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Blog Murciego: De Orantes a Bautista, todos los españoles que tocaron la gloria en el Top 10

Fernando Murciego

Actualizado 20/08/2019 a las 16:49 GMT+2

Con la llegada de Roberto Bautista Agut al décimo lugar del ranking ATP, España alcanza los 23 tenistas en toda su historia (19 hombres y 4 mujeres) capaces de alcanzar ese vagón tan codiciado dentro del circuito: el top10. Hoy repasamos el camino que recorrió cada uno hasta llegar a este escenario.

Manuel Orantes (Sepia)

Fuente de la imagen: Getty Images

Cincinnati 2019 no pasará a la historia como uno de los torneos más exitosos de Roberto Bautista Agut. En cuanto a resultado, el de Castellón firmó unos cuartos de final notables, donde cedió ante Richard Gasquet, aunque la sensación que todos teníamos era que podía haber avanzado un par de casillas más. Sin embargo, de Ohio no se fue de vacío. A sus 31 años y después de varias temporadas peleando por un objetivo subliminal (esos que están ahí, pero mejor no anunciar muy alto), su nombre aparece esta semana dentro de los diez mejores del ranking ATP. Una hazaña que quedará para siempre, convirtiéndose en el 23ª español que logra pisar este escalón. En un ejercicio de homenaje y nostalgia, hoy recordamos cómo se vivió esa entrada al top10 en cada uno de los miembros de nuestra Armada.
Manuel Orantes (agosto 1973): El primer español de la historia en ser top10 no tuvo que lograr nada adicional para conseguirlo. Simplemente, se lo encontró. Era 1973 y la llegada de un ranking oficial era un secreto a voces. A partir del Us Open se implantaría la deseada clasificación, en la que aparecería Manuel Orantes como Nº2 del mundo. Él fue el primer Nº2 de la historia, un puesto por detrás de Ilie Nastase. En el torneo siguiente, el andaluz tumbaría al rumano en la final del Conde de Godó, aunque aquello no supuso ningún cambio. Jamás pudo ser Nº1, pero sus pasos provocaron la reacción de muchos otros españoles a lo largo de la historia.
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Manuel Orantes (Sepia)

Fuente de la imagen: Getty Images

José Higueras (mayo 1979): Por mucho que le gustara competir en Estados Unidos (donde plantó su residencia) y disputar muchos torneos en el continente americano, no cabe duda que el mayor potencial de Higueras estuvo siempre en la tierra batida. Allí donde capturó en Hamburgo del 79 uno de los trofeos más importantes de su carrera. Con la copa en las manos, pasaría de ser Nº11 a ser Nº9, un pequeño paso que, en realidad, significaba muchísimo con el paso del tiempo.
Juan Aguilera (agosto 1984): Este jugador español fue uno de los más rápidos en conseguir el objetivo. No llevaba ni siquiera un año dentro del top100 cuando, a base de talento, logró colarse en el top10 del ranking mundial. Fue tras perder la final de North Conway, en el verano de 1984, cuando le vimos dar el salto al Nº10. Pocos se acordaban en aquel momento que había empezado el curso siendo el Nº60. Un despertar a lo grande.
Emilio Sánchez (abril 1990): El ingreso de Emilio en el top10 fue un ejercicio de fe e insistencia. El madrileño estuvo cuatro temporadas siendo un fijo en el top20, pero no lograba pasar de ahí. Puesto arriba, puesto abajo, el límite se lo marcaban esas diez primeras posiciones que tan cerca veía. Hasta que en el 90, gracias a una combinación exitosa de triunfos sobre cemento y arcilla, el título en Estoril le acabaría llevando al lugar que merecía. Y no se quedaría ahí.
Sergi Bruguera (abril 1991): Con Bruguera tuvimos un caso extremo de terrícola puro: sufrimiento lejos de la arcilla y deleite máximo sobre ella. En 1991, después de tres meses llenos de experiencia agridulces, la gira de polvo de ladrillo aterrizó en el calendario para convertirle en nuevo top10. Título en Estoril, final en Barcelona y título en Montecarlo. Aquellas tres semanas de escándalo le auparían hasta el Nº8 del ranking.
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TENNIS 1993-1994 Sergi Bruguera French Open

