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Blog Murciego: El momento de Nadal, ¿peligra su reinado en la tierra?

Fernando Murciego

Actualizado 12/04/2021 a las 09:41 GMT+2

El balear afronta la gira de tierra batida habiendo disputado tan solo cinco partidos en lo que va de temporada. Nunca antes había llegado con tan poco rodaje a Montecarlo, aunque sí hubo otras ocasiones donde llegó en una situación similar. ¿Peligra su reinado sobre el polvo de ladrillo? Repasamos cuáles son los peligros a los que podría enfrentarse.

Rafa Nadal

Fuente de la imagen: Getty Images

El calendario de 2021 acumula ya tres páginas arrancadas, o lo que es lo mismo, abril se abre paso con la esperada gira de tierra batida. Allí donde los españoles afilarán su raqueta con el objetivo de ofrecer su mejor versión en un recorrido que arrancó esta semana en Marbella y que terminará con la celebración de Roland Garros. Y allí estará Rafael Nadal una vez más, dispuesto a seguir gobernando este tramo del curso con la misma autoridad que lleva asumiendo desde que irrumpió en el circuito profesional. El Principado será su primera parada, donde ha levantado el título en once ocasiones, aunque algunas voces temerosas apuntan a que en esta ocasión los peligros serán más reales que nunca. Habiendo jugado solamente un torneo, el de Manacor tendrá que abordar el déficit que supone aterrizar en el polvo de ladrillo sin haber sumado un solo partido oficial desde el pasado Open de Australia. ¿Le veremos entregando su reino a las segundas espadas? Vayamos primero con un análisis detallado del contexto.
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Pese a que 2020 no fue un año demasiado sobrecargado en cuanto a torneos, incluso en pretemporada las cosas estaban funcionando de maravilla en las rutinas de Rafa Nadal, un contratiempo días antes de arrancar la ATP Cup terminaría por condicionar los tres primeros meses de competición del balear. Un problema en la espalda le dejaba K.O. y sin las seguridad de llegar a tiempo al Open de Australia. Finalmente llegó, quizá con los tiempos justos, pero con la mejoría suficiente para dar cuatro lecciones de tenis enMelbourne. Allí le vimos superar en sus primeros compromisos a Laslo Djere, Michael Mmoh, Cameron Norrie y Fabio Fognini. Ni el serbio, ni el americano, ni el británico, ni siquiera el italiano pudieron robarle un set. Tampoco podía Stefanos Tsitsipas en cuartos de final, entregando los dos primeros parciales de un duelo que parecía totalmente sentenciado. Nadie podía esperar que el griego iba a resucitar en un tiebreak donde al fin pudo liberarse, hasta el punto de firmar una de las remontadas más espectaculares de su carrera. En ese momento no lo sabíamos, tampoco el propio Rafa, pero aquel sería la última vez que veríamos al español en pista en los próximos 50 días.
Echando la vista atrás y teniendo en cuenta que Nadal lleva desde 2004 abordando la gira completa de tierra batida en primavera, hace falta un ejercicio profundo de documentación para encontrar tan poquísima actividad del español en los tres primeros meses del calendario. Dice la media que, normalmente, Rafa suele jugar unos cinco torneos antes de llegar a tierra. Esta vez, jugó uno. Dice la media que, normalmente, Rafa suele ganar unos 16-17 partidos antes de llegar a tierra. Esta vez, ganó cuatro. Entre 2004 y 2021, solo hubo dos temporadas en las que Nadal llegó a la arcilla sin haber disputado alguna final ATP: 2018 y 2021. Es por tanto obligatorio irnos a ese curso 2018 para ver exactamente lo que pasó y si hay alguna semejanza más con lo que está ocurriendo este año. Y lo cierto es que los caminos son casi paralelos. En 2018, el manacorense también pisó los cuartos de final en Melbourne, ronda que alcanzó cediendo un solo set en cuatro encuentros, ante Schwartzman. Allí se toparía con un gran Marin Cilic y con el infortunio de una lesión en el psoas, la cual le obligó a tirar la toalla y retirarse en el quinto parcial. Luego llegaría la Copa Davis, la última eliminatoria en casa, ante Alemania, en la Plaza de Toros de Valencia, donde Rafa desempolvó su Babolat para sumar dos puntos clave ante Zverev y Kohlschreiber. Una perfecta toma de contacto con la arcilla antes de viajar al Principado. ¿Saben luego lo que pasó en Montecarlo? Que salió campeón cediendo 21 juegos en cinco partidos. Hagan cuentas.
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Este año no hubo Copa Davis para empujar a Nadal de nuevo a la cancha, aunque sí que hubo torneos que lucharon hasta el último minuto por contar con sus servicios. Lo intentó primero el ATP 500 de Rotterdam, un evento que el actual Nº3 mundial se había propuesto disputar pero del que se tuvo que bajar un día antes del sorteo debido a que sus dolores de espalda todavía le acompañaban. Más tarde veríamos a los eventos de Acapulco y Dubái peleándose por entregarle una WC, por ver su nombre en la lista de jugadores, pero ambos tuvieron que aceptar la negativa del balear, que todavía seguía convaleciente de sus molestias. La última bala estaba en Florida, en el Masters 1000 de Miami, un torneo que, por los motivos que sean, el español no juega desde 2017, año donde se quedó a las puertas del título por quinta ocasión. Hubiera sido casi un milagro verle entrenando en el Hard Rock Stadium, así que la decisión definitiva fue guardarse, no asumir riesgos sobre pista dura y poner ya los cinco sentidos en la gira de primavera. Muchos lo intentaron pero, a dos meses de cumplir los 35 años, no parece que Nadal esté dispuesto a ampliar su calendario más de lo necesario.
Este el futuro que le espera a Nadal de aquí hasta que se retire. Con las 35 velas que sople el próximo mes de junio, el campeón de 20 Grand Slams deberá escuchar cada mensaje de su cuerpo, sin importar si eso significa quedarse más semanas en casa. Al final, lo que realmente importa es llegar preparado a los eventos donde de verdad es candidato, donde se juega el prestigio de seguir siendo el mejor tenista de la historia sobre esta superficie. Y ese momento empieza ya mismo, en el Masters 1000 de Montecarlo, para luego irse a Barcelona, Madrid, Roma y terminar en París, donde ha ganado en trece ocasiones. ¿Importará demasiado que llegue con solo 12 horas de competición en las piernas? ¿Que no juegue un partido oficial desde el 17 de febrero? ¿Que lleve, precisamente, desde 2018 sin salir campeón de Montecarlo? Razones hay para dudar de él, pero no las encontrarán aquí. Si algo hemos aprendido en la vida es que el matrimonio entre Nadal y la tierra batida está por encima de cualquier factor. Hasta que otro marciano los separe.
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