Las lágrimas de Azarenka

Fue 2011. La escena se me quedó grabada. Victoria Azarenka había perdido la final del torneo de Madrid con Petra Kvitova. Ya había terminado la rueda de prensa. Petra sonreía. En cambio Azarenka lloraba. Por un instante pensé que podían ser lágrimas infantiles, de rabieta por la derrota. Pero la escena quedó grabada en el disco duro de la memoria.

Ese mismo año Petra ganaba Wimbledon. Tuve la suerte de estar en Wimbledon. Comentando para Sony en 3D. El contacto me lo consiguió Eurosport. Buscaban alguien que supiera de tenis para comentar. Solo se vió en cines. Algo me contaron George y las niñas. Era excelente poder ver el tenis en 3D en cines. No hubo excesiva promoción. Recuerdo incluso haber ido con Larry Barbatsulis, productor de Sony, en coche hasta Wimbledon. Ya me alojé en lo que ahora es un Hollyday Inn. Hotel célebre de Londres, donde hay piscina. En esa casa anteriormente vivió Isaac Newton. Los últimos años que regresé a Londres fui solo.

Los cruces de Kvitova y Azarenka fueron varios y numerosos aquel año, incluyendo las semifinales de Wimbledon. En la final, Petra derrotó a Maria Sharapova. Tras comentar, bajé a las ruedas de prensa. A Navratilova, muy contenta aunque ya no fuera checa de nacionalidad, le pregunté si opinaba que dar el torneo en 3D era ya demasiado y bla, bla, bla. Pareció darse cuenta del exceso de tecnología. En todo caso era el Jubileo de la Reina. Había presupuesto y fue todo una gran alegría. El 3D requería colocar unas cámaras extra para el enfoque en diagonal. Desde luego era una maravilla para el espectador. Y la frase, sentirse al lado del jugador no era exagerada. De niños si habíamos tenido diapositivas view masters. El 3D le da un realismo a la historia importante. Entonces era solo foto a foto. El deporte en 3D no terminaría de desarrollarse, pero desde luego siempre estuvo presente por ejemplo en el Masters de Londres en el 02. Incluso el torneo de Roland Garros o Madrid, lo tuvieron algún año. Literalmente te hace sentir como el tenista, tener su punto de vista.

Además recuerdo las nubes de mosquitos. Llegué a Wimbledon para ver entrenar a Rafa Nadal. Rafa, con problemas en una rodilla derrotó a Andy Murray en semifinales. Pero luego no podría con Novak Djokovic en la final. Casi nos lo avisó antes de las ruedas de prensa, antes del partido. De momento sería su última final en Wimbledon. Ya había ganado en 2008 a Federer, tras perder las finales del 2006 y 2007 con el propio Roger. Además de ganar a Berdych en 2010. Luego ha vuelto a llegar a semifinales varias veces, demostrando que su capacidad tenística es suprema.

No nos olvidemos de Maria Sharapova. Estaba un poco enfadada por haber perdido la final. Para intentar ponerla de buen humor, pregunté si las nubes de mosquitos la habían molestado. Frunció el ceño, un poco enfadada. "Mosquitos, no para nada. Estaba pendiente del juego y no me enteré de mosquitos” Como normalmente la atacaban mucho en ruedas de prensa, no se dio cuenta de que la pregunta llevaba buena intención.

Con el tiempo, coincidiendo con los juegos olímpicos de invierno de Sochi, María tuvo problemas de doping. Para mi que pagó un poco ser mitad rusa, siberiana, y mitad estadounidense, por adopción y cariños. Sus gritos la hicieron célebre. En Wimbledon incluso midieron los decibelios que produce al gritar (más de cien y tal). Sharapova ha escrito ya sus propias memorias. Ya tocaremos el asunto con más detalle. No me olvido de Azarenka y Kvitova. Ese año jugaron en varios sitios ilustres, incluyendo Madrid, semifinales en Londres (Wimbledon), además de la final de la Copa de Maestras, disputada ese año en Estambul. Las dos con el paso dl tiempo protagonizaron diversos avatares en sus vidas. Victoria, que fue la imagen de WTA por su simpatía y sonrisa. Nacida en Minks (Bielorrusia) acabó viviendo entre Montecarlo y EE.UU. Como el gran doblista Max Minryi. Para emigrar hacía USA contó con el apoyo de un célebre jugador de hockey hielo, emigrado a su vez para jugar la NHL.

Azarenka estuvo años en la cúspide de la pirámide tenística. Luego vendría un cierto declive en parte por las lesiones, en parte por un matrimonio fracasado. De hecho en cuanto nació su hija, el matrimonio duro un mes. Petra Kvitova ha seguido soltera, aunque tiene amigos. Se habló de un cierto romance con Radec Stepanek. Pero también sufrió un intento de robo en su casa. Resultó con cortes en la mano izquierda. Menudo trabajo de cirujanos y ella misma para recuperarse. Uno no deja de recordar a Mónica Seles, a la que le ocurrió algo similar en Hamburgo 2003. Tras el apuñalamiento de Seles por la espalda, durante un descanso, el tenis cambiaría. La necesaria presencia de agentes de seguridad en la pista se volvió incuestionable. La valentía de Petra Kvitova fue también clave. El asalto no fue en la pista, si no en su casa. Se enfrentó sola ante el peligro. El tenis tiene muchas historias indicativas de lo que está pasando en la sociedad en general.

Estos días Eurosport, debido al confinamiento mundial por el virus, está repasando partidos ilustres, además de entrevistar a protagonistas . Esta semana hemos estado con Simona Halep. También campeona ya de Gran Slams, tipo Wimbledon o Roland Garros. Francamente interesante iniciativa. Un buen comentarista le puede sacar partido al tema. Somos solo mensajeros, pero esos detalles humanos y tal, avivan la memoria.

A veces tengo la impresión de que ya todo resulta redundante. Demasiada información, demasiadas cámaras, demasiadas redes sociales, demasiado de todo. Pero ese enfoque, ese repaso histórico, también es algo positivo tanto para los protagonistas de los partidos, como para los periodistas, o narradores de historias. Y sobre todo para el espectador de TV. Todavía mejorar la memoria es un plus para el cerebro humano. Y en estos días es una de las mejores cosas que se pueden hacer.

La semana que viene vamos con la semana de Rafa Nadal. Sin agobios, pero hay que intentar verlo y disfrutarlo.