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Copa del Mundo de Rugby, Japón-Irlanda: La velocidad nipona desintegra a los verdes (19-12)

Fermín de la Calle

Actualizado 28/09/2019 a las 14:39 GMT+2

Japón volvió a hacerlo. Como hace cuatro años, ante Sudáfrica, los nipones descosieron a los europeos con su altísimo ritmo y sus placajes ganadores. Un resultado que hace saltar por los aires el grupo, al colocar primero a los asiáticos a falta del partido final entre los anfitriones y los escoceses.

Rugby

Fuente de la imagen: Eurosport

Japón volvió a hacerlo y una vez más con todo el merecimiento. Como hace cuatro años ante Sudáfrica, los nipones descosieron a Irlanda con su altísimo ritmo y sus placajes ganadores. Un resultado que hace saltar por los aires el grupo, al colocar primero a los asiáticos a falta del partido final entre los anfitriones y los escoceses. Ahora los verdes, con su histórica debilidad en los Mundiales, pueden caer al lado del cuadro de Nueva Zelanda e Inglaterra. Sin duda, el más tortuoso.
Irlanda comenzó adelantándose con un ensayo de Ringrose, pero los japoneses desde el primer momento dieron síntomas de su peligro. Mastushima pudo apoyar una jugada en la que el bote del oval le jugó una mala pasada. Un golpe acercó a los locales, pero los irlandeses ponían tierra de por medio con otro ensayo de Rob Kearney (3-12). Todo transcurría según el plan con Sexton en la grada viendo tranquilamente el partido y el Kicking Game verde sacando rédito ofensivo y siendo el camino más corto para superar los placajes de la delantera nipona, que aguantaba estoicamente el empuje irlandés.
Cuando recuperaban la bola, los locales insuflaban un ritmo trepidante al juego que asfixiaba, con ayuda de la enorme humedad ambiental, a los gordos del trébol. Así, las indisciplinas de los europeos permitieron a los nipones acercarse en el marcador hasta el 9-12 con el que se llegó al descanso gracias a la pierna de Tamura. Y contra todo pronóstico, el equipo que se desfondó en la segunda mitad fue el irlandés, al que los pulmones no le daban para seguir el ritmo de su rival.
Otro ensayo que descansa ya en la historia del rugby, el de Kenki Fukuoka a falta de veinte minutos para terminar el choque, puso el colofón a la remontada de los nipones, que pasaron del 3-12 al 19-12 final con una exhibición de potencia y efectividad en el placaje y sin cometer errores con la pelota en la mano. La disciplina de los japoneses, 6 golpes por 9 de los irlandeses, también fue clave en este triunfo que es el campanazo del Mundial. De momento...
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