Djokovic-Murray: Habrá que esperar al sábado

Djokovic: El poder escénico que ejerce el número uno del mundo no tiene parangón. Se sabe superior y lo saben sus rivales. No solo se muestra más fuerte en la pista, lo es también mentalmente y hoy firmó dos sets redondos. Pero no supo cerrar el partido en el tercer set y permitió a su rival entrar en el mismo. Algo que este sábado puede pagar muy caro. Tienes razones para dormir intranquilo.

Murray: Empezó mal. Muy mal. No estaba a la altura del partido y solo un cortocircuito en su cabeza que tiene difícil explicación le permitió entrar en el mismo en la tercera manga. Desde ese momento, Murray fue otro Murray. Y el partido otro partido. El escocés se ganó el derecho a luchar este sábado por estar en la final.

Se esperaba más. Mucho más. Esa era la idea que rondaba la cabeza de todos los aficionados al tenis mediado el tercer set. El partido no estaba a la altura de las expectativas. Faltaban intercambios desde fondo de pista, faltaba tensión y faltaba lucha. Quizá la diferencia plasmada en la pista fuera excesiva, porque Murray es de los pocos jugadores en la ATP capaces de hacer frente al número uno. Pero no lo estaba siendo hoy. Las dos primeras mangas fueron dos calcos. Djokovic, Djokovic y más Djokovic.

Pasadas las dos horas de partido, hubo un momento en el tercer set donde todo cambió para Murray. Un chispazo en la cabeza del escocés pareció meterle en el partido. Metió al público en el duelo y su gesto cambió. De víctima a cazador. En el undécimo juego de la tercera manga rompió el saque de su rival por primera vez en el partido. Y lo corroboró ganando su saque y cerrando el set.

El cuarto set sí fue un envite entre los dos jugadores llamados a repartirse gran parte de los Grand Slams del próximo lustro. Murray sacó ese intermitente pero pragmático tenis que tanto molesta a sus rivales, mientras Djokovic supo mantener el tipo y recuperarse del varapalo recibido en el tercer set. Cuando el marcador reflejaba un tres a tres se suspendió el partido.

Break en blanco para Djokovic en el octavo juego del primer set. Murray mostró mucha debilidad desde el fondo de pista y el número uno del mundo no se lo perdonó. A la postre esta rotura fue suficiente para que el serbio se apuntase la primera manga del partido.

Quinto juego del segundo set. Los segundos saques condenan al jugador escocés desde la línea de saque en un momento demasiado importante. Djokovic, una vez más se mostró voraz y no dejó pasar la ocasión para dar otro golpe de autoridad al envite.

El primer break del partido para Murray llegó en el cuarto set. Una rotura que cambió el duelo y permitió al jugador británico darle la vuelta a la situación y forzar la cuarta manga. Un set donde el envite quedó suspendido por la llegada de una tormenta.

NUESTRA OPINIÓN:

El tenis es un deporte mental y hoy pudimos corroborarlo. Djokovic jugó mejor y tuvo el partido prácticamente ganado, pero no supo cerrarlo y ahí emergió la figura de Murray para cobrar valor. Para prolongar el duelo a un segundo episodio que va a ser un auténtico todo o nada para ambos tenistas.