Djokovic-Rafael Nadal: A la altura del número uno (7-6, 6-2)

Novak Djokovic: El serbio fue sorprendido por Nadal en los primeros juegos, pero supo nivelar la balanza y romper en cuanto recibió un break del español en los primeros minutos. En el tie-break dejó claro su superioridad y en el siguiente set la confirmó. Sigue siendo (casi) imbatible.

Rafa Nadal: Jugó un gran partido, confirmando que su enorme Victoria ante Nishikori no fue casualidad. El balear ha mostrado su mejor versión en 2016 en Indian Wells y puso contra las cuerdas a Novak en más de una ocasión. Ya en el segundo set perdió fuelle, pero llegó a salvar hasta cuatro bolas de partido.

Hacía mucho tiempo que Rafa no le competía de tú a tú a Djokovic. Ya en el segundo juego del primer set sorprendió rompiendo el saque del serbio en su primera oportunidad. Nole, molesto con el sol y con su juego, empezó a reducir poco a poco la euforia de Nadal.

Djokovic le devolvió el break en el siguiente juego, pero nunca se sintió cómodo frente a Rafa, con confianza tras su gran triunfo ante Nishikori. El número uno del mundo llegó a tener dos bolas de break con 3-3 en el marcador, pero Nadal, en un tremendo acto de fe, le dio la vuelta a la situación. Pasó de sufrir en su saque a hacer sufrir a Djokovic en los suyos, hasta el punto de disfrutar de una bola de set juegos antes del tie-break. No pudo ser.

Hacía casi tres años que Nadal no forzaba la muerte súbita ante su máximo rival. El de Manacor había ganado ocho de los doce disputados con el serbio, pero esta vez Djokovic sacó su mejor versión y le tumbó por 7-5.

A partir de ahí, y a pesar de la competitividad de Rafa, Djokovic demostró ser más sólido. La media de minutos en la conservación de saque era de ocho minutos mayor en el español, y la rotura era inminente.

Con 5-2, Nole tuvo hasta cuatro bolas de set que salvó Nadal en un ejercicio brutal de supervivencia. A la quinta, el número uno se impuso y certificó su pase a la final de Indian Wells que jugará este domingo ante Milos Raonic.

A pesar de la derrota, Rafa demostró que hay motivos para seguir creyendo en él. Jugó su mejor partido ante el número uno desde aquella final de Roland Garros en 2014 y dejó claro que no está ni mucho menos en el retiro. En tierra batida puede dar una sorpresa.