Open de Australia 2020, Halep-Muguruza (semifinales): De Conchita a Garbiñe (6-7 (8) y 5-7)

Simona Halep. La rumana era la última gran favorita en pie entre las que empezaron el Open de Australia en el top 10, pero terminó enfilando el mismo camino que Barty, Pliskova, Osaka y compañía. No se mostró cómoda aceptando el guion histriónico que terminó adoptando la segunda semifinal y le temblaron las piernas y la confianza en sí misma cuando lo tenía todo para alargar el partido a un tercer set. Fue testigo de primera mano de cómo Garbiñe Muguruza se ha reinventado para que 2020 sea un año de pronóstico incierto para toda la WTA.

Garbiñe Muguruza. Eligió bien a Conchita Martínez como su aliada para volver a ser la reina que maravilló hace no tanto tiempo, y le brindó a la aragonesa su mejor homenaje convirtiéndose en la nueva representante española en la final de Melbourne, 22 años después de que lo hiciera Martínez. Garbiñe Muguruza ha sabido mostrar la mejor versión de su tenis en estas dos semanas y le queda una única estación para seguir ampliando su palmarés. El principal objetivo, comunicarle al mundo su retorno, está más que cumplido.

El objetivo para 2020 era que Garbiñe volviera por sus fueros, pero ha comenzado aún mejor, ampliando sus horizontes con su primera final en Australia, territorio que nunca había pisado la caraqueña. Una vez más, ha quedado demostrado que Muguruza necesita los mejores escenarios y las mejores rivales para ofrecer su mejor versión. La sufrieron Svitolina y Bertens y ahora le ha tocado el turno a Simona Halep, tercera top 10 víctima del hambre de Garbiñe por recuperar su lugar.

Esta semifinal entre Muguruza y Halep fue una montaña rusa de lo más atractiva para el aficionado. Después de unos juegos de tanteo entre ambas, el desbloqueo no llegó hasta que Muguruza se puso con 5-3 y en disposición de cerrar el set, pero aún quedaba mucha tela por cortar. Esa situación ventajosa encerraba una estadística engañosa, y es que Muguruza doblaba en errores no forzados (7-15) a Halep. La rumana iba creciendo poco a poco en el partido y consiguió devolverle el golpe con un break en blanco que salvó el set y lo llevó a un tie-break.

Esa muerte súbita fue una maravillosa locura en la que Garbiñe tomó la iniciativa con un 3-0 para después ceder cuatro puntos consecutivos. Muguruza aún tenía una resurrección más por delante y gozó de dos bolas de set. Halep se defendió con uñas y dientes, salvó esos dos puntos contra las cuerdas y aún tuvo otro más a favor antes de que Garbiñe le robara la cartera una última vez para terminar apuntándose la manga por 10-8. La Rod Laver Arena vivió una oda a la ciclotimia que aplaudió a rabiar mientras Garbiñe se iba aliviada a su banquillo y Halep estrellaba su raqueta presa de una furia incontrolable.

Estos vaivenes no implicaban que hubiera un mal tenis sobre la pista, todo lo contrario. Garbiñe era consciente de que tenía que afinar mucho con las líneas para superar la capacidad agonística de Halep corriendo de un lado al otro de la pista, y la rumana hacía gala de su enorme talento para no perder pie en el mejor partido del cuadro femenino del Open de Australia. Muguruza y Halep eran conscientes de que sus mejores armas ya no sirven por sí solas para seguir avanzando, y entraron en una espiral de errores en el inicio del segundo set en el que ninguna era capaz de asegurar su saque.

Halep fue la primera en dar el paso adelante al confirmar su segunda rotura consecutiva sobre Muguruza, pero la hispanovenezolana reaccionó en el mismo momento en el que lo hizo su rival, con 5-4 en contra, para alargar aún más la manga y darle un giro de guion más a este majestuoso duelo. En los vestuarios, Djokovic y Federer empezaban a valorar la posibilidad de que su partido no comenzara a la hora prevista si se llegaba a dar un tercer set, pero en las gradas nadie pensaba aún en la semifinal masculina, no mientras estuvieran las dos exnúmeros uno del mundo peleando de poder a poder por un lugar en la final del sábado.

Ese escenario no se llegó a producir. Ese 5-5 fue demasiado doloroso para una Halep poco acostumbrada a estos vaivenes y Muguruza disfrutó las últimas curvas de una vertiginosa montaña rusa a la que se subió con ganas. 22 años después de que lo hiciera Conchita, su pupila alcanza su primera final en Melbourne y ya vela armas para derrotar a la sorprendente Sofia Kenin. Halep, frustrada como el resto de tenistas del top 10, verá por la televisión cómo otra recién llegada -Kenin- y una retornada -Muguruza- elevan el listón de exigencia de la WTA de cara a 2020.