Blog Murciego: El 'annus horribilis' de Muguruza y las jóvenes que vienen apretando fuerte

Pese a que todavía no conocemos el nombre de la jugadora que conquistará las WTA Finals y tampoco el país que levantara la Copa Federación en unas semanas, a estas alturas ya podemos ir haciendo balances y confirmar que ésta no ha sido una buena temporada para las nuestras. Si lo que buscas es un resumen rápido, te diré que Garbiñe Muguruza, Carla Suárez y Lara Arruabarrena dieron un paso atrás; Sara Sorribes mantuvo la línea; y la mejor noticia de todas, Paula Badosa y Aliona Bolsova presentaron sus primeras batallas dentro de la élite. Un curso de transición en muchos sentidos que nos deja con la duda acerca de qué rumbo tomarán todas estas carreras a partir de 2020. De momento, repasemos lo ocurrido en los últimos diez meses en el seno del tenis femenino español.

No siempre es lo más importante, pero siempre que se hace un balance del éxito (o no) obtenido en una temporada toca hablar del factor más material y resultadista del deporte: los títulos. Garbiñe Muguruza impidió por tercer año consecutivo que nos quedáramos con las manos vacías, y es que la hispano-venezolana es la única española que ha sido capaz de conquistar trofeos en el circuito WTA desde que Lara Arruabarrena se alzara campeona en Seúl 2016. En este caso, Muguruza salió por la puerta grande en Monterrey y esa fue nuestra única alegría en todo el curso. Para encontrar una situación más frágil que la actual en el presente siglo, habría que remontarse hasta 2013, donde el tenis español femenino acabó el año sin ningún triunfo en sus arcas. Eso sí, allí al menos jugamos varias finales.

En 2019 tuvimos una ocasión de cara a portería y fue gol, no busquen más. Garbiñe revalidaba su trono en México en la única final de la temporada con presencia española en la entrega de trofeos. Hablamos siempre en categoría individual, por supuesto, aunque tampoco fue un año para recordar en el terreno de dobles. María José Martínez, nuestra gran referente, solo pudo salir vencedora en Rabat (junto a Sorribes) y en Bronx (junto a Jurak). Arruabarrena cierra el triplete de triunfos por parejas con su conquista en Seúl junto a Tatjana Maria. Volviendo al circuito de singles, es alarmante pensar que solamente tuvimos una ocasión para ver a una española levantar un título, más allá del resultado final. En 2013, curso donde nos quedamos a cero, dejamos escapar hasta tres oportunidades. En 2007 ya nos vimos en un contexto idéntico, con Anabel Medina ganando Estrasburgo en la única final que pisaríamos esa temporada.

Justo cuando se nos llenaba la boca alumbrando una época dorada en ciernes para el tenis español femenino, un bajón inesperado nos ha cortado brevemente el discurso. ¿Por qué este paso atrás? Hay varios motivos, según donde apuntemos. Garbiñe Muguruza rompió con su entrenador (Sam Sumyk) tras seguir acumulando tragos amargos en Grand Slams, movimiento que la llevó a cobijarse bajo el paraguas de Anabel Medina en el último tramo del año. Desgraciadamente, la valenciana no encontró la fórmula para encauzar el camino. Las lesiones tampoco le dieron ninguna facilidad, como le pasó también a Carla Suárez y Lara Arruabarrena. Tanto la canaria como la vasca se vieron afectadas en buena parte del calendario por problemas físicos que las mantuvieron apartadas de las pistas, incluso Sara Sorribes se quedó en fuera de juego en los últimos meses de competición debido a un dolor en el pie. Es decir, que el ejercicio dentro de la cancha no fue bueno, pero los obstáculos fuera de ella tuvieron gran parte de culpa de que éste artículo tenga más momentos oscuros que brillantes.

¿Y las más jóvenes? Claro, no se piensen que todo fueron malas noticias. Paula Badosa y Aliona Bolsova fueron las dos mujeres que más sonrisas nos sacaron en este 2019. Ambas tienen 21 años, son buenas amigas, comenzaron a competir prácticamente al mismo tiempo y las dos arrastran una gran historia de superación a sus espaldas. Todas estas piezas conectaron de manera fabulosa para que ambas pudieran instalarse por primera vez en el top100, lograr ilusionantes victorias en torneos oficiales e incluso dibujar sus primeras alegrías en Grand Slam. Todavía nos brillan los ojos al recordar la actuación de Aliona en el último Roland Garros, donde partió de la fase previa y llegó a colocarse entre las 16 mejores del cuadro. En cuanto a Paula, su temporada quizá no tuvo picos tan altos, pero sí encontró el equilibrio necesario para sumar cada semana los puntos suficientes que hoy le permiten estar cerca de las noventa mejores del mundo. Y con billete asegurado al cuadro final del Open de Australia.

No nos olvidamos de la Copa Federación, donde las eliminatorias ante Japón y Bélgica nos permitieron, no solo mantener la categoría, sino generar cierto grado de optimismo de cara al futuro, asumiendo que tenemos un gran equipo capaz de competir ante cualquiera y, lo más importante, un fondo de armario que puede resultar indispensable en caso de alguna baja inesperada. Por caprichos del destino, Japón será de nuevo el rival a batir en nuestro próximo compromiso, una primera ronda que reflejará realmente si estamos o no preparados para volver a pelear por el título continental con más prestigio. Pero claro, para tener éxito como grupo, antes hay que encontrar las sonrisas en el terreno individual.

Las tendencias marcan distintas direcciones para cada una de nuestras jugadoras, destinos que solamente se desvelarán en 2020 pero que ya nos dejan los primeros datos de alarma. Habían pasado 31 años (1988) desde la última vez que España terminó la temporada regular sin ninguna jugadora dentro del top35. Muguruza (36º), Carla (56º), Sorribes (82º), Badosa (93º), Bolsova (114º) y Arruabarrena (155º) tendrán una pretemporada cargada de intensidad e incentivos: volver a poner a nuestro país en las posiciones de éxito. Un poco más atrás, jugadoras como Parrizas (202º), Bucsa (205º), Guerrero (244º) o García Pérez (257º) trabajan con el sueño de navegar en el mismo barco que sus compañeras. Un mal año que esperemos tener olvidado desde el día en que la pelota vuelva a ponerse en marcha el próximo mes de enero.