Open Australia 2019, Berdych-Nadal: A derechazos para vengar el rosco de 2015 (0-6, 1-6 y 6-7 -4-)

PorCristian Maxedo

Actualizado 20/01/2019 a las 08:12 GMT+1

Rafa Nadal se mete en cuartos del Open Australia 2019 tras vencer a Tomas Berdych (0-6, 1-6 y 6-7 -4-) en casi dos horas de partido. El español se vengó del 6-0 que el checo le endosó en Melbourne en 2015 y que fue el origen de un año aciago. Encontrando la derecha en los dos primeros sets y siendo certero en su primer tie-break del torneo, se mete en la antepenúltima ronda donde espera Tiafoe.

Rafa Nadal

Fuente de la imagen: EFE

Open Australia 2019, Berdych-Nadal: A derechazos para vengar el rosco de 2015 (0-6, 1-6 y 6-7 -4-)

PERSONAJES:

Tomas Berdych: Desarbolado, sin ideas y sin poder de reacción. Debe irse no obstante el checo con la cabeza alta de Melbourne tras firmar unos octavos de final tras dejar por el camino a Edmund o Schwartzman, mostrando que quiere apuntarse a esa moda de los treintañeros que triunfan en el circuito ATP. Pero se topó con su particular enemigo, un Nadal que jugó un tenis de altura. Pese a todo, se regaló un tercer set muy completo.

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Rafa Nadal: Un vendaval. Hambre infinita. El mejor Rafa del torneo. Salió lanzado a acabar lo antes posible con un rival al que le tiene comida la moral. Haciendo correr la derecha como en las grandes ocasiones, con un saque bastante certero y sin bajar el pistón. Avanza a cuartos por la puerta grande donde se medirá a Frances Tiafoe que se autoregaló la mejor victoria de su vida ante Dimitrov por su 20 cumpleaños.

NUDO:

Dos viejos conocidos medían sus fuerzas en un partido de octavos del Open Australia 2019. Dos enemigos que se las tuvieron tiesas en el pasado, pero que acabaron años después de un pique en el Mutua Madrid Open en 2006, reconciliándose e incluso formando pareja en la Laver Cup con él.

Pero ni el volver a estrechar lazos hizo que Nadal tuviera piedad de Berdych, que se plantaba en esta ronda de octavos tras buenos partidos ante tenistas más jóvenes y de mejor ranking. En el primer set, un primer juego de tanteo entre dos púgiles, con incluso bola de break para el checo, precedió al huracán Nadal en la Rod Laver Arena.

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Derechas en carrera, passing de revés cruzados, subida a la red y todo ello aderezado por un buen saque, ese que le puede llevar a revalidar su único título logrado en 2009. Todo ello para meter un rosco en 27 minutos devolviéndole al checo aquel de 2015 que fue el principio del fin para Rafa en ese año.

No contento con eso y mostrando el hambre de antaño pero consciente que debe acortar los puntos para alargar su físico, Nadal le endosó otros tres juegos seguidos para firmar un parcial de 0-9 en 41 minutos en el comienzo del segundo.

Pero Berdych tiró de orgullo para rascar un juego ante su verdugo, un Nadal quien le ha ganado en 20 de las 24 ocasiones en que se han medido. Puro espejismo. Rafa siguió pegando a la bola como nunca para firmar un 1-6 en 35 minutos depuro tenis.

En el tercero, intercambio de juegos entre ambos tenistas. Si Berdych se soltaba más con la derecha, Nadal se permitía el lujo de firmar tres juegos en blancos consecutivos al servicio. Más igualdad y llegada al 6-6 donde Rafa se sacó la presión de encima. Ni siquiera las quejas de Berdych al árbitro le desconcentraron para cerrar el partido.

En cuartos de final, ni Schwartzman, ni Dimitrov, ni Anderson, que eran a priori quienes estaban en todas las quinielas para esa llave del cuadro. El rival será Frances Tiafoe, un joven estadounidense que lleva un torneo excelente y que dejó al búlgaro en la cuneta en un auténtico thriller. Aunque Rafa sigue siendo mucho Rafa.