👀📖 Lectura recomendada: La rivalidad Nadal-Federer nació hoy hace quince años

Por desgracia, el duelo número 39 tuvo que ser cancelado antes del tiempo tras la retirada de Rafa en Indian Wells, cuando tenían previsto verse en semifinales. La causante, una dolencia en la rodilla derecha que también le mantiene apartado de la presente edición del torneo de Florida, que en esta temporada cambia su sede de Cayo Vizcaíno al Hard Rock Stadium.

Si hay un duelo que haya marcado la carrera del 20 veces ganador de Grand Slam, es el disputado un 28 de marzo de 2004, un partido aparentemente cómodo para el por aquel entonces número uno del ránking, que ya sabía lo que era ganar en Wimbledon y el Open de Australia, y que dominaba desde hacía una temporada con mano de hierro el circuito. Federer no encontraba un rival que le pudiera hacer frente en las grandes citas, hasta que chocó de bruces con Rafael Nadal. A sus 17 años, transitaba por el puesto número 36 de la clasificación mundial y ya había dado algunas muestras de su calidad.

En 2003 llegaba a tercera ronda de Wimbledon y ya apuntaba maneras, pero la gesta que protagonizaría ante el suizo le iba a catapultar al centro mediático del mundo del tenis. Sin nada que perder, un gran desparpajo, apoyado en un porcentaje de primeros servicios superior al 80 % y supliendo las carencias tácticas lógicas para un adolescente con un físico privilegiado que le hacía devolver todos los ataques que le llegaban desde el otro lado de la pista, Nadal consiguió desquiciar a Federer y le mandaba un mensaje claro para enfrentamientos futuros. Roger acababa de conocer al que sería durante muchos años y hasta el presente su gran rival, el tenista que pondría en jaque su reinado, engrandeciendo la figura de ambos hasta límites insospechados.

El resultado fue contundente (6-3 y 6-3) en apenas una hora y diez minutos de partido. Nadal se llevaba el primer cara a cara entre ambos y dejaba fuera al número uno del mundo fuera de la lucha por el título en Miami. El camino del español no dudaría mucho más y cayendo en cuarta ronda después de un intenso partido a tres sets frente al chileno Fernando González (6-7(1), 6-4 y 2-6), pero las sensaciones hacían presagiar que podía llegar muy lejos en el mundo del tenis, aunque seguro que las predicciones por aquel entonces no podían augurar una rivalidad de tal calibre.

Roger Federer parecía tener la lección bien aprendida cuando nuevamente Nadal y él se vieron las caras, esta vez en la gran final, del Miami Open de 2005. Aun así, el arranque fulgurante del español le ponía muy cerca del título llegando a ponerse con dos sets de ventaja sobre el suizo. En 2005, las finales de los ATP Masters Series se disputaban a cinco mangas, lo que evitó que el manacorí pudiera celebrar una nueva victoria frente al helvético.

El jugador de Basilea conseguía agarrarse al partido con uñas y dientes, forzando el tie-break en la tercera manga antes de que Nadal acabara acusando el esfuerzo físico de su inicio arrollador. Curiosamente, 2005 fue una de las ediciones una de las ediciones donde más cerca ha estado de ganar un torneo que se le ha resistido con el paso de los años a pesar de haber disputado la friolera de cinco finales, todas ellas sin premio. Tras tres horas y 43 minutos de partido, el suizo celebraba su primera victoria frente al balear (2-6, 6-7(4), 7-6(7), 6-3 y 6-1).

La rivalidad no había hecho más que comenzar y en el mismo 2005 volvería a tener otro episodio para la historia. Rafa Nadal se cruzaba con Roger Federer en las semifinales de Roland-Garros, donde comenzaría a forjar una leyenda que sigue abierta tras once títulos ganados. El español se clasificaba para la gran final a costa del número uno del mundo, que no encontró hasta 2009 el título que le faltaba para cerrar el círculo de los cuatro grandes.

Rafa acabaría ganando el título en el año de su debut en el torneo, derrotando al argentino Mariano Puerta en la Philippe Chatrier, cuando apenas se podía decir de él que hubiera superado la mayoría de edad. Toda una declaración de intenciones de un tenista que ha marcado una época en los torneos disputados en tierra batida, teniendo precisamente su vuelta prevista para Montecarlo en 2019, después de su retirada en Indian Wells

En otras dos ocasiones se han visto las caras Federer y Nadal en Miami, en las semifinales de 2011 y en la gran final de 2017, donde nuevamente se repartieron como buenos amigos, con victoria para el manacorí en primer término y con un dos de dos en finales para el suizo en segundo.

Las semifinales de 2011 supusieron un nuevo partido cómodo para Nadal en 2011 que vencía con claridad (6-3 y 6-2), aunque no era capaz de rematar la faena en la lucha por el título donde se cruzaba en su camino el tercero en discordia, Novak Djokovic, que en una dura batalla a tres sets acababa levantando el trofeo (6-4, 3-6 y 6-7(4)).

En 2017 sucedía todo lo contrario. En el penúltimo enfrentamiento entre ambos hasta la fecha, era Federer el que se imponía con claridad (6-3 y 6-4), en un enfrentamiento que se había repetido tanto en el Open de Australia anterior como en Indian Wells de aquella temporada, siempre con victoria del suizo, que hasta el momento acumula cinco de manera consecutiva.

La presente temporada no podrá vivir, al igual que sucediera en 2018, un nuevo capítulo de un cuento entre dos tenistas que siguen marcando el devenir de los acontecimientos dentro del circuito de la ATP. Las lesiones han obligado a Nadal a renunciar por segunda temporada consecutiva a un torneo que guarda con mucho cariño y donde comenzó a deslumbrar al mundo venciendo al número uno del mundo, a pesar de que el destino no le haya guardado de momento un lugar en el palmarés de ganadores.