US Open 2018, Nadal-Thiem: Una mente maravillosa (0-6, 6-4, 7-5, 6-7(4) y 7-6 -5-)

Rafa Nadal. Lucha, entrega, mentalidad ganadora y un nivel de tenis espectacular, que terminó por eliminar a la mejor versión jamás vista de Dominic Thiem. Parecía imposible que después del primer set, el manacorí se llevara el partido, pero la remontada, con un sufrimiento indecible, acabó con final feliz. Un partido de auténtica cabeza y a eso no hay quien gane a Rafa Nadal.

Dominic Thiem. Comenzó de manera espectacular, arrollando a Nadal, y no se vino abajo cuando el balear ofreció su mejor cara del partido. Finalmente el duelo acabó siendo una moneda al aire en el que cualquiera de los dos hubiera podido ganar, pero la cayó del lado de Rafa. Solamente queda aplaudir el partidazo del austriaco, que se mereció también el poder pasar a semifinales. Pero por desgracia, solamente podía ganar uno.

El desconcierto general se apoderaba de la pista del Arthur Ashe Stadium en un comienzo de partido que ni los jugadores, ni la grada, ni los espectadores que estuvieran viendo el partido por televisión se hubieran imaginado que fuera posible. Dominic Thiem barría literalmente de la pista a un Rafa Nadal que no encontraba las armas para sacudirse la presión que le llegaba desde el otro lado de la red.

El austriaco estaba completamente tocado por la varita de los dioses y apenas fallaba sus golpes, mientras que Nadal no era capaz de dar raqueta con bola lo que le llevaba a perder en tres ocasiones consecutivas su servicio. Hacía tres años que el manacorí no recibía un 0-6 en contra, esa racha la rompió Thiem a base de golpes ganadores y un servicio infalible. Tocaba resetear completamente la cabeza y meterse cuanto antes en un partido que en poco tiempo se había complicado hasta límites insospechados.

Pero contra el número uno del mundo uno nunca puede estar tranquilo. Poco a poco Nadal iba cogiendo sensaciones con su derecha y provocaba más fallos en Thiem, algo menos acertado que en el arranque. Las dudas entraban por primera vez en la ecuación del juego del austriaco, y el español apuntalaba lo primero que necesitaba para meterse en el partido de lleno, su servicio.

Con estos ingredientes, Nadal buscó la primera bola de rotura, aunque estaba todavía algo lejos de conseguirla. Iba a llegar con 4-3 en el marcador, y Rafa no la desaprovechó. Sin embargo, la inercia ganadora fue cortada de raíz al juego siguiente, con una reacción de Thiem que duró poco. El set iba a ser del manacorí y el golpe a la moral de su rival era importantísimo, después de rozar la perfección en la primera manga (6-4).

La intensidad era la tónica dominante en todos los puntos que jugaban ambos jugadores, en un partido que se había igualado totalmente, para alegría de la grada, que disfrutaba de los grandes intercambios que caían en ambos lados de la pista. Era Dominic Thiem el primero en golpear en forma de rotura muy cerca de la resolución del tercer set, pero la reacción de Rafa iba a ser nuevamente para enmarcar.

Con el austriaco sacando para adelantarse nuevamente en el partido, el número uno del mundo rompía el servicio de su rival, se aseguraba posteriormente un posible tiebreak, y en la tercera oportunidad con el saque de Thiem, Nadal no esperaba al desempate para consumar una nueva rotura y adjudicarse un set disputadísimo (7-5).

El thriller estaba completamente servido y Nadal, que comandaba la situación, cedía su servicio para recuperarlo y forzar finalmente un desempate de infarto. Los errores condenaban al balear, y Thiem, que por momentos parecía superado por la situación, resurgía cual ave fénix, para poner más mordiente si cabe al partido. El segundo semifinalista del día se iba a decidir en la quinta y definitiva manga (6-7(4)).

Como no podía ser de otra manera, el partido se encaminó irremediablemente al desempate en el quinto set, y fue ahí donde la mentalidad ganadora de Nadal hizo el resto. Ninguno de los dos quería dar su brazo a torcer, y se sucedían los grandes puntos por parte de los dos jugadores, pero solamente uno iba a alcanzar el pase a semifinales. Ese fue Nadal (7-6(5)), que volverá a verse las caras contra Juan Martín del Potro, al igual que sucediera el curso pasado y en 2009. En 2018, desempatarán, ya que los dos anteriores partidos fueron a parar cada uno a un lado.