Nadal, Djokovic y Murray, tres grandes para un título

Novak Djokovic está haciendo historia en el tenis. Sus números, año tras año, lo atestiguan, y sin embargo, todavía no ha conseguido ganar en Roland Garros. Alcanzó la final en tres ocasiones (2012, 2014 y 2015), y perdió las dos primeras ante Nadal, al que solo le pudo arrancar un set en ambas, y la última ante Stanislas Wawrinka, en su mejor momento de forma y ante una oportunidad irrechazable tras eliminar a Rafa en cuartos de final. Ahora llega al torneo con una superioridad aplastante respecto al resto de jugadores del circuito, con 37 victorias y tres únicas derrotas. Cuatro títulos en su haber, incluido el Open de Australia.

Andy Murray no sabe lo que es jugar una final de Roland Garros. Ha alcanzado tres veces las semifinales, y en las tres ha caído ante Nadal (2) y Djokovic, esta última en un partido épico que logró igualar tras empezar dos sets abajo y que, fruto del cansancio, acabó perdiendo. Sus números en tierra batida mejoran año tras año –el año pasado ganó sus dos primeros títulos- y llega a Roland Garros en forma tras ser finalista en Madrid y campeón en Roma venciendo a Djokovic con un tenis soberbio.

Nadie ha visto ganar tantos títulos a nadie en ningún torneo. Y Nadal puede presumir de haberlo hecho nada menos que en un Grand Slam, nada menos que en Roland Garrós. Nueve ensaladeras que le acreditan como el auténtico Rey de la tierra parisina. Sin embargo, su hegemonía tiene grietas ya muy difíciles de tapar. Ya el año pasado sufrió una dolorosa derrota en cuartos ante Djokovic y, aunque ahora llega en condiciones mucho mejores (campeón en Montecarlo y Barcelona), todo indica a que tendrá que enfrentarse de nuevo al serbio, donde tendrá que hacer su mejor tenis si quiere el décimo.

Sí, Federer ya logró hace siete años el único Grand Slam que le faltaba, y por ende, el que más le emocionó. Rompió a llorar porque parecía imposible ganar el torneo con Nadal de por medio, pero el de Manacor sufrió una inesperada derrota ante Soderling en cuarta ronda y eso lo aprovechó el suizo para llevarse el gato al agua. Desde entonces, solo ha sido finalista en una ocasión (2011) y ha materializado fiascos como en 2014 cayendo ante Gulbis en cuarta ronda.