Open Australia 2018, Muguruza-Ponchet: Carácter y derechazos contra susto y sufrimiento (6-4 y 6-3)

Garbiñe Muguruza: Aguerrida, trabajadora, con una gran derecha y saque. La española tuvo que esforzarse más de la cuenta ante su joven rival que la llevó al límite. Lo importante era sacar el partido adelante como fuera para ganar tiempo en su recuperación e ir cogiendo ritmo de competición, algo que consiguió gracias a sus buenos golpes con la derecha y con una gran dosis de esfuerzo corriendo a por todas las bolas.

Jessika Ponchet: Grandes sensaciones y con un tenis prometedor para el futuro. La tenista francesa de 21 años tiene un juego algo extraño con un revés a una mano peculiar que puso en ciertos problemas a Garbiñe.

Garbiñe Muguruza solventó la difícil papeleta del debut en un Grand Slam, en una gran pista y ante una rival casi desconocida que la puso en ciertos aprietos durante un primer set donde ambas jugadoras lograron break. La española fue mejor en el servicio que su rival y fruto de esa mayor experiencia y mejores golpes se apuntó la manga tras tres bolas de set.

En el segundo set el partido comenzó con un pequeño susto para Garbiñe que se trastabilló e inmediatamente se llevó la mano a la pierna lo que provocó algunas alarmas ante una tenista que ha comenzado el año con dos abandonos por lesión y que saltó a la pista con un vendaje en su muslo derecho. Su constancia y carácter para pelear todas las bolas y su mayor acierto en las bolas de break la permitieron cerrar el partido con un 6-3 con el que meterse en segunda ronda donde se medirá ante Su-Wei Hsieh.

La propia Garbiñe manifestaba tras el partido "lo raro que es el revés de su rival" y destacaba "la importancia de no perder la movilidad en la pista para hacer su juego" y señalaba "que siempre es un placer jugar en Melbourne".