Fuente de la imagen: Imago

Carlos Costa (mayo 1992): Llegar no es lo difícil, sino mantenerse. Podría ser una buena frase para definir la explosión de Carlos Costa en la primavera de 1992, cuando llegó a ser top10 por primera vez durante aquellos meses para luego volver a caer en el ranking. El catalán lograría acceder a ese grupo de élite gracias a una gira fabulosa: título en Estoril, título en Barcelona, final en Madrid, semifinales en Hamburgo y final en Roma. Aquel Roland Garros ya lo disputaría siendo parte de los diez primeros.
Alberto Berasategui (julio 1994): Una gira de tierra batida pletórica le cambió la vida al tenista de Bilbao. Sin embargo, ni siquiera siendo finalista de Roland Garros le sirvió para pisar el top10, todavía tendría que mantener esa dinámica unos torneos más. La confirmación llegaría en julio, en el certamen de Stuttgart, lugar donde conquistaría el segundo de los siete trofeos que levantaría esa temporada.
Arantxa Sánchez (mayo 1989): La gloria le llegó con 17 años a una de las leyendas más incuestionables del deporte español. Arantxa, nuestra gran campeona, empezó a vestirse de leyenda antes que ninguna. Empezó a ganar partidos sin parar en 1989, llegando a Roland Garros firmando semifinales, como mínimo, en sus seis últimos eventos. Claro, con ese nivel de confianza, no fue extraño verla aterrizar como Nº10 del mundo en París y verla irse como Nº7 a Wimbledon, con el título bajo el brazo. Una jugadora histórica que apenas empezaba a escribir su antología.
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Arantxa Sánchez Vicario

Fuente de la imagen: Getty Images

Conchita Martínez (mayo 1989): Se hizo profesional en el 88 y un año después ya formaba parte de la élite. Conchita, un prodigio que no podía esperar. Aquel año llegaba a Roland Garros con tres títulos en la mochila (dos ese año y uno el anterior), pero sería en París donde firmaría el resultado clave para auparse al top10. Unos cuartos de final donde no pudo Graf pero que la convertían en Nº10. En tan solo quince días, España pasó de no tener representación entre las diez mejores, a tener reservada dos de las diez butacas.
Carlos Moyá (enero 1997): El inicio de la temporada 1997 supuso un jarro de agua fría para Moyá, subcampeón en los dos primeros torneos que disputó. No pudo en Sydney con Henman y tampoco en Melbourne con Sampras, pero estos serían los dos torneos que le iban a catapultar hacia la élite, pasando en apenas un mes de ser el Nº28 del mundo a ser el Nº9. Aquello solo eran las primeras páginas de oro que terminaría siendo el primer Nº1 de la historia del tenis español masculino.
Albert Costa (abril 1997): Todo el mundo recordará a Albert por salir campeón en Roland Garros de 2002, pero seguramente él tenga un dilema interno sobre cuál fue realmente el título más emocionante de su carrera. En 1997, cuando todavía peleaba por llegar al top10, el de Lérida conquistaba el Conde de Godó por primera vez y se convertía en Nº9 del mundo. Complicado superar un combo así, aunque lo mejor estuviera todavía por llegar.
Àlex Corretja (mayo 1997): Después de empezar el año con muchas dudas en los tres primeros meses, Corretja vio resurgir su mejor tenis en la temporada de tierra batida de 1997. Allí sumó títulos en Estoril y Roma, además de finales en Montecarlo y Munich. Suficiente para llegar a Roland Garros estrenando un nuevo estatus: número 7 mundial. Un avance progresivo al que solamente un suspiro en el tiempo le impidió abordar lo más alto de la clasificación
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TENNIS Alex Corretja

