ATP Montreal, Nadal-Fognini: A dos pasos de renovar el título (2-6, 6-1 y 6-2)

Hay algo en el tenis de Fabio Fognini que desorienta a sus rivales e incomoda enormemente a Nadal. Frente a la emotividad que despliega Rafa en su juego, el italiano se planta en el fondo de la pista con parsimonia y disfraza de normalidad su tenis hasta que comienza a pegar palos sin ofrecer un solo síntoma que delate cuándo va a sacar a pasear su derecha.

En el primer set el italiano parecía incómodo, se quejaba de un tobillo que llevaba vendado, miraba al cielo molesto pot el viento... Sin embargo, pegaba y pegaba hasta romperle el servicio dos veces al español, muy irregular en el saque. Fognini llegó a ponerse 5-1 jugando sobre los segundos de un Nadal muy tibio con su servicio. Y cuando Rafa quiso apretar tras el 5-2, Fognini se sacó dos aces con bolas nuevas casi sin sudar. El 6-2 final del primer set a favor del italiano se sustentó sobre los 14 errores no forzados (y 8 forzados) del manacorí que solo ganó dos segundos de 11 y apenas acertó con un 54% de sus primeros. Demasiada ventaja para el italiano.

La segunda manga comenzó con un Nadal más sobrio en su servicio, lo que le permitió esquinar sus golpes y comenzar a mover a Fognini. Tanto con su servicio como con el del italiano, al que le arañó un break que encauzaba el segundo set. Rafa dominaba y dejaba de entrar en el juego suicida del italiano para meter las bolas y desplazar a un Fognini perdido al no poder jugar con los segundos de Rafa. El español ganaba 6-1 forzando los errores de un Fognini que ahora sí estaba incómodo. Aún así, Nadal seguía teniendo problemas con su segundo y en ocasiones se mostraba impaciente a la hora de madurar los puntos. A la hora y cuarto de juego Rafa cerraba el segundo set con Fognini ganando 13 puntos en esta segunda manga por 27 de Rafa.

Nadal ya tenía la hoja de ruta clara para el tercer y definitivo set: incomodar a Fognini, por entonces ya renqueante, moverle y obligarle a jugar con sus primeros. Y eso hizo, colocándose rápidamente con 4-1 en el tanteador y el partido de muy cara. Cuando Nadal pudo sacar de su zona de confort al italiano, el manacorí comenzó a ser él mismo y a dominar al partido con puntos algo más largos. Fognini, sin embargo, era un animal herido, que cuando olía sangre se lanzaba sobre su derecha con una rabia que poco tenía que ver con el hieratismo del primer set o sacaba a pasear su clase con dejadas impensables. En los juegos finales Nadal se apoyó en su saque y volea para consumir las pocas energías que restaban a su adversario. Y cuando el reloj acariciaba las dos horas, certiicó su pase a semifinales con un incómodo 2-6, 6-1 y 6-2.