OPINIÓN | Blog Fernando Murciego | El papel de Alcaraz en Melbourne: El Grand Slam que puede esperar
Actualizado 29/01/2025 a las 09:25 GMT+1
Terminó el Open de Australia 2025 y, una vez más, quedó confirmado que no es el mejor Grand Slam para los españoles. Carlos Alcaraz, nuestro alumno más aventajado en el cuadro masculino, volvió a encallarse en los cuartos de final. Una derrota que supuso más de un lamento y que, sin embargo, yo celebro.
Carlos Alcaraz, garantía confirmada de puntazos: lo mejor del español en Melbourne
Autor del vídeo: Eurosport
Ahora ya lo puedo contar. Una sensación de verdadero pánico prosperaba en mi interior desde el inicio de este Open de Australia. Pensaba mucho en Carlos Alcaraz, en el ímpetu mostrado por salir campeón del torneo, en las ganas de la gente por verle de nuevo levantar un título –el último sigue siendo Wimbledon–, en la mística que rodeaba a un chico de 21 años con la posibilidad de convertirse en el jugador más joven de toda la historia en completar el Grand Slam. Sobraban alicientes para pegarse al televisor y subirse a este barco, sin embargo, detrás de tantísimo ruido se hallaba un peligro que pocos intuían. Que igual soy yo, que soy un poco cenizo, pero hace justo una semana, cuando Novak Djokovic anestesió al murciano en los cuartos de final a base de oficio y picaresca, las pocas neuronas que vagan por mi cabeza me mandaron un mensaje que me llevó un rato comprender: ‘Esta derrota, no es tan mala noticia’.
Posiblemente, todo venga de la visita que hice en el mes de diciembre a la Ferrero Tennis Academy, donde disfruté de una mañana fabulosa viendo entrenar a Carlitos junto al resto del equipo. Lo que me encontré en Villena fue una combinación nutrida de euforia, ambición, ilusión, hambre, avidez y deseo. Hacía tiempo que el termómetro de la motivación no marcaba una cifra tan alta, pero es que cualquier otro escenario hubiera sido anormal. ¿Cómo no acostarte cada noche pensando en el torneo que te puede hacer entrar en todos los libros del tenis? ¿Cómo no levantarte cada día obsesionado con el evento que puede confirmarte como el talento más precoz de tu deporte? La excitación mostraba niveles muy superiores a lo habitual, lo cual me llevó rápidamente a dibujar diferentes horizontes. ¿Qué pasaría si Carlos conquistaba Melbourne? No me refiero a ese momento concreto, sino al después, a la misión de localizar un nuevo desafío que volviera a despertar el fuego más íntimo del campeón.
Ahí entendí el tremendo riesgo que existe en conseguir tus objetivos demasiado rápido. Sobre todo en esta generación tan acostumbrada a recibir el premio antes incluso de pedirlo. En la era de la inmediatez, donde todo está al alcance y, al mismo tiempo, todo resulta efímero, ser un superdotado puede pulverizar tu apetito si aprendes a correr antes de empezar a caminar.
‘Murciego, ¿me estás diciendo que si Alcaraz ganaba este Open de Australia, siendo el último Grand Slam que le falta, habría sido algo negativo?’
No exactamente, pero por ahí van los tiros. Siendo Carlitos un jugador que se mueve por impulsos, viendo estas últimas temporadas es fácil reconocer en qué períodos compitió extra motivado y en cuáles se le vio falto de estímulos. El deseo en Melbourne era supremo, no cabía duda, pero aún así quise contarle al español este debate que se estaba librando en mi cabeza. Después de avanzar a la cuarta ronda del torneo, esto fue lo que me dijo en declaraciones exclusivas para Eurosport:
"Siempre es bueno ir ganando torneos, cuanto antes mejor. Yo soy un tipo ambicioso, reconozco que no me gusta esperar mucho, al final es por lo que estamos trabajando, así que cada torneo al que voy es con la intención de ganarlo. El Open de Australia es el único Grand Slam que me falta, un torneo realmente bonito que me encantaría ganar algún día, así que vamos a trabajar para ello. No lo veo como algo negativo, todo lo contrario, la posibilidad de ganar otro Grand Slam siempre es positivo. Quiero poner mi nombre en otro récord, aunque esto no es lo que me empuja a ganar, he aprendido a no tomarme estos retos como si fueran necesarios. Claro que tengo muchas ganas de salir campeón, pero siempre yendo día a día, si pensamos a futuro se puede hacer muy largo. Le tengo respeto a cada ronda y cada rival, he aprendido de la ansiedad del pasado, así que ahora lo llevo mejor. Esto es algo que quiero, por supuesto, pero no algo que necesito. Hay una gran diferencia".
Tan bien me lo explicó que me convenció, por eso cuatro días después, cuando quedó eliminado en los cuartos de final, no me sentí tan mal por pensar lo que pensé. Es un alivio imaginar que Carlitos, dentro de doce meses, volverá a Australia con dos mochilas más de anhelo de las que trajo en 2025. Posiblemente, también venga mucho mejor armado en su desempeño táctico, para afrontar la competición con una mayor seguridad. Por muy tranquilo que se muestre Alcaraz ante el reto de completar el Grand Slam antes que ningún otro hombre, a mí no me preocupa en absoluto que ese último cromo tarde un poco más en llegar. Pienso en lo épico que fue ver a Roger Federer perder tres finales consecutivas hasta dejar su huella en la Philippe Chatrier. O las cuatro decepciones de Novak Djokovic en los Juegos Olímpicos hasta colgarse ese oro tan ansiado. ¡Si es que sabe mejor así! Hay que perder, hay que fracasar, hay que sufrir para darle valor a las cosas. Así es como la vida te va curtiendo y enseñando la dificultad de ciertas metas.
La derrota no solo humaniza, también te hacer volver al origen y trabajar mucho más duro. Y no digo que Carlos no se esté dejando el pellejo en cada práctica, pero ahora más que nunca necesita reunir todos los elementos –hasta los externos– si quiere ocupar otra vez el trono del rey. ¿Recordáis lo que decíamos hace justo un año? Rescato de memoria algunas reflexiones:
– ’Lo va a ganar todo, es la Era Alcaraz’
– ‘Necesita un adversario para generar una rivalidad’
– ‘Si esto sigue así, se planta en 30 Grand Slams’
¿Cómo puede cambiar tanto el panorama en apenas doce meses? Jannik Sinner es el culpable y, al mismo tiempo, el responsable de que esta próxima década vaya a ser todavía más espectacular. Porque sí, la explosión del italiano y su aterrizaje en el Nº1 es una grandísima noticia para Alcaraz. No tengo dudas: Carlos subirá pronto el nivel y volverá a brillar como en sus mejores tardes. Tampoco dudo que, estando ambos jugadores en su prime, el español sigue teniendo un punto de magia inabarcable que le hace decantar la balanza. Y por supuesto, no tengo ninguna duda de que el murciano terminará ganando el Open de Australia y completando el Grand Slam. ¿Será en 2026? Por mi parte, no hay prisa.
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Corretja analiza en frío y esperanzado la derrota de Alcaraz: "Sabe que debe evolucionar"
Autor del vídeo: Eurosport
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