ATP Pekín (semis), Nadal- Dimitrov: Hasta que Rafa sacó el dragón que lleva dentro (6-3, 4-6 y 6-1)

Rafa Nadal: Undécima victoria consecutiva de Rafa desde que conquistara el US Open 2017 donde de paso se vengó de su rival que le había apeado del torneo pequinés en los cuartos de final de 2016 (2-6 y 4-6). Sacando muy bien, empujando a su rival más allá de la línea de fondo y con un físico imperial que le permitía combinar todo tipo de golpes arrolló a Dimitrov en el primer set con más facilidad de la esperada. Tras verse sorprendido en el segundo por un Grigor a gran nivel, Rafa tuvo que sacar al dragón que lleva dentro para aplastar a su rival en el tercer set y ser de nuevo su pesadilla. El de Manacor va lanzado a romper su maldición china y conquistar un título que se le resiste desde 2005. Y de paso, eleva ya a más de 2.000 puntos su ventaja sobre Federer por el número uno.

Grigor Dimitrov: Soñará de nuevo con Rafa, un rival con el que se lleva bien en el circuito, pero que le tiene comida la moral en el cara a cara (9-1) y ante el que se le encoge el brazo quedándose sin poder desplegar todo el potencial que tiene. Pese a todos esos hándicaps, el búlgaro tiró de orgullo y remontó en el segundo set para apuntárselo y echar más leña al fuego. Pero fue entonces cuando se topó con el ‘Dragón Nadal’ que acabó con las aspiraciones del octavo jugador del ranking ATP (suma tres títulos, incluido el Masters 1.000 de Cincinnati) al que le sigue faltando dar ese salto de calidad para luchar por cotas mayores.

Rafa Nadal comenzó el partido como una moto, empezando sirviendo y logrando sus dos primeros juegos al saque en blanco ante un Dimitrov que apenas podía frenar a la ‘bestia’. Quizá condicionado por sus ocho derrotas ante Rafa en sus nueve enfrentamientos, al búlgaro se le encogía el brazo ante el empuje de un Nadal que sacaba muy bien (72% de primeros y 83% y 86% de puntos ganados con su primer y segundo servicio en el balance del primer set).

A Rafa le bastó aprovechar su primera y única bola de break para ponerse 3-1 arriba en el marcador para encarrilar el set ante un Dimitrov errático. Ni siquiera en el quinto juego, cuando dispuso de dos bolas para romper el servicio a Rafa consiguió imponer su tenis y acabó perdiendo una gran oportunidad para realizar el contrabreak. Pero no solo era porque Grigor estuviera demasiado fallón si no por mérito de un Nadal que salvaba esos dos puntos de break con genialidades: el primero con una dejada exquisita pese a ser pista rápida y el segundo tras un intercambio de derechazos que cerró Rafa con un revés cruzado que dejó al búlgaro haciendo la estatua. A partir de ahí, intercambio de juegos para que Nadal cerrara el set con su saque (6-3) en algo más de media hora.

La segunda manga empezó con más de lo mismo. Rafa rompiendo el juego de su rival a las primeras de cambio y apuntándose el suyo con un revés cruzado imposible en carrera para comandar el marcador (2-0). El búlgaro intentó rehacerse y pese a que Rafa dispuso de bola de break para sentenciar el set y el partido, Dimitrov se sacó un ace a 213km/h con el que logró cerrar su servicio y animarse. A partir de ahí Rafa bajó sus prestaciones, sobre todo en el servicio y el de tenista Haskovo se metió en el partido no sin antes remar lo suyo para recuperar el break al aprovechar la cuarta bola de rotura dispuesta en ese sexto juego eterno. Un ‘banana shot’ marca de la casa, para superar a Dimitrov en la red cuando ya se relamía con el punto, le hicieron salvar su servicio y colocarse el 4-4 en el marcador. Puro espejismo para un Nadal que pasó de 6 a 17 errores no forzados en una segunda manga que se llevó Dimitrov con un genial revés a lo Federer (4-6).

El tercer envite comenzó con un juego eterno donde Nadal rompió el saque a su rival a la cuarta bola de break y que dejó a Dimitrov por los suelos tras ver cómo Rafa le rompía la cintura con un genial contrapié. Pero Grigor no estaba dispuesto a tirar la toalla y quizá ante otro tenista hubiera seguido creciendo en su juego, pero enfrente se encontraba al tenista más fuerte mentalmente del circuito que no solo no daba ninguna bola por perdida si no que sacó al dragón que lleva dentro para ponerse 4-0 arriba.

El sexto juego del tercer set fue uno de los mejores que hemos visto en este 2017. No solo por las tres bolas de break que salvó Rafa, sino por la calidad de ambos tenistas y donde si Dimitrov era capaz de lograr un puntazo desde el suelo, Nadal le devolvía la moneda en el punto siguiente con un revés antológico. Juego para Rafa y sentencia para meterse en la gran final del ATP donde se topará con el australiano Nick Kyrgios, uno de los candidatos al trono cuando Rafa decida ceder su corona.