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Copa del Mundo de Rugby 2019: De tifones y batallas campales (jornada 1)

Fermín de la Calle

Actualizado 24/09/2019 a las 15:29 GMT+2

Se confirma el predominio físico con cinco minutos deslumbrantes de los All Blacks, una primera parte cargada de flair francés y la dignidad de las cenicientas. Irlanda se ahorró el kicking game, Australia se 'europeizó' para ganar a Fidji y los ingleses terminaron atacando por fuera los tonganos. Mal Argentina, peor Escocia.

Rugby

Fuente de la imagen: Getty Images

Cuando comenzó el Mundial, las selecciones fueron advertidas que podrían sufrir los rigores de los tifones japoneses. A punto de concluir la primera jornada no ha habido incidentes meteorológicos, más allá de chaparrones que han condicionado un juego a la mano que ha aparecido poco en este inicio de la competición. No puede, ni debe extrañar a nadie la relevancia del factor físico en esta novena edición de la Copa del Mundo. Los candidatos han exhibido músculo para bien o para mal. Requisito innegociable para quienes pretendan estar en la final del 2 de noviembre. La exigencia en los partidos de primer nivel, en los que se han medido favoritos, ha sido descomunal, aunque no siempre determinante. Se vio en el Nueva Zelanda-Sudáfrica, intuyó en el Irlanda-Escocia y confirmó en el Francia-Argentina.
Atendiendo a este aspecto, llama la atención la exhibición irlandesa ante otra Home Union, Escocia. Joe Schmidt advirtió el movimiento de Towsend poniendo a dos contragolpeadores de buena planta en las alas esperando las patadas de Sexton y los irlandeses se ahorraron el kicking game. Por lo que Murray dio de comer a sus gordos hasta empacharse. La superioridad del rodillo verde no puede esconder la desconcertante actuación del pack del cardo. Escocia durante el trasiego del rugby clásico al rugby running ha caído en el caos más grosero: desorden, falta de apoyos, malas decisiones... Hasta el punto que se antoja que Japón, más determinado en su propuesta, puede hacerle daño y dejarles fuera de cuartos de final.
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Beauen Barret sca el brazo en un hand off duro sobre Chelsin Kolbe.

Fuente de la imagen: Getty Images

Nueva Zelanda y Sudáfrica jugaron un partido de poder a poder. Los springboks aglutinaron la posesión alrededor de su delantera, pero los kiwis mostraron un perfil serio en defensa frenando a los ball carriers de los bokkes. Nueva Zelanda se desplegó en el eje y esperó con paciencia los errores del rival. Y cuando llegaron Reece, Beauden Barrett y Bridge sacaron petróleo de ellos. Admito que prefiero a Beauden de 10 porque pienso que debe estar lo más cerca posible de la pelota. Pero es tan buen atacante que aunque juegue de zaguero, cuando Nueva Zelanda se despliega él siempre aparece como tercer o cuarto apoyo ofensivo. En Sudáfrica el partido le vino grande a Pollard (exceptuando el drop) y a unos centros con poco rugby en las manos, al tiempo que nos ofreció una versión bulliciosa de un desacertado De Klerk. El mejor fue, sin duda, Chelsin Kolbe, muy seguro en las patadas con las que Mounga le bombardeó. No solo las cazó, incluso las recicló rompiendo varias cortinas defensivas. Pero a su lado no apareció ningún Beauden disfrazado de sudafricano.
En ese partido se vio el mejor rato de rugby de lo que va de Mundial con cinco minutos deslumbrantes a un ritmo descomunal de los neozelandeses en los que demostraron que nadie piensa tan bien y tan rápido como ellos. Neozelandeses y sudafricanos confirmaron que son serios candidatos al título, pero los springboks se cruzarán en el camino con los irlandeses. Un partido que promete ser una batalla campal. Dos equipos con un parecido razonable (delanteras incontenibles, 10 sobrios y centros muy físicos) en los que magia se acomoda en las orillas con Stockdale y Kolbe. Ganará, probablemente, quien se haga dueño de la pelota.
La otra selección que emitió destellos interesantes fue Francia. La llegada de Galthie a su banquillo ha dotado de sentido común al jeux de mains galo, aunque haya improvisado el parche de Ntamack como 10. Los franceses tienen mucho rugby en sus centros con Fickou, Vakatawa o Fofana que mezclan bien con Penaud, ala que ni es físico ni es finalizador. Es inteligente. Ante los Pumas, que salieron dormidos, los delanteros franceses ganaron el combate en los puntos de conquista, disponiendo Dupont de balones que administró con prestancia entre sus tres cuartos. Francia se soltó a jugar y los argentinos se limitaron a poner pegatinas fallando 26 placajes. Pero todo cambió en la segunda mitad, cuando la delantera puma cogió el partido por la solapa y evidenció que el XV del gallo tiene mejores delanteros que delantera. Perdido el balón en los puntos de encuentro, los tres cuartos franceses quedaron desabastecidos y desaparecieron del partido. Pese a ello ganó Francia, lo que condena a Argentina a lograr una improbable victoria ante Inglaterra si quiere pasar a cuartos. Los galos ofrecieron un retrato ajustado de lo que son: con balón previsiblemente imprevisibles. Sin él, nada.
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Dupont placa a Matera.

Fuente de la imagen: Getty Images

Por su parte, Inglaterra y Gales liquidaron con suficiencia sus partidos. Los del XV de la rosa probaron por dentro y se vieron sorprendidos con las percusiones metálicas de los tonganos, así que cambiaron el juego y se fueron a jugar afuera con Daly mejorando cada pelota que tocaba. Manu Tuilagi lució al trote y un par de acciones bien organizadas del pack inglés terminaron en ensayo. Inglaterra es el equipo más táctico del Mundial. La pizarra de Jones esconde mil trampas. El partido ante los argentinos será una buena piedra de toque. Los galeses se exhibieron en la primera parte y se echaron a dormir. Lo mejor de los dragones es que son un equipo capaz de adaptarse a cualquier contexto de partido. Pueden jugar con el balón que conquista su poderosa delantera o con el que les llega de las patadas rivales. Muy peligrosos. Mucho.
Australia tuvo más trabajo del esperado con Fiyi y terminó recurriendo a algo tan poco wallaby como los mauls para superar a los anárquicos fidjianos. Pero dejó muchas dudas atrás y quedó claro que Genia mejora a White en cada decisión que toma. Hooper se echó el equipo a la espalda y al final respiraron aliviados. De Fiyi y Tonga hay que destacar, además de los comentados contactos, una mayor consistencia que en Mundiales anteriores. Más orden, más organización, aunque el fuelle les sigue durando de 50 a 60 minutos. Seguimos...
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