Open de Australia 2016, Ferrer-Murray: Se hizo la noche (3-6, 7-6, 2-6 y 3-6)

David Ferrer. Se le trastocaron los planes de afrontar un partido duro y muy exigente para buscar un lugar en semifinales. Fue de menos a más hasta el segundo set, esperando que el calor y sus intensos intercambios agotaran a Murray, pero cuando las nubes hicieron acto de presencia y el techo se cerró vio cada vez más cerca e inevitable su despedida del primer Grand Slam del año.

Andy Murray. Apareció en el Rod Laver Arena muy seguro de sí mismo, dispuesto a entrar en el cuerpo a cuerpo con Ferrer, lo que logró minimizando sus errores. Tras dos primeras mangas igualadas, imprimió una marcha más al partido y los dos siguientes requirieron una alta capacidad de gestión para evitar que el español renaciera una vez más. Sin viento y sin sol, esta labor le resultó aún más fácil.

David Ferrer es un maestro de la resistencia, pero en los cuartos de final encontró su tope en el Open de Australia 2016 ante un Andy Murray en estado de gracia. Catalogado de inconstante durante muchas fases de su carrera, el escocés comienza el año concentrado como pocas veces antes, y ni siquiera el inminente nacimiento de su primer bebé ni el delicado estado de salud del padre de su pareja consiguen que su mente se aleje de la pista azul de Melbourne. David Ferrer le quiso plantear un partido que se alargara en el tiempo y con constantes e incansables peloteos, y Murray aceptó gustoso el reto.

La primera manga, con ambos en plenitud de condiciones, fue para el de Dunblane, pero en la segunda apareció toda la furia de Ferrer para sobrevivir y llegar a . La situación cada vez era más favorable para Ferrer, pero llegaron las nubes y con ellas se hizo la noche en Melbourne. La organización decidió detener el partido para desplegar el techo retráctil del Rod Laver Arena y bajo techo, sin ninguna influencia meteorológica, el juego de Murray se vio potenciado de forma decisiva.

Comenzaron entonces a llegar los breaks a favor del escocés y cada vez más errores de Ferrer, que veía con impotencia cómo salía airoso también de los intercambios largos. Más allá de todas estas variantes, Murray fue aumentando el nivel de su juego de forma paulatina, levantando ovaciones constantes de la afición de Melbourne, y su pase a la semifinal terminó llegando de forma natural.

El adiós de David Ferrer en los cuartos de final deja una sensación amarga, más aún teniendo en cuenta que el nivel de juego del de Jávea había sido excelente durante los diez días que ha estado compitiendo en Australia. Como mal menor se puede destacar que su eliminación la provocó un Andy Murray en plenitud, gran candidato a citarse en la final del próximo domingo con Novak Djokovic o Roger Federer.