Serena Williams, su otra gran bronca en el US Open nueve años antes de la trifulca de la final

Serena Williams no es la única tenista que ha perdido los papeles y protagonizado momentos de tensión sobre una cancha (sin ir más lejos Kyrgios protagonizó un incidente en su partido ante Herbert donde bajó el árbitro para pedirle que se centrara y se pusiera a jugar). Pero lo cierto es que tampoco es la primera vez que le sucede algo así a la reina del tenis moderno y que dejó una fea imagen durante la final de este US Open 2018 ante Naomi Osaka.

Sus reproches al árbitro del encuentro, Carlos Ramos, llamándole “ladrón” y “mentiroso” tras sancionar a Serena con un warning tras detectar ‘coaching’ de Patrick Mouratoglou durante un lance del partido. Sus durísimas palabras contra el portugués por las que fue sancionada con un tercer warning (el primero había sido por estrella la raqueta contra la pista) hizo que perdiera un juego, se descentrara y terminara por tirar el partido ante una Naomi Osaka muy superior durante el encuentro.

Pero si sonado fue dicho incidente lo cierto es que en 2009, también en el US Open, protagonizó otro duro enfrentamiento con una juez de línea en su partido de semifinales ante Kim Clijsters.

En el segundo set con 6-4 y 6-5 (15-30) en el marcador para Clijsters en un duelo entre dos grandes campeonas, la juez de silla cantó falta de pie a Serena Williams en su segundo saque por lo que perdió el punto y se quedó bola de partido para la belga.

La reacción furibunda de Serena no se hizo esperar que se dirigió a la jueza diciéndola, tal y como informó al árbitro “si pudiera te metería estas p*** pelotas por la garganta”. Fue tal el revuelo que se formó que bajó el árbitro del torneo Brian Earle para conocer qué había pasado. Fue entonces cuando Serena, fuera de sí y dirigiéndose a la jueza de línea con ambos árbitros delante preguntó si “estás diciéndome en serio que te he dicho que te voy a matar”. Todo ello antes de que tomaran la decisión de descalificarla. Fue sancionada con 10.500 dólares (ahora ha sido castigada con 17.000 por tres violaciones del código de conducta del torneo).

Horas después Serena Williams ya más calmada pidió disculpas asegurando que “creo que uno debe aprender de sus errores” y afirmar que “pido disculpas sinceras a la juez de línea a Kim Clijsters, a la USTA y a los fans por mi inapropiada reacción”. Además, afirmó que “daría un gran abrazo a la juez de línea” a la que lanzó dichos improperios.

Esa reacción posterior de Serena la hizo grande y quizá en unos días se disculpe por su incidente ante Osaka (si bien es cierto que le honra pedir que no abuchearan a la japonesa en la ceremonia de entrega de trofeos), aunque en la rueda de prensa posterior a la final explicó el incidente defendiéndose diciendo que “no es una tramposa”.