llega la fase 40: Murray mira a Sexton, situado cinco metros por detrás de la línea de 40, y el 10 asiente con la cabeza. El ruck, situado a diez metros del pateador, se resuelve con limpieza. Y la pareja de medios irlandeses inicia el ritual. Los dos pies de Murray en el suelo, el más alejado del ruck apuntando a la dirección del pase. Se agacha, coge la pelota y gira su cintura con un latigazo que produce una pelota rápida, tensa y limpia hasta las manos de Sexton. Un pase excelso (no es fácil en el minuto 80) que le dio a Sexton unas décimas decisivas para que armase la patada sin presión de rivales, que habían quedados enrocados en el último ruck.
Lo que ocurrió después ya es conocido por todos. Un drop que veremos si vale un torneo o incluso un Grand Slam, como aquel de O'Gara. Pero mientras muchos destacan a Sexton y su descomunal patada, a mi me gustaría poner el foco en esos compañeros que durante cinco minutos fueron capaces de enlazar 42 fases manteniendo la posesión, limpiando los rucks, acudiendo a la guerra con una fe inquebrantable en la victoria. No hace tantos años Irlanda nunca habría creído en sus posibilidades de ganar ese partido. Sin embargo, hoy los de la isla Esmeralda han ganado en autoestima y resiliencia. Justo lo contrario que Francia. La gente hablará del drop, me permitirán ustedes que yo levante la pinta por sus compañeros. Nadie les señalará como protagonistas, pero sin ellos nada de lo que vimos habría sido posible. El rugby es un deporte de equipo. Nunca lo olviden. Unos mirarán el dedo, otros, a la luna... 42 metros, 42 fases.
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio