Roland Garros 2018 (Final), Nadal-Thiem: La Undécima corona del Rey (6-4, 6-3 y 6-2)

Rafa Nadal. Un extraterrestre. No hay palabras para describir al mejor jugador de la historia en tierra batida. Once títulos en Roland Garros son buena prueba de ello. Un tenista que traspasa fronteras y forma parte del Olimpo de la raqueta con un dominio que difícilmente será nuevamente visto sobre una pista de tierra batida. El undécimo título es una realidad.

Dominic Thiem. Digno subcampeón en Roland Garros, que sin embargo, le pesó el tener que jugar contra un mito viviente en la final. No tuvo oportunidad alguna contra Nadal, a pesar de los problemas en la mano del manacorí en el final del partido. SIn embargo, a buen seguro que estará presente en más finales en París a lo largo de su carrera.

Por undécima vez Rafa Nadal afrontaba el túnel que da acceso a la arcilla de la Philippe Chatrier con el objetivo de conseguir nuevamente el título. En esta ocasión su contrincante se estrenaba en una final de Grand Slam, Dominic Thiem, que no así en partidos en tierra batida frente al manacorí, con la décima confrontación entre ambos. Pero la empresa no era ni mucho menos sencilla para el número uno, que había caído frente a su rival en los cuartos de final del Masters 1.000 de Roma 2017 y del Mutua Madrid Open de la presente campaña.

El inicio fue típico de un partido entre un tenista que ha ganado diez veces el trofeo y otro que debutaba en una final de esta categoría. Un break de Nadal daba el primer golpe a la moral del austríaco, que le costaba entrar en el partido. Despertó e igualó la contienda acto seguido, con un contrabreak que pilló algo desprevenido al balear, que con su bajón, unido a la mejoría de su rival, llevó el duelo a una fase más igualada. A pesar de ello, Nadal seguía sacando con facilidad sus turnos de servicio adelante, mientras presionaba siempre al resto de Thiem. Finalmente, en el momento clave, con 5-4 en el marcador, llegó una nueva rotura, que cayó como un jarro de agua fría a las aspiraciones del austríaco (6-4).

La segunda manga comenzó de la misma manera que la primera, con un break de Nadal en el primer turno de servicio de Thiem. El ritmo en los peloteos desde el fondo de la pista subía por momentos, con el consiguiente beneficio para Rafa, que cada vez se mostraba más cómodo terminando las jugadas dentro de la línea de fondo. También dejaba jugadas de mérito el joven austríaco, que fallaba a la hora de intentar hacer daño al resto del manacorí.

Tuvo sus opciones de igualar el segundo parcial Thiem, al igual que había hecho en la primera manga, pero en esta ocasión la figura de Nadal se agrandó para salvar la única situación de peligro que tuvo que afrontar en el set. Tras conseguirlo, le quedó el camino allanado al manacorí que no tuvo piedad del austríaco a la hora de cerrar la manga (6-3).

A pesar de un calambre en la mano izquierda que dejó en suspense el partido a mediados de la tercera manga, Nadal superó el momento para cerrar su undécimo título en París. Thiem no pudo sino intentar no recibir un marcador abultado ante un mito viviente del tenis, que nuevamente dominaba con autoridad sobre la pista de la Philippe Chatrier. Rafa es mucho Rafa y cerró un partido que nuevamente pareció más fácil de lo que realmente supone una gesta como la que normalmente protagoniza el balear cada verano. El número uno es el auténtico Rey de la tierra (6-2).