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Blog de la Calle: Valladolid no es España

Fermín de la Calle

Actualizado 19/04/2016 a las 08:54 GMT+2

El pasado domingo ocurrió algo extraordinario, inexplicable, inaudito. 26.000 personas llenaron el estadio José Zorrilla para presenciar un partido de rugby. Han leído bien ustedes: rugby.

Final Copa Rey Rugby 2016 Valladolid

Fuente de la imagen: EFE

Llevamos años escuchando que el rugby es un deporte minoritario, viendo como los espónsors dan la espalda a este deporte, constatando cómo mengua el presupuesto federativo y comprobando que son contados los medios de comunicación que dan cabida al deporte oval más allá del VI Naciones, el Mundial o a alguna tángana sacada de contexto.
Pero lo acotencido el domingo se explica por una sola razón: Valladolid. Valladolid no es España, no al menos cuando hablamos de rugby. Es un trozo de Francia implantado en medio de Castilla, un condado inglés surgido a orillas del Pisuerga. El rugby es el deporte rey de Pucela, el que más títulos ha dado a la ciudad, el que más cantera maneja y el que se juega en los dos colegios más emblemáticos: Lourdes y El Salvador. En Valladolid están los dos clubes más potentes de la Liga, lo que mantiene ese tensión no resulta que les obliga a vigilar de reojo al vecino los 365 días del año. Por unos días los dos remaron en la misma dirección. Dos clubes capaces de reunir una docena de patrocinadores para mantener año tras año las aspiraciones de ambos equipos. Y a eso se añade que Pucela tiene un alcalde que ha sabido ver en el rugby el vehículo perfecto para proyectar la imagen de la ciudad en España e incluso en Europa.
Lo que ocurrió el viernes pasó de ola a tsunami cuando se disparó el ritmo de venta de entradas. Se supo que presidiría el partido el Rey (no acudía un monarca al rugby desde 1929) al tiempo que se colgaba el cartel de 'No hay billetes' en las taquillas. Y entonces muchos de los que habitualmente se zancadillean en el rugby nacional, en el nombre de los valores por supuesto, quisieron aparecer en la foto. Las marcas cerveceras pactaron la paz pese a la guerra abierta por la Federación, los medios de comunicación vieron una oportunidad para oxigenar sus webs de deportes y las redes sociales se llenaron de buenas intenciones.
Final Copa del Rey de rugby en el Nuevo Estadio José Zorrilla
El día fue espléndido y se cumplieron las mejores expectativas. Pero sería injusto y equivocado pensar que lo ocurrido en Valladolid representa al rugby español. Falso. Lo ocurrido el domingo representa al Principado Oval de Valladolid. Un territorio ajeno a los pulsos asamblearios de clubes que se viven en Madrid o a las luchas de poder de Cataluña, donde el club decano, la Santboiana, ha decidido aislarse para trabajar, harta de desplantes de la federación catalana y la española. En Andalucía se ha creado una liga, la RAMA, paralela a la de la federación porque los clubes no pueden asumir las exigencias económicas de la FAR. Mientras que en Asturias y Galicia han estado a punto de quedarse sin jugar al rugby miles de jugadores por la falta de un seguro, asunto en el que la Federación Española ha dado la callada por respuesta. Y así podríamos pasarnos horas...
El pasado domingo sólo hubo un borrón. Cuando el rey Felipe VI comenzó a colgar las medallas de campeones a los jugadores de El Salvador, no hubo preseas para todos. Es lo único de lo que tenía que encargarse la Federación Española, de eso y de aportar los seis balones con los que se jugó la final. Alfonso Feijoo ni siquiera fue capaz de 'vender' el evento a una televisión para apostarle visibilidad y que lo retransmitiera en directo, pese al apetitoso cebo de los 26.000 espectadores. Al final Teledeporte se apiadó, seguramente aleccionada por un Consejo Superior de Deportes 'obligado' al confirmarse la presencia real. Pero llegó tarde y comenzó con el partido ya iniciado. Donde vieron perfectamente el encuentro fue en la televisión autonómica de Castilla y León, que se compartió esfuerzos con Terrible Producciones, una empresa vallisoletana que no escatimó medios (como lleva haciendo años) para mostrar la excelencia del rugby, deporte estrella en su panel de retransmisiones.
Lo demás ha sido cosa del mucho y buen trabajo de las gentes de Valladolid y del rugby. Ni un roce entre los aficionados, ambientazo en el tercer tiempo y torneos de todas las edades y sexos en la previa del partido para celebrar este evento histórico que se vivió el domingo en Pucela. Un hito que no se volverá a repetir, no al menos hasta que se lo vuelvan a proponer los vallisoletanos. Porque en cuestiones de rugby, Valladolid no es España. Por más que nos duela. Tienes más de las Highlands escocesas, de los valles mineros del sur de Gales o de la escarpada Irlanda. Aunque afortunadamente esté más cerca y nos siga permitiendo acercarnos al Pepe Rojo un par de veces al año para ver el derbi, tomar un lechazo y regarlo con un Ribera. ¡Gracias Valladolid!
POSDATA: Sabrán perdonar que no me sume a la ola del 'buenismo' periodístico que se ha generalizado con este evento. Que me desmarque del cinismo oficialista y esa desinformación teñida de honor y caballerosidad que nos ha tocado digerir sobre las excelencias del rugby patrio. Son demasiado años viendo pasar trenes: aquella Australia campeona del mundo en el Central, la Superibérica, la Copa en la Nueva Balastera, los Barbarians en Elche... ¡Ojalá hubiera más Valladolides!
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