El final de partido más surrealista: "El robo más grande que he visto en el tenis"

La última ronda de la fase previa del ATP 250 de Houston nos dejó unas imágenes sin precedentes. El partido entre el neerlandés Gijs Brouwer y el canadiense Steven Diez tuvo un desenlace rocambolesco tras más de dos horas y media. Sin embargo, todo pudo acabar mucho antes de no haber sido por un extraño cambio de parecer del juez de silla iraní Amir Borghei.

Tras imponerse en el primer set Diez (4-6), el canadiense parecía cerca de asegurar el partido en la segunda manga, tras gozar de dos bolas de partido. En la tercera de ellas, conseguiría el definitivo 4-6 cantado por Borghei, que cerraba el choque con el tradicional 'Game, set and Match', una fórmula definitiva que marca de manera inapelable el final de un partido. Sin embargo, Brouwer le indicaba el bote de uno de los golpes de Diez que estaba fuera. Contra lo establecido, el juez iraní bajó de su silla para chequear la acción y ordenaba repetir el punto ante las protestas de Diez. Brouwer lograría salvar el juego, se impondría en ese segundo set (7-5) y contra un Steven Diez completamente fuera del partido cerró el encuentro en la tercera manga por 6-2.

Tras el partido, Steven Diez habló con los compañeros de Punto de Break y no dudó en catalogar lo sucedido como "uno de los mayores robos que yo he visto en la historia de este deporte". El canadiense explicó lo ocurrido en este punto: "Cuando veo bajar al juez de la silla no me lo podía creer. Veo que se acerca al cuadro de saque y marca una bola un metro a la derecha de la marca real, el línea le corrige y le dice cuál es la marca verdadera, pero él insiste en que es la otra. Ha pasado un día y sigo sin entender cómo puede ocurrir esto a estos niveles, en última ronda de fase previa de un ATP 250".

Diez, que tiene su residencia en Barcelona, añadió que "no recuerdo una barbaridad así. Si esto llega a pasar en un Grand Slam o con un jugador equivocado, ya sea un Nadal, Djokovic, Federer o un Kyrgios, te aseguro que sale en todos los telediarios del mundo. Es una auténtica barbaridad que, además, coincide con una bola de partido".