Las claves de Rafa Nadal para un regreso victorioso a Wimbledon

La primera clave a tener en cuenta es el estado de su lesión, el síndrome Müller-Weiss, que precisamente ya le apartó de disputar el tercer ‘major’ del año el curso pasado. El último tratamiento de radiofrecuencia para reducir el dolor en el pie izquierdo parece haber funcionado, dejando preparar la cita al ganador de 22 Grand Slams en Mallorca, como confirmó este viernes en rueda de prensa Rafa Nadal.

A pesar de su gesta en Roland-Garros, donde jugó infiltrado en la práctica totalidad de los partidos, la situación era inviable a largo plazo y Nadal parece haber dado con la tecla con una solución algo más duradera, que no definitiva ya que se trata de una dolencia crónica, permitiendo al mallorquín poder jugar con cierta normalidad.

A todo ello hay que unir la prolongada ausencia de torneos de hierba en el calendario de Rafa Nadal, que lleva desde las semifinales de Wimbledon en 2019 sin disputar ni un solo partido en esta superficie. Aquel día caía frente a Roger Federer encadenando dos años consecutivos quedándose a las puertas de poder jugar la final.

Como acostumbraba en los últimos años, antes de que la pandemia no le dejara disputar la campaña 2020 y que en 2021 su pie dijera basta tras Roland-Garros, Nadal afrontará su desembarco en Wimbledon sin torneos oficiales previos, habiendo preparado esta última semana su llegada a Londres en Mallorca, antes de disputar una exhibición en Hurlingham, donde coincidirá con Novak Djokovic y Carlos Alcaraz, otros dos jugadores que llegarán sin partidos sobre el verde a la cita británica, y que, a priori, se presentan entre los grandes favoritos al título.

La adaptación y adecuación de su juego a esta superficie durante estas semanas será clave, si todo lo anterior sigue por los cauces establecidos, si quiere tener opciones en Wimbledon, donde ganó por segunda y última vez en su carrera en 2010. La hierba es la pista más exigente para el maltrecho cuerpo del manacorí, que elige su calendario con mimo a sus 36 años, pero no puede pasar la oportunidad de seguir engrosando su lista de Grand Slams, y más en un año donde llega por primera vez con los títulos del Open de Australia y Roland-Garros debajo del brazo.

El servicio, que ha cogido cada vez más relevancia en el juego del español, su derecha agresiva desde el fondo, el revés cortado y su maestría en la red, serán sus principales armas con un estilo más directo sobre la pista ante rivales que probablemente cuenten con un bagaje previo anterior en los torneos previos a la cita, algo que Nadal no hace desde que jugara en Queen’s en 2015.

Para Rafa Nadal, Wimbledon siempre guardará un lugar muy especial en su carrera deportiva, no solo por los dos títulos, sobre todo el de 2008 en una apoteósica final ante Roger Federer, sino porque es el primer Grand Slam que le vio jugar un partido del cuadro principal allá por 2003, llegando a alcanzar la tercera ronda. 19 años después, Rafa Nadal volverá a jugar en la meca del tenis y su objetivo no es otro que terminar levantando el título en la Centre Court.