Blog Murciego: Números uno… hasta que llegaba la hierba

De no ser por el coronavirus, ahora mismo estaríamos en plena gira de hierba, contando los días para el arranque de Wimbledon. Una superficie históricamente complicada para muchos, ya sea por las pocas semanas de calendario que alberga o por las condiciones extremas de fluidez que exige. Tanto es así que incluso algunos de los mejores jugadores de la historia no fueron capaces de dominarla y levantar títulos sobre el pasto. Un total de 11 números uno, algunos todavía en activo, que no encontraron la fórmula para reinar sobre el verde. Repasamos cada caso.

· Jim Courier: Empezamos por uno de los mejores tenistas de los años 90, capaz de abrirle el camino al resto de estadounidenses que luego gobernarían el vestuario. A los 22 años ya había disputado la final de los cuatro Grand Slams, prueba definitiva que confirmaba sus capacidades. Sobre hierba se quedó cerca de ganar el título en aquel Wimbledon de 1993, donde quedó subcampeón tras ceder ante Pete Sampras. Esa fue la oportunidad más clara de su carrera de levantar un trofeo sobre césped.

· Gustavo Kuerten: A lo largo de la lista será habitual encontrarse con el clásico perfil de jugador atado a una sola superficie, siendo la hierba la que menos especialistas ha desarrollado dentro de los vestuarios. En el caso de Kuerten, referente claro sobre tierra batida, jamás alcanzó ninguna final sobre césped. En Wimbledon su mejor resultado fueron unos cuartos de final en 1999, donde le venció Andre Agassi.

· Marat Safin: Pese a criarse en Valencia durante cinco años y reforzar la idea de que estaba diseñado para cualquier tipo de reto, Safin encontró los mejores éxitos de su carrera sobre pista dura. De sus quince títulos, trece fueron en cemento y dos en arcilla. ¿Y en hierba? Dos resultados notables, en ambos frenado por Roger Federer: final de Halle 2005 y semifinales de Wimbledon 2008.

· Juan Carlos Ferrero: Seguimos con uno de los mejores tenistas sobre tierra batida de la era moderna. De sus 16 títulos, solamente tres acontecieron lejos del polvo de ladrillo, pero ninguno se dio sobre pasto. Ferrero nunca alcanzó una final sobre césped, pero sí le vimos tocar los cuartos de final en Wimbledon en un par de ocasiones, 2007 y 2009. En la primera se cruzó con Roger Federer y dos años después se topó con Andy Murray.

· Thomas Muster: Con el austriaco vemos un balance todavía más salvaje que con los anteriores. Ya no solo por su tremendo idilio con la tierra batida (40 de sus 44 títulos fueron sobre arcilla), sino por la nefasta relación que tuvo siempre con el césped. Tan mal se veía que Muster participó solamente cuatro veces en Wimbledon, ¡siendo eliminado en primera ronda en todas ellas! Al finalizar su trayectoria, su récord en hierba acabó siendo un sonrojante 7-10.

· Marcelo Ríos: ‘El Chino’ tampoco llegó a intimar demasiado con la superficie verde. Tres veces disputó Wimbledon: en dos de ellas se marchó en el debut y, en la que se tomó en serio, alcanzó la cuarta ronda, perdiendo aquel día con Boris Becker. Jamás pudo pisar una final sobre pasto.

- Carlos Moyá: Por último, cerramos la lista masculina con nuestro séptimo protagonista, otro jugador que también colgó la raqueta sin haber disputado nunca una final en hierba. Eso sí, Moyá sí probó suerte en Wimbledon durante varias temporadas, siendo su mejor marca unos octavos de final en 2004. Lleyton Hewitt sería quien cortaría su camino aquella temporada.

· Victoria Azarenka: Cambiamos ahora al vestuario femenino, donde pese a tener más números uno en la lista, hay menos casos de jugadoras que se quedaran en blanco sobre hierba. De hecho, dos de las cuatro que exponemos todavía siguen en activo, como Azarenka. De sus 20 títulos, 19 han sido en pista dura y uno en arcilla (Marbella 2011), aunque la hierba no se le ha dado mal. Vika perdió perdió la final de Eastbourne 2011 (ante Makarova) y llegó dos veces a semifinales de Wimbledon, perdiendo con Petra Kvitova (2011) y Serena Williams (2012). Simplemente, no tuvo suerte hasta el momento.

· Jennifer Capriati: Llama la atención que Capriati nunca pudiera disputar una final sobre hierba, aunque el dato hubiera llamado la atención sobre cualquier superficie, ya que era una todoterreno. Le vimos hacer semifinales en los cuatro grandes, quedándose dos veces en Wimbledon a un paso de la lucha por el título. En 1991 le apartaría Gabriela Sabatini, mientras que en 2001, diez años después, haría lo propio Justine Henin. En total sumó 38 victorias en el Grand Slam londinense, solo una menos que en su querido Roland Garros.

· Dinara Safina: La rusa tuvo un pequeño idilio con el torneo de s-‘Hertogenbosch, donde se le escaparon dos finales en tres años: 2006 ante Michaella Krajicek y 2008 frente a Tamarine Tanasugarn. Además, Dinara tuvo el talento para llegar a semifinales de los cuatro eventos de Grand Slam, incluido Wimbledon, por supuesto, donde cedió en 2009 ante Venus Williams. De una forma u otra, en casa de los Safin jamás brilló un trofeo capturado sobre césped.

· Naomi Osaka: Tiene solo 22 años, por lo que hacer balance a estas alturas es casi una pérdida de tiempo, pero la japonesa ya nos va dejando pistas de lo que puede ser su carrera. Siete finales hasta el momento (5-2), todas ellas sobre cemento. Se supone que para ser Nº1 en la actualidad debes tener regularidad en todas las superficies, aunque esta norma pierde fuerza cuando ganas de manera consecutiva el US Open y el Open de Australia. Naomi solo ha disputado Wimbledon tres veces hasta el momento, pero nunca cruzó a segunda semana. ¿Le veremos dando la sorpresa alguna temporada?