Argentina Open 2023 | Juan Carlos Ferrero, sobre Alcaraz: “Ahora mismo, lo que quiere es estar sano y competir”

Amigos, se acabó la espera. Han sido casi tres meses sin Carlos Alcaraz sobre la pista, sufriendo a distancia con sus contratiempos, viendo cómo entregaba el Nº1 del mundo sin posibilidad de defenderlo, incluso sorprendidos al ver cómo su nombre iba perdiendo fuerza en los medios de comunicación. Mientras tanto, en la sombra de Villena, el vigente campeón del US Open no ha parado de trabajar en su puesta a punto. El ATP 250 de Buenos Aires ha sido el lugar escogido para volver a vestirse de corto y poner fin a más de 100 días de paréntesis. ¿Qué podemos esperar en esta gira dorada? Se lo preguntamos a su entrenador, Juan Carlos Ferrero.

"La recuperación ha seguido su curso y estas últimas semanas ha estado entrenando sin problemas, con normalidad, realizando sets y partidos ante diferentes jugadoras, así que todo normal”, nos reponle en primer lugar a través de una conversación telefónica, destacando que el estado de salud del murciano es óptimo y está listo para volver al circuito. Eso sí, no será él quien acompañe al jugador ni en Buenos Aires ni en Río de Janeiro, sino Antonio Martínez Cascales.

Ferrero, que este domingo cumple 43 años, ha sufrido igual que nosotros estos 102 días apartados de la competición. En primer lugar, por un desgarro muscular en el abdominal que obligó a Carlos a retirarse del último torneo en el que participó, el Masters 1000 de París-Bercy 2022. Aquello le hizo perderse también las Nitto ATP Finals y las Davis Cup Finals, pero todavía quedaban más malas noticias. Durante el mes de enero, una lesión en el músculo semimembranoso de su pierna derecha le obligaba a bajarse del Open de Australia, un nuevo trago amargo que solo hizo que multiplicar sus ganas de volver a jugar.

¿Pero por qué esta mala suerte? ¿Acaso su equipo se precipitó en los plazos de vuelta? Según Ferrero, ni una cosa ni la otra. “Ni es mala suerte, ni es por haber forzado la máquina, yo creo que son gajes del oficio y, sobre todo, muchos partidos acumulados, además de la tensión propia de querer ganar partidos y jugar. Ahí es donde se produce la lesión”, replica el de Onteniente, que no ve competir a su pupilo desde el pasado 4 de noviembre.

Carlitos, como le gusta que le llamen, ha compartido entrenamientos estas semanas con Bernabé Zapata, Gilles Arnaud Bailly, los hermanos Blanch e incluso David Ferrer. Máxima humildad para un chico que todavía no ha cumplido los 20 años, aunque ya tenga éxitos al alcance de muy pocos. “Los peligros siempre están ahí, ya sean amistades o distracciones, están y estarán siempre”, advierte Ferrero, que ejerce en la ecuación de segundo padre. “Lo que nosotros intentamos es controlar la situación con normalidad y sabiendo la edad que tiene. De momento, no he visto ningún cambio en Carlos”, defiende el hombre que más horas pasa a su lado.

Lo que sí ha cambiado es el ranking ATP, donde Novak Djokovic aprovechó la ausencia del español para ganar el Open de Australia y matar dos pájaros de un tiro: 22º Grand Slam y regreso a lo más alto de la clasificación. ¿Es un objetivo recuperar el trono que le ha sido arrebatado? “El objetivo de ser número 1 siempre está en la cabeza pero, naturalmente, no es una obsesión, por su juventud y porque ya lo ha sido. Ahora mismo, Carlos lo que quiere es estar sano y poder competir, quiere ofrecer su mejor nivel y pelear por ganar torneos”, titula Juan Carlos con su clásica prudencia.

Si no se tuercen los planes, Carlos Alcaraz podría debutar el próximo 15 de febrero en el turno de noche. Será miércoles el día elegido para que el principal cabeza de serie en Buenos Aires se reencuentre con la afición. “Estamos con muchas ganas de competir y sabemos que el calendario viene cargado de bastantes torneos en esta gira, pero vamos a ir semana a semana, más adelante iremos valorando cada paso”, añade Ferrero, que se unirá al equipo en Acapulco para luego quedarse también en Indian Wells y Miami. "Ahora queremos jugar todo lo posible, sin estar más preocupados de lo normal, aunque siempre hay preocupaciones en la cabeza del tenista. Puede que alguna más después de una lesión, pero no más de lo normal”, concluye.