Nadal todavía no es Nadal

Pese a que las conclusiones respecto a las prestaciones de Rafa Nadal en el Masters 1000 de Madrid solo pueden ser buenas, el desenlace de la final que le enfrentó a Murray fue decepcionante y dejó sobre la pista un halo de dudas sobre si el tenista balear será capaz de llegar a Roland Garros con todas las garantías de revalidar el título conseguido en el 2014.

Murray fue mejor. Y lo fue de principio a fin y en casi todas las facetas del juego. Cierto que el jugador escocés llegaba a Madrid en un gran momento de forma y tras conquistar el ATP de Múnich, pero los méritos del tenista escocés no pueden esconder los numerosos errores no forzados cometidos por el jugador balear, que tuvo en su revés un agujero desde donde su rival cimentó la victoria.

Arrancó el duelo con un Nadal errático y un Murray muy enchufado que rompió el saque del español en el segundo juego de partido. La gallardía y el pundonor del tenista de Manacor le permitieron ir limando diferencias y ganando terreno en la pelea desde el fondo de pista, pero la solidez del servicio del jugador escocés fue inquebrantable y esa temprana rotura fue insalvable para el campeón español, que cedió la primera manga por 6-3.

El desánimo cundió en Nadal en el segundo set, y a imagen y semejanza de como ocurrió en el primero, el tenista balear cedió su servicio. Y no una vez. Sino dos. Con un 4-0 para el escocés la heroica se antojaba harto difícil. El balear lo intentó, alentado por una grada que quería recuperar la mejor versión del tenista español, pero Nadal todavía no es Nadal. Y la remontada fue un espejismo que coronó a Murray como el nuevo campeón del Masters 1000 de Madrid.