Masters 1.000 Roma (Semifinales), Nadal-Djokovic: Un clásico para meterse en la final (7-6(4) y 6-3)

Rafa Nadal. Volvió a demostrar que es el gran dominador de la tierra batida y luchará por conquistar su octavo título en el Foro Itálico. Ante Djokovic sintió nuevamente las sensaciones de jugar contra un rival que a buen seguro subirá en su confianza tras este partido, pero el tenista español se mostró muy sólido desde el fondo de la pista y ya espera rival en la gran final.

Novak Djokovic. Posiblemente su partido más completo de lo que llevamos de año, pero tuvo la mala suerte de hacerlo contra un dominador Rafa Nadal. Tuvo momentos en el primer set que recordó al ‘Nole’ anterior a la lesión de codo y puso en graves aprietos al manacorí, pudiendo llevarse el primer set. No fue así y el golpe moral del desempate le pesó demasiado, acabando por hincar la rodilla ante la superioridad de su rival.

Había ganas de volver a disfrutar al más alto nivel de un duelo, que llevaba más de un año sin producirse dentro del circuito de la ATP, y ni Rafa Nadal ni Novak Djokovic defraudaron en absoluto a los aficionados que abarrotaban el Estadio Centrale del Foro Itálico romano. El número dos mundial demostraba que estaba en muy buena forma y que quería nuevamente comandar el ránking, y el serbio, que ha llegado para quedarse, con un tenis espectacular que se había echado mucho de menos durante su bajón tras la lesión en el codo, que le ha marcado durante toda la temporada.

Nadal golpeó primero, a pesar de tener que afrontar unas tempraneras bolas de break, que le hicieron ver que no iba a ser un envite nada sencillo para Rafa. Llegó la rotura, pero la sensación era tan pareja, que a pesar de que el español tuviera un 5-2 a favor, Djokovic seguía pegando desde el fondo de la pista como en sus mejores tiempos. Con estos ingredientes era cuestión de tiempo que ‘Nole’ consiguiera igualar la contienda y forzar el desempate.

Fue el momento más emocionante sin duda del partido, donde los restos se imponían a los servicios, con una cantidad de minibreaks inusitada para delicia de todos los espectadores. En este ambiente fue Nadal el que controló los nervios en mayor medida, y sacó su mejor tenis para inclinar la balanza a su favor. Casi una hora y cuarto de manga de gran juego, que reforzaba más si cabe la moral del balear (7-6(4)).

El esfuerzo pasaba factura Djokovic, que después de cerrar un servicio en blanco a favor, recibía posteriormente uno en contra de la misma manera, que terminó por hundirle en el partido. Nadal no bajaba el ritmo y encontró la manera de hacer daño al serbio, que buscaba acortar lo máximo posible el tiempo entre saques y continuamente se dirigía a su banquillo buscando la tecla que le permitiera levantarse y luchar por el partido.

A pesar de que llegó a tener a Nadal contra las cuerdas en un servicio del balear que se alargó hasta casi los diez minutos, el no aprovechar la oportunidad fue la puntilla (6-3). El número dos mundial podrá subir al uno si conquista el título en Roma, y Djokovic, a pesar de mostrar que su tenis va claramente en ascenso, saldrá del top-20, ya que defendía la final de la temporada pasada. Sin embargo, lo que está claro, es que nuevamente la rivalidad entre los dos, y ya van 51 capítulos, es una de las más grandes en la historia de este deporte.