Fuente de la imagen: Imago

Félix Mantilla (junio 1998): Aunque el gran éxito en la carrera de Mantilla fuera ganarle el Masters 1000 de Roma a Roger Federer, hay que recordar que su ingreso en el top10 llegó mucho antes. Concretamente, cinco años atrás, cuando hizo semifinales de Roland Garros tumbando a Muster y cediendo ante Moyá a las puertas de la final. Aquella también quedaría como una de las mejores semanas de su trayectoria profesional.
Juan Carlos Ferrero (abril 2001): Después de muchos meses conviviendo entre los veinte mejores, todo el mundo sabía que la gira de tierra vería al ‘Mosquito’ dar un paso más en su carrera. Y fue justo en la primera parada de aquella gira en 2001. Llegó a Estoril siendo el Nº11, ganó el torneo y se marchó siendo el Nº9. Desde aquel día, todo lo que vino después serían buenas noticias, aunque para ganar Roland Garros todavía tendría que esperar dos temporadas más.
Rafael Nadal (mayo 2005): En su cuarta temporada como profesional, el balear arrancó el 2005 a un paso del top50. Objetivo demasiado humilde para alguien que cuatro meses después ya era top10. A sus 19 años, el de Manacor conquistaba Costa do Sauipe, Acapulco, Montecarlo y Barcelona. Además de hacer entre medias una final en Miami. Claro, con números así, era cuestión de tiempo. En Roma ya se presentaría como nuevo Nº7 del mundo, donde lo celebraría levantando su quinto título del año. Semanas después, en París, llegaría el sexto de los once que caerían ese curso.
David Ferrer (enero 2006): En el caso de David, el top10 le llegó más por insistencia que por explosión. En el Open de Australia de 2006 no pudo bloquear la magia de Santoro en los octavos de final, pero los puntos ya le aseguraban convertirse en Nº10 del mundo. Sin embargo, aquella temporada estaría más semanas fuera que dentro. El tiempo acabaría dándole la razón, viéndole ocupar esos diez lugares a lo largo de siete temporadas.
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David Ferrer

Fuente de la imagen: Eurosport

Tommy Robredo (mayo 2006): Dos años después de conquistar el Trofeo Conde de Godó, la vida volvió a poner a Robredo a un paso del trono. Solo que en aquella ocasión no estaba Gaudio enfrente, sino Nadal. Seguro que no fue el mejor día para Tommy, aunque verse al día siguiente por primera vez en el top10 fue motivo para sonreír. Dos semanas después, en Hamburgo, conquistaría el trofeo más importante de su carrera, demostrando que aquello no era casualidad.
Fernando Verdasco (febrero 2009): Han pasado diez años, pero seguro que muchos recuerdan todavía aquel espectacular torneo de Australia 2009. La quincena que acompañará toda la vida a Fernando Verdasco en un torneo donde su potencial solo pudo ser frenado por el mejor Nadal. El madrileño alcanzaba las semifinales en Grand Slam por primera vez, las cuales venían con una recompensa extra: entrar al top10. Allí le veríamos casi de continuo durante los siguientes 24 meses.
Nicolás Almagro (abril 2011): Si le hubieran dado a escoger un lugar para debutar en el top10, seguramente hubiera sido allí. En el Conde de Godó, nada más y nada menos, lugar donde el murciano accedería por por primera vez a este exquisito grupo después de pisar las semifinales del cuadro individual, dejando atrás a nombres como Davydenko o Ferrero. Un premio increíble que le instaló en la élite para siempre.
Carla Suárez (marzo 2015): Una grandísima temporada de la canaria que, aunque no recibiera su recompensa en forma de títulos, sí lo hizo en forma de números. Como en Miami, donde aprovechando el tirón de torneos anteriores (final Amberes, cuartos de final Dubai, semifinales Doha, cuartos de final Indian Wells), logró alcanzar la final y asegurarse un lugar en el top10. Al día siguiente, Serena arruinaría su celebración.
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Carla Suárez Navarro

Fuente de la imagen: Getty Images

Garbiñe Muguruza (julio 2015): Todos sabíamos que a Garbiñe le faltaba un empujón para dejar atrás el top20 y es posible que ese empujón se lo diera Carla Suárez, haciéndolo ella misma cuatro meses antes. Eso sí, Muguruza estaba predestinada a dar el golpe en un escenario mayor. Wimbledon, el Grand Slam más legendario, donde firmaría su primera gran final que, aunque no pudiera ganarla, marcaría un antes y un después en su carrera.
Pablo Carreño (septiembre 2017): Al de Gijón se le venía viendo ya toda la temporada cerca de los puestos de arriba, pero sabía que solamente un zarpazo en Grand Slam la daría el premio soñado. Ese ‘drive’ llegó casi en la última gran parada, el US Open, allí donde logró acceder hasta semifinales (hasta ahora, su mejor resultado). Por primera vez en la historia un asturiano se colocaba en el top10 mundial, lugar que defendería hasta final de año.
Roberto Bautista (agosto 2019): El último en llegar a esta lista de leyendas. El de Castellón ya había tenido varios match balls para acceder a este pequeño salón de la fama, pero no sería hasta Cincinnati 2019 donde finalmente se haría realidad tras aplastar a Miomir Kecmanovic en los octavos de final. Ahora es momento de disfrutarlo pero sin dejar de trabajar. Intentando profundizar más en la clasificación, demostrando que a los 31 años lo mejor todavía está por llegar.
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