Roland Garros 2017, Ostapenko-Halep: Ha nacido una estrella que no conoce el miedo 4-6, 6-4 y 6-3

Simona Halep: Jugó su partido. El partido que tenía que jugar ante una tenista tocada por una varita mágica. Pero no fue suficiente. Tácticamente fue inteligente y estuvo pausada e intermitente para desconectar a su rival. De nada sirvió. La derrota estuvo más en la raqueta de Jelena Ostapenko que en la suya propia.

Jelena Ostapenko: Las cualidades de esta jugadora son inagotables. Una fuente de talento que es capaz de desplegar con una naturalidad desconcertante. En su derecha y en su valentía tiene dos armas con las que hoy remontó un partido que tenía perdido. Su potencial es increíble. Estamos ante una jugadora que puede marcar el devenir del futuro en el tenis femenino.

Anabel Medina: La jugadora española es muy responsable del tremendo éxito de su joven pupila, que a sus 20 años recién cumplidos ha conquistado su primer Grand Slam. Jelena Ostapenko cuenta con una experimentada jugadora que seguro sacará lo mejor de su tenis. Este dúo dará mucho que hablar.

Primer set: Todo el primer set cayó sobre los hombros de Jelena Ostapenko. Firmó 14 ganadores y también 23 errores no forzados. Llevó todo el ritmo del partido y la iniciativa, pero Simona Halep supo esperar su oportunidad. Aguantó, fue creciendo, se hizo fuerte y mató el set cuando los nervios traicionaron a su rival. Hizo de la veteranía un grado con solo un ganador y dos errores no forzados en toda una primera manga que fue una auténtica batalla táctica.

Segundo set: Tocó ver la mejor cara de la jugadora letona. Sin miedos y totalmente desatada, la joven pupila de Anabel Media se fue a por el partido con una determinación temeraria. 22 ganadores y tres breaks le dieron suficiente margen para dar la vuelta al partido y llevar el envite a una tercera manga que el público de la Philippe Chatrier agradeció con una sonora ovación. Ver a Ostapenko en pista vale cada euro. Halep ni pestañeó ante la adversidad.

Tercer set: La inercia ganadora ya no abandonaría a Jelena Ostapenko. No solo no bajó un ápice su nivel de juego, además le acompañó la suerte en alguna acción determinante para el desenlace del partido. Con una naturalidad incomprensible, la tenista letona afrontó los últimos juegos con una entereza impropia de sus 20 años recién cumplidos. Anabel Medina tiene en sus manos una jugadora que puede marcar una época en el circuito WTA.