Open de Australia 2016, Ferrer-Isner: Un muro inexpugnable (6-4, 6-4 y 7-5)

David Ferrer. Disfruta de un momento de solidez y concentración pocas veces alcanzado por muchos profesionales en sus carreras. El alicantino ha llegado a Melbourne tranquilo y convencido de sus opciones y no gesticula en exceso durante sus partidos, salvo alguna sonrisa esporádica que confirma que no es un robot sino un ejemplo de eficiencia. Es el único jugador del cuadro masculino que no ha cedido un set en lo que va de torneo y va siendo hora de tenerlo en cuenta para cotas mayores.

John Isner. El bombardero de Greensboro no había cedido su servicio en la primera semana del torneo, pero se encontró con un muro hasta el momento inexpugnable en la raqueta de David Ferrer. Sufrió mucho para defender su saque y terminó a merced del español, que gestionó el partido a su antojo. Le faltó ampliar el repertorio aunque en el segundo set alcanzó un nivel notable, que obligó al español a esforzarse al máximo.

La discreción de David Ferrer lo sitúa a común en un injusto segundo plano, pero la veteranía del de Jávea sigue siendo un gran activo del tenis actual. La cita frente a John Isner, el bombardero que había despachado a Feliciano López en la ronda previa, suponía una buena piedra de toque para ver si las buenas sensaciones que dejaba sobre la pista tenían continuidad, teniendo en cuenta que el estadounidense le obligaría a estar muy atento con su resto. No se quedó ahí Ferrer, que además de defenderse de los cañonazos de su oponente consiguió romperle el servicio una vez en cada set, algo que nadie había sido capaz de lograr en Melbourne, y mantener su saque con mucha solvencia. El muro fue Ferrery no Isner.

David Ferrer dio una clase magistral de gestión de un partido de Grand Slam. Esperó pacientemente su momento y supo dar los golpes en momentos clave, sólo una vez en cada set, conciso pero certero. Importante fue el que logró con 3-3, cuando encadenó un juego en blanco y un break justo en el momento en el que mejor estaba jugando Isner. A partir de ahí el estadounidense comprendió que no podría levantar el partido y éste se encaminó inevitablemente hacia su solución en el tercero. El estadounidense se disparó en el pie cediendo su tercer saque del partido con 5-5 con una doble falta y Ferrer voló hacia los cuartos de final con la discreción habitual pero consciente de que comenzará a ser considerado una opción seria, algo que se ha ido ganando con el paso de los días.

David Ferrer sigue consolidando su lugar en la élite, y lo hace con el tenis más sólido y consistente a lo largo del tiempo que se haya visto en muchos años en el circuito ATP. En Melbourne las quinielas comienzan a tenerlo en cuenta después de la primera semana de competición, en la que ha sido más sólido que Novak Djokovic o Roger Federer. Las sensaciones lo acompañan y la tranquilidad que desprende hace pensar que aún habrá mucho que contar sobre las andanzas del alicantino en Australia.