US Open 2015, Serena-Vinci: Al borde de un ataque de nervios (6-2, 4-6 y 4-6)

Serena Williams: Las dudas, los nervios y la presión atenazaron a la pequeña de las Williams, que fue una sombra de sí misma durante gran parte del partido. Su clase innata y su fortaleza le permitieron mantener sus opciones intactas hasta el final, donde sufrió un auténtico ataque de nervios que acabó pagando con una derrota histórica. En la víspera de uno de los partidos más importantes de su carrera deportiva, Serena quedó paralizada.

Roberta Vinci: No dormirá tranquila la veterana jugadora italiana: lo que consiguió en las semifinales de este US Open fue algo para enmarcar. Fue valiente, tuvo arrestos en los momentos claves del partido y dejó la impronta de ese revés cortado tan característico de su juego que parece de otro tiempo. Si la veteranía es un grado, hoy lo fue más que nunca.

Parecía un partido con guión anunciado. Serena, Serena y más Serena. La estadounidense salió como acostumbra, fría y con imprecisiones, pero tardó muy poco en entrar en el partido y borrar a su rival de la pista. En la primera manga, tras ir abajo 2-1, firmó cinco juegos consecutivos que le permitieron cerrar el set con mucha comodidad. Especialmente inspirada estuvo la pequeña de las Williams desde la línea de saque. Y ahí cambió todo.

El envite se enmarañó y Roberta sacó la escuadra y el cartabón para dibujar su partido: cambió alturas con su derecha, varió el ritmo de juego y descolocó a su rival desde el fondo de pista. Poco a poco Serena Williams fue perdiendo los nervios, sintiéndose insegura; mientras el miedo a la derrota crecía en su interior por segundos. Perdió la segunda manga y se jugó el todo o nada en la tercera, pero ni los zambombazos, ni la determinación podía salvar a la número uno del mundo, que cayó sin remisión en un último juego brillante y emotivo, donde Vinci rompió a llorar y Serena salió de la pista como si la persiguiese el mismísimo diablo.

NUESTRA OPINIÓN: La pequeña de las Williams ha jugado muchos partidos importantes en su carrera deportiva, pero sin duda, el duelo ante Roberta Vinci era el penúltimo paso para afrontar un partido que, de ganarlo, hubiese convertido a Serena Williams en una tenista de leyenda. Toda esta presión derribó a la que es sin ninguna duda la jugadora más dominante de la última década.