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Blog Murciego: La calidad de Aliassime

Fernando Murciego

Publicado 14/02/2022 a las 14:26 GMT+1

Después de perder sus primeras ocho finales individuales, el canadiense por fin encontró la fórmula para salir ganador y vestirse de campeón. Lo hizo en Rotterdam, ante otro top10 como Stefanos Tsitsipas, confirmando la calidad que atesora como jugador y sobre todo como persona.

Felix Auger-Aliassime

Fuente de la imagen: Getty Images

El triunfo de Felix Auger-Aliassime este domingo en el ATP 500 de Rotterdam, además de una cascada de felicidad y alivio inmenso para el canadiense, supone el final de un debate que muchos no han sabido interpretar estos últimos años. Siendo este chico uno de los talentos más precoces que se han dado la época reciente del circuito masculino, hay personas que no soportaban leer el dichoso dato que subrayaba su maldición con las finales. El famoso tweet con las cruces rojas que a más de uno le subía la fiebre. Como si contar la realidad estuviera prohibido. Como si decir que Felix (todavía 21 años) no ha sabido gestionar mentalmente los partidos importantes, fuera mentir.
Esta era parte de su realidad hasta el día de ayer, una realidad en la que nunca nos cansamos de repetir que su tenis era impresionante, de aplaudir su ascenso en el ranking a una edad temprana o de valorar lo difícil que es llegar a tantas finales siendo tan joven. Pero si juegas ocho finales y no ganas un solo set en ninguna de ellas, lo siento, pero tienes un problema. Un problema con solución, por supuesto, con toda la vida por delante para solventarlo. El primer parche a esta herida se colocó ayer en Rotterdam con una versión de Aliassime que rozó la matrícula de honor. Salió ahí fuera con la táctica muy clara, con la intención de ser más agresivo que. Nunca y de no pensar en ningún momento en su historial. Tampoco en el historial de su rival, Stefanos Tsitsipas, quien le había superado en sus últimos cinco enfrentamientos.
El camino hasta encontrar este nivel de brillantez no ha sido fácil, eso es evidente. Aquí mismo llegamos a escribir un artículo llamado ‘Aliassime, el pierdefinales’. Una nota que huía de cualquier tabú y de lo políticamente correcto. El niño es buenísimo, sí; el niño sale hecho un flan cada vez que juega una final, también. Todo tiene cabida en los escritos si se desarrolla y se analiza en profundidad, igual que hoy venimos a sacarnos el sombrero y, por qué no decirlo, a mostrar nuestra alegría inmensa al ver cómo Félix por fin le ha dado la vuelta a la situación. Le ha costado nueve intentos, pero a partir de hoy ya nadie se acordará de los ocho primeros. Muchas veces se critica la memoria tan cortoplacista del deporte, aunque a veces puede jugar a tu favor. De lo que nunca se olvidará el canadiense es de la sensación que vivió ayer bajo la bóveda neerlandesa cuando la última derecha del griego se marcha al pasillo. Y no por el hecho de levantar un trofeo, sino por el orgullo de haberse superado a sí mismo.
"Lo reconozco, no ha sido el camino más fácil desde mi primera final hace tres años. Hoy es un día increíble para mí, supone ganar mi primer título profesional, ojalá que sea el primero de mucho. Aquí jugué en 2018 mi primer cuadro principal ATP gracias a una invitación, eso hace que todo sea más especial. Es el día más feliz de mi carrera, sin duda, uno del que recordaré durante mucho tiempo. Este título supone un gran alivio, he pasado noches sin dormir pensando esto, pensando que no podría conseguirlo. Ahora ya no tendré que seguir escuchando que no he ganado ninguno, por fin podré jugar con más libertad en las finales”.
Nosotros tampoco tendremos que seguir recibiendo palos cada vez que sacamos la lista de finales perdidas, ya no será necesario. Hoy toca hablar del presente, del título por equipos que ganó Aliassime en la ATP Cup y del título individual que ha conquistado en Rotterdam. Y sobre todo de su calidad, la que tiene en la pista para colocar un revés paralelo que te deje clavado, pero sobre todo la calidad humana que reflejan sus palabras y sus formas. Poquísimos deportistas a su edad han mostrado ese respeto por la profesión, una educación extrema cada vez que tiene un micrófono delante o una humildad de cuna para afrontar la adversidad, las críticas y las derrotas más crueles. Como la que sufrió en Australia ante Medvedev, hace menos de un mes, con match point a favor.
Por su capacidad de trabajo, insistencia y superación, Aliassime se merecía callarnos la boca con una actuación así, firmando una final perfecta que sellara este debate para siempre. ¡Bravo!
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