Open de Australia 2020, Nadal-Dellien: La brillantez se asomó al final (6-2, 6-3 y 6-0)
Actualizado 21/01/2020 a las 07:25 GMT+1
Rafael Nadal se clasificó para la segunda ronda del Open de Australia 2020 tras derrotar al boliviano Hugo Dellien por 6-2, 6-3 y 6-0. El número uno del mundo sacó adelante el partido sin demasiada brillantez pero con eficacia, encontrando una resistencia más que digna por parte de Dellien. En la segunda ronda se enfrentará contra el vencedor del Delbonis-Sousa.
Protagonistas
Rafael Nadal. El tercer turno de la mañana, aún con el fuerte calor de Melbourne en pleno funcionamiento, no es tan ideal como jugar de noche en la Rod Laver, pero Nadal consiguió dejar ese factor en un segundo plano y no dejó margen a la sorpresa. Llegarán partidos mejores a medida que adquiera ritmo competitivo en las piernas, pero demostró que el carácter y la intensidad no se negocian.
Hugo Dellien. Bolivia puede estar orgullosa del Tigre de Moxos. A sus 26 años no se puede decir que sea una revelación del circuito, pero este partido contra Nadal ha servido para ponerlo en el mapa de forma definitiva. No le perdió la cara al duelo en ningún momento y se llevó como recuerdo de su cruce con el número uno algún que otro break que hizo torcer el gesto a un Nadal que debió jugar con máxima concentración para evitar sorpresas.
Nudo
La primera toma de contacto con Melbourne ha quedado superada. El debut en un Grand Slam es complejo, no tanto por la posibilidad real de una sorpresa que dejara eliminado a Rafa Nadal a las primeras de cambio, sino por otros factores. El tanteo de las características de la Rod Laver, que hace que la pelota bote alto, o el hecho de enfrentarse a un rival con el que no tenía experiencias previas dejaban un escenario no del todo cómodo, y Nadal se puso a hacer la tarea con concentración y buena letra. El warning que recibió al poco de empezar el partido fue una señal más de que el trámite iba a ser menos plácido de lo esperado.
Hugo Dellien le sostuvo la mirada durante el primer set a pesar de que se viera en contra con un 5-0 rápidamente. El boliviano jugó con la responsabilidad de representar a un país en el que es la única referencia en la élite tenística (lejos quedan los recuerdos de Mario Martínez en los 80), y cumplió sobradamente. Para salvar el honor le rompió el saque a Nadal y alargó la primera manga hasta el 6-2.
Mucho mejor fue el segundo set, competido al máximo por Dellien ante un Nadal que luchaba por encontrar sensaciones. Lejos de su mejor nivel, el número uno de la ATP tuvo que apretar los dientes para no verse empantanado en un partido más largo de lo habitual, y pensó que estaba todo hecho con la rotura que lo puso en el 4-2. Dellien despertó y le devolvió el break, haciéndole saber que había rival y que necesitaría elevar aún más el nivel para doblegarlo. Nadal aceptó el reto, encadenó una segunda rotura, y esa exigencia extra le sirvió para activar de forma definitiva su versión más competitiva.
El tercer set no hizo justicia al partido de Dellien. Nadal pasó de la tercera a la quinta marcha sin avisar y barrió de la pista por completo al boliviano, que se marcha de Melbourne con la tranquilidad de saber que tuvo que despertar a la bestia para ser eliminado. Con ese 6-0, Nadal enfila ya la segunda ronda, esperando que la brillantez empiece a aparecer una vez despejada la incomodidad del debut.
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