Thiem-Djokovic: Máster en sufrimiento rumbo a la final

Dominic Thiem. Sufrió lo indecible para cerrar el partido ante el número uno del mundo. Después de mostrar un altísimo nivel durante el primer set y gran parte del segundo, había dudas sobre su resistencia tras ceder las tres primeras bolas de partido a favor, pero Thiem las ha despejado todas. Quiere que 2020 sea su año y vuelve a por el trofeo del que se quedó a un paso el año pasado. Es el gran candidato al título por méritos propios.

Novak Djokovic. Cinco vidas tuvo el de Belgrado en el O2 Arena, resistiendo como sólo él sabe. Sin tener las mejores sensaciones durante gran parte de la semifinal, consiguió que su aura de número uno transmitiera temor al otro lado de la pista. Esa capacidad agonística llegó al culmen en el tie-break del segundo set. Resistió hasta donde pudo ante un tenista en estado de gracia y se marcha de Londres sin nada que reprocharse, consciente de que Thiem encarna mejor que nadie el relevo que ya empieza a asomar en la ATP.

Dominic Thiem se ha instalado en la excelencia con la regularidad que se venía exigiendo desde hace tiempo a la nueva generación. Por segundo año consecutivo, el austriaco volverá a opositar al título de maestro de maestros tras eliminar a Novak Djokovic en un partido legendario en el que su autoridad fue patente durante más fases que la del número uno del mundo, palabras mayores que indican que en la final del domingo será él el principal candidato a llevarse el último trofeo del año.

Thiem entró en el partido con la misma concentración y contundencia que ya mostró ante Nadal, con Djokovic un punto por debajo del nivel que mostró el balear el pasado martes. Basándose en un servicio inabordable, el pupilo de Nicolás Massú avanzó en la primera manga sin temor, haciendo que el primero en temblar fuese Djokovic justo antes de asegurarse el tie-break. El 7-5 inicial dejaba claro que el de Belgrado no tendría una cita sencilla ni mucho menos.

El segundo set siguió por los mismos derroteros, pero Djokovic apretó los tornillos necesarios en su juego para minimizar la fuga que lo condenó en el set anterior. Esta vez sí hubo tie-break, y fue agónico y maravilloso a partes iguales. Thiem y Djokovic se intercambiaban bolas de partido y bolas de set en una resolución sobre el alambre que finalmente cayó del lado de Nole, no sin antes tener que remontar cuatro bolas en las que Thiem ya acariciaba la final. Con más de dos horas y media en las piernas, el austriaco tenía esta vez que reiniciar su concentración para que lo vivido no le afectara en el último y definitivo set.

Llegaron los momentos decisivos y la dinámica inicial fue la ya conocida. Sin mostrar su mejor tenis, Djokovic se hizo fuerte con su saque; con las dudas lógicas tras haber tenido el partido en su mano, Thiem copiaba el resultado y así, igualdad a igualdad, la semifinal derivó en un último tie-break, ahora sí, sin red.

Djokovic sacó entonces su versión más fiera. 0-4 de entrada para darle la bienvenida al aspirante al trono. Si Thiem quiere derrocar al Big Three, tendrá que sudar cada punto hasta que sea real la sucesión. El austriaco no se achantó, colocó seis puntos consecutivos en la pista del serbio que dejaron a todos boquiabiertos y otras tres bolas de partido a su disposición. Djokovic peleó una más, pero la sexta ya fue demasiado para él. Thiem ya está en la final y quiere dar continuidad a esa nueva vitrina en la que lucen los más grandes títulos. Ya conquistó el US Open, ahora sólo le falta rematar la faena con las ATP Finals 2020.