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Blog Murciego: Cuando el COVID te cambia los planes

Fernando Murciego

Publicado 13/08/2021 a las 14:05 GMT+2

Johanna Konta, ex número 4 del mundo, explica de qué manera el coronavirus cambió todos sus planes este verano. Para empezar, las dificultades que tuvo con la enfermedad, para luego sumar ausencias importantes en su calendario, problemas para recuperar el estado de forma y el debate moral sobre si debe ponerse la vacuna o dejarlo estar.

Johanna Konta returned to action at the Canadian Open in Montreal

Fuente de la imagen: Getty Images

Llevamos un año y medio conviviendo con el coronavirus en nuestro día a día y todavía nos cuesta aceptar esta nueva realidad. Como con todos los males que se dan en la sociedad, uno no enciende las alarmas hasta que ve la viga en el ojo ajeno, aunque lo manera más rápida de empatizar con la pandemia es metiendo el pie en el charco y ver la película desde la primera fila de butacas, siendo el protagonista. Esto fue lo que le pasó a Johanna Konta hace unas semanas, obligada a cambiar los dos torneos más importantes que tenía en el horizonte por quedarse en casa haciendo cuarentena y sufriendo los efectos secundarios de la enfermedad.
“Definitivamente, es la peor enfermedad que he sufrido en mucho tiempo, una gama masiva de síntomas”, declaró la británica hace unos días en una entrevista con AP News, una vez superados todos los problemas y con la libertad total para regresar al circuito. No sabemos si Johanna había estado pensando mucho o poco en la pandemia, si en algún momento pensó que le podía tocar a ella, o si directamente no terminaba de creerse la gravedad del asunto, pero todos estos pensamientos seguro que se instalaron de lleno en su cabeza el pasado 27 de junio cuando, a falta de unas horas para el inicio de Wimbledon 2021, el conflicto de ser contacto directo con un positivo por COVID la dejaba fuera del torneo más importante de su país, el Grand Slam más especial de todos.
Fue algo desgarrador, muy difícil de asimilar. No había nada de bueno ni divertido en tener COVID y tener que perderme Wimbledon y luego los Juegos Olímpicos. Simplemente, no hubo forma de evitarlo. Sin embargo, me considero una persona bastante feliz, una persona bastante positiva y pragmática, me gusta enfocar desde esa perspectiva en cada cosa que me pasa en la vida”, valora ya con los 30 recién cumplidos, asumiendo con madurez el dolor de la situación pero poniendo siempre por delante las cosas que realmente son importantes en la vida.
Konta, que además se había casado en mayo en el mismo día de su cumpleaños, compartió aquellas semanas tan duras con su marido, quien también fue contagiado por el virus. “En ningún momento fuimos hospitalizados, pero estábamos bastante enfermos. Nos lo tomamos con mucha calma, muy despacio. Luego con el paso de los días pude hacerme un chequeo completo para ver el estado de mi corazón, de los pulmones… por suerte todo salió bien. A partir de ese momento empezamos a hacer algo más de actividad, a recuperar poco a poco la vida normal, y aquí estamos”, definió la oriunda de Sydney.
El dolor era mayor si tenemos en cuenta que, apenas un par de semanas antes de aquello, la británica se había quitado en Nottingham una losa de más de cuatro años sin levantar un título profesional. Es decir, que su papel en Wimbledon no iba a ser simplemente de paso. “Sí o sí, no me quedó otra salida que agarrarme a estas herramientas mentales de felicidad, al final del día conseguí contextualizarlo todo en la vida, mirar hacia atrás y ver que todo estaba bien. Simplemente traté de sacar la energía de algún lado, esperando con ansias el momento en que pudiera regresar y comenzar de nuevo a entrenar y pasar tiempo en la cancha”.

¿Vacuna sí o vacuna no?

Después de pasar por todas las sensaciones posibles durante la cuarentena, hay una cosa que en la cabeza de Konta sigue inmutable, exactamente en el mismo lugar que antes de sufrir el COVID: el tema de vacunarse, lo respeta pero no lo comparte. “Ni mucho menos estoy en contra de la vacunación, de ninguna manera. Ahora mismo la realidad es la que es, pero de momento no me recomiendan vacunarme. Me voy a dar un poco de tiempo para ver exactamente cómo evoluciona el mundo en general, luego ya tomaré una decisión personal sobre cuándo, cómo y dónde hacer que sucedan las cosas”, apuntó la actual Nº41 mundial. Veremos si llega el día donde los torneos obliguen a los jugadores a vacunarse para competir, entonces ni ella ni ningún otro tenista tendrán opción.
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