Carta abierta de Ander Mirambell a los aficionados de Espanyol y Barça

¿Por qué el Espanyol? Es un sentimiento, no puedo explicar lo que significan los colores blanquiazules. Cuando era pequeño tenía dos sueños, ser Olímpico y jugar con el RCD Espanyol. Tuve la suerte de estar un mes a prueba en el juvenil B del Espanyol y jugué un partido en Peralada. Cumplí ese sueño pero sobre todo hay una religión en mi familia que se llama Espanyol. Mi abuelo jugó a rugby en la sección del equipo perico quedando subcampeón de España en la temporada 1942-43 con la gesta de marcar dos ensayos en semifinal contra el Barcelona que dieron el pase a la final. Mi padre me hizo socio de pequeño, llevo 30 temporadas y las he visto de todos los colores. Hubo una etapa que seguía mucho al femenino hasta que dejaron de invertir (la gran época de Vero Boquete, Lara Rabal...), como he visto los derbis de los equipos B o juveniles... Me encantaba todo lo que era fútbol pero esa ilusión ha ido desapareciendo. Ese fútbol puro, de lucha, de intensidad, de competir de tú a tú contra cualquiera ha quedado contaminado por muchos factores externos que son los mismos que han florecido estos últimos días.

Pues empezando por el trato desigual que tienen los equipos catalanes con el FCBarcelona en los medios autonómicos que todos los catalanes pagamos. Ha llegado a tal punto que hay que crear los propios canales para poder saber algo de nuestros clubes, fútbol con el RCD Espanyol, baloncesto con el ICL Manresa... Todo porque sólo hay Barça y Barça, sin espacio para otros deportes o clubes que muchos días son más noticia que el peinado de algún jugador. Eso implica que los patrocinadores no quieren invertir porque no tienen la misma presencia que tenían hace unos años, sino que se lo pregunten a los aficionados del Joventut de Badalona, por poner otro ejemplo.

El trato desigual que reciben clubes como el RCD Espanyol a nivel político es otro muro imposible de saltar, como fue el hecho de vestir del FC Barcelona a la estatua Colón o bien que hayan colegios que en la clase de música haya que aprenderse en el himno del Barça en flauta.

Todo esto no es culpa del FC Barcelona, es la cultura que se ha creado y las reglas de juego donde no hay las mismas condiciones para todos. A día de hoy es muy difícil de cambiar, porque cuando dices que eres del RCD Espanyol te sientes como en el poblado de Asterix y Obelix.

El RCD Espanyol ha cometido el error de querer luchar y copiar lo que hacía el FC Barcelona en vez de buscar su propio mercado y ser más contundente a la hora de tomar decisiones u omitir situaciones donde debería haberse plantado. En una de las ediciones de la Copa Catalunya el equipo de Guardiola apareció con el equipo B y el RCD Espanyol con el equipo titular, cuando habían pactado que no sería así para darle valor a la competición. Si el FC Barcelona es capaz de plantarse en un partido de Copa del Rey, el RCD Espanyol tendría que haber hecho lo mismo.

Me duele mucho que se obvie la historia de los dos clubes teniendo en cuenta que el RCD Espanyol lo fundaron un grupo de catalanes y españoles que vivían en Barcelona. Ahora parece ser que el buen catalán solo debe de ser del FC Barcelona.

Podría seguir muchas más líneas explicando el porque de las diferencias entre los dos grandes clubes de Barcelona, pero caería en el error de estos últimos días de no hablar de deporte, y no quiero acabar sin llegar al punto que me interesa, EL DEPORTE.

El pasado, pasado está, y tenemos que luchar para dar una imagen al mundo diferente a la vista en el último partido. Las dos entidades deben de hacer un esfuerzo para que en el próximo partido sólo se hable de fútbol, para que los aficionados de los dos equipos puedan asistir a los campos del equipo rival (llevamos años sin aficionados rivales) y sobre todo porque los jugadores demuestren los valores del deporte, dentro y fuera del terreno de juego.

No a la política en el deporte (la única bandera debería ser la de los dos clubes)

Sí a la intensidad

Sí a la lucha los 90 minutos

Sí al respeto al rival

Sí a jugar al limite

Sí al espectáculo deportivo

Sí al derbi en la Grada

SÍ al FÚTBOL, ese deporte que me enamoró cuando era pequeño y que soñaba cada noche. Que cada día de colegio quería parecerme a uno de los míos, rematar de cabeza a lo Urzaiz o parar un penalti a lo N'kono. Esos partidos que no acababan hasta que sonaba la sirena y se oía, quien marque el último gana. No importaba lo que había sucedido antes, sólo queríamos unos segundos más para ganar con ese gol y salir volando para no llegar tarde a clase sudados y con la camisa por fuera de los pantalones. Que cuando llovía jugábamos en el pasillo de clase con una pelota de papel plata hasta que rompíamos algo y nos castigaban a todos. Eso es el fútbol, el que se juega con tus amigos/compañeros, que juegas hasta el último segundo y que respetas al rival, porque quizá mañana te toque jugar con él y sobre todo porque si el da el máximo esa victoria sabe el doble de bien. Es así como veo el fútbol, como me gusta sentirlo y como deberíamos mostrarlo al mundo.