Nadal, otra gran victoria para seguir emocionándonos

Rafa Nadal: Paso a paso. Partido a partido. Ese parece ser el lema del nuevo Nadal que no brilló con su tenis, pero sí que conservó la calma ante un rival que le había desquiciado en envites anteriores. Capaz de ceder dos servicios y dar la réplica en los juegos siguientes para conquistar sus metas. Sin una gran volea ni un saque al nivel de los mejores, pero con un temple y una fortaleza mental que le hacen meterse en la gran final del ATP Pekín, optar a su cuarto título de la temporada y acercarse a la Copa Masters de Londres.

Fabio Fognini: El italiano sigue siendo un tenista tan genial como irregular, capaz de sacarse una dejada de la nada con fallar una bola fácil a media pista. Pese a haber derrotado a Nadal en tres de los cuatro enfrentamientos de esta temporada salió con el respeto máximo al que ha sido el número del tenis durante mucho tiempo y que todavía es un gigante a ojos de sus rivales. Fognini cumplió con su irregularidad y cedió un primer set igualado tras varios errores consecutivos que le llevaron a la desesperación. Pese a reponerse en la segunda manga acabó claudicando ante Nadal y mirando ya al Masters de Shangái que arranca este lunes.

Nadal saltó a pista intentando despejar los fantasmas del pasado ante un Fognini que le había ganado en tres ocasiones durante esta temporada, pero se mostró nervioso y cedió su saque a las primeras de cambio. Por suerte el italiano no estuvo afortunado y Nadal le devolvió el break en el juego siguiente. El partido no era demasiado vistoso y los errores se sucedían entre ambos tenistas en una primera manga donde apenas podían contener su servicio (3 breaks para Nadal por 2 para Fognini). Tras llegar al cinco iguales Nadal se mostró más frío ante un Fognini que encadenó varios errores no forzados y que acabaron por permitir a Rafa apuntarse la primera manga tras 58 minutos de más emoción que juego. El segundo set comenzó como finalizó el primero, con un Nadal tranquilo, esperando agazapado su oportunidad para ir dando pasitos cortos en busca de su objetivo. Tras un comienzo equilibrado abrió brecha gracias a un break en el sexto que le permitieron encarar la victoria. Pese a desaprovechar tres bolas de partido ante un Fognini que se lo jugaba todo a cara o cruz y tras aguantar los envites del italiano, Nadal se apuntó el duelo (7-5 y 6-3)

El juego de Nadal sigue en evolución, si durante su carrera deportiva ha dominado el mundo de la raqueta con mano de hierro gracias a su rapidez de piernas y a su poderío físico, no exento de grandes golpes, ahora lo hace gracias a su temple y a su fortaleza mental que le permite no perder la concentración en el juego pese a los envites del rival. Pese a que es consciente que debe mejorar su saque ha puesto otra piedra para que podamos seguir viendo a un deportista de clase mundial y que nunca se rinde.