Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo
Opinion
Tenis

Blog Murciego: El sitio de Badosa

Fernando Murciego

Publicado 15/11/2022 a las 09:29 GMT+1

No ha sido el mejor año de Paula Badosa en el circuito, ¿significa que ha sido una mala temporada? Con los números en la mano y sus declaraciones fuera de pista, analizamos al detalle el 2022 de la tenista española. Y lo mejor de todo: será ella quien responda a la pregunta.

Paula Badosa en el WTA Guadalajara

Fuente de la imagen: Getty Images

Paula Badosa cumple 25 años este martes –¡felicidades!– sin saber si la cosecha de 2022 es para celebrar o mejor guardar los globos. Afronto este artículo con cierta ambigüedad, totalmente nesciente del lado al que vencerá la balanza en el último párrafo. La única intención que tengo es presentar los acontecimientos rodeados de un contexto, para luego reflexionar sobre lo que significa ser deportista de élite. ¿Cuál es el baremo para puntuar tan ligeramente lo que ha estado bien y lo que necesita mejorar? ¿Pesan más las expectativas externas o las de una misma? ¿Qué porcentaje de responsabilidad tiene un jugador sobre sus resultados? Con el riesgo de no llegar a despejar ninguna de estas dudas, al menos espero remover ciertos pensamientos, para que entendáis que no todo es tan sencillo como se piensa.
Empecemos por lo frío, los números, lo acontecido sobre la pista. Paula ha disputado 23 torneos este año, en los cuales jugó 54 partidos: 32 triunfos y 22 derrotas. Ganó el WTA 500 de Sydney, tercer título de su carrera individual, además de hacer semifinales en Indian Wells, Stuttgart y San José. Arrancó la temporada dentro de las diez mejores del mundo, tocó el número 2 en abril y ha cerrado el curso como número 13 de la clasificación. En cuanto a duelos directos contra tenistas del top10, disputó cuatro y ganó la mitad (2-2). Una temporada extraña, desigual, donde sumó 27 victorias entre enero y junio para luego ganar cinco partidos entre julio y noviembre. Visto así, sin guarnición, es complicado puntuar, así que mejor volvemos la vista atrás para estudiar lo que ocurrió hace un año.
En 2021, Paula Badosa disputó 18 torneos, en los cuales jugó 60 partidos: 43 triunfos y 17 derrotas. Estrenó su palmarés en el WTA 250 de Belgrado, para luego acompañarlo con el WTA 1000 de Indian Wells, además de pisar semifinales en Lyon, Charleston, Madrid y las WTA Finals de Guadalajara. Arrancó la temporada siendo la número 73 del ranking y la terminó siendo la número 8 mundial, protagonizando uno de los ascensos más potentes del curso. En cuanto a duelos directos contra el top10, disputó un total de once, dejando un balance positivo de 6-5. Aquí nos encontramos con un ejercicio espectacular, rompedor y con un crecimiento en todos los sentidos. Una irrupción voraz en la élite a base de perseverancia, confianza y cierta inconsciencia.
Las dinámicas se intuyen y se enfrenan claramente. En 2021 era un cohete imparable, una amenaza constante frente a las mejores; en 2022, después de rozar el ático mundial, el vuelo empezó a sufrir complicaciones, atacado por aquellas jugadoras de menos ranking que han querido seguir sus pasos. Podemos llamarlo presión, aunque esto es una losa de la que nadie se libra. ¿La 250º de la clasificación también? También, quizá incluso más, obligada a ganar partidos para que salgan las cuentas cada vez que abre el buzón. Otros prefieren mirar a la prensa, aunque no encontrarán textos pidiéndole a Paula ni el 10% de lo que se le ha exigido a Carlitos Alcaraz, el rey de la ATP con tan solo 19 años. ¿Redes sociales? Aquí sí que le tiendo la mano, aunque si no sabes gestionarlas, la solución es fácil: carpetazo. Por unas cosas u otras, lo que es innegable es que Badosa se ha visto superada por su éxito, sufriendo de vértigo en los últimos meses, visiblemente alterada dentro de pista y compitiendo contra ella misma en un período de adaptación que nadie sabe cuánto durará. Durante el proceso, los temidos haters huelen tu debilidad y comienzan su campaña: que si el novio, que si el entrenador, que si menos portadas y más entrenar. Estupideces que, aunque uno mire hacia otro lado, pueden llegar a romperte la coraza.
picture

La descomunal defensa de Badosa que cambió el rumbo del partido

Resumiendo, si nos preguntan en qué temporada fuimos más felices, todos nos quedamos con 2021 –aunque que fue hace siete meses cuando tuvimos a Paula a un paso de ser la mejor tenista del planeta–. Entonces, ¿qué es tener un mal año? ¿Por qué esa sensación generalizada de que no ha sido un buen 2022 para la española? Aquí está el vacío legal que buscábamos, la obligación de colocar dos elementos en la balanza para determinar un ganador. COMPARAR, esa palabra que tanto odiamos, es un elemento fundamental para calificar cualquier actividad. ¿El 2021 de Badosa fue mejor que su 2022? Sí. ¿Significa esto que 2022 fue un mal año? Depende. ¿De qué depende? De lo que pongamos al otro lado de la balanza. Ahora mismo os puedo asegurar que el 80% del top100 cambiaría su calendario por el que ha tenido la española, así que tan malo no será. Puede que en los ojos de Swiatek haya sido un año vulgar, pero cualquiera del top30 lo firmaría con los ojos cerrados. La única pregunta que importa es: ¿qué opina Paula sobra su temporada?
Por fin llegamos a la comparación definitiva, la única que nos debe preocupar, la de Badosa contra Badosa. Aquí es la propia jugadora quien debe sentarse y ser honesta con ella misma, chocando de lleno con la segunda realidad de este artículo: la expectativa. Un año es tan bueno o tan malo dependiendo de los objetivos que te hubieras marcado, dependiendo de si los resultados obtenidos corresponden al trabajo y el sacrificio entregado durante once meses. Lo interesante es que también es válido para los que observamos desde fuera, por eso todo el mundo está invitado a participar. Si eres de los que ven a Paula como una futura dominadora del tour, seguro que hoy estás terriblemente decepcionado; si eres de los que ven a Paula como una jugadora con potencial para convivir en el top15, entonces ni te habrás inmutado, entendiendo perfectamente las variaciones anuales que suelen darse en la clasificación.
Y de nuevo (ya termino) volvemos al mismo punto de partida: ¿cuáles era las expectativas de Badosa? ¿Dónde está su techo? ¿Termina la temporada satisfecha o con la espina de haber podido dar más? ¿Está en el circuito para bailar en el top20 o para luchar por ser top3? Solo el tiempo irá abriendo estos melones, madurado su piel y dándole un lugar concreto en el vestuario, el sitio que merece. Mientras llega ese día, la de Begur parece ser la persona que más claro lo tiene, confirmando que el ser humano es un animal ambicioso que tiende siempre a mirar hacia arriba, no importa si es protagonista o un mero espectador. Para despejar la última incógnita, conviene atender directamente al escenario y escuchar lo que dijo Paula hace unos meses: “En 2023 espero superarme y luchar por ser Nº1 del mundo”. Con unas metas tan claras, es absurdo continuar con el debate. Nuestra pregunta ha sido respondida.
picture

Badosa, tras su eliminación: "Tengo que recuperar la confianza en mí misma""

Